Cuando Víctor Manuel Ríos tenía 15 años, sus papás lo llevaron a un retiro espiritual a Oaxaca, su lugar de origen, para que pudiera replantearse su forma de cómo estaba asumiendo su sexualidad, pues recién acababa de compartirles que era homosexual.
Hoy los legisladores del Congreso de la Ciudad de México tipificaron como delito las terapias de conversión que se imparten para “cambiar” la orientación sexual o la identidad de género de una persona, alcanzaría una pena entre dos a cinco años de cárcel y entre 50 a 100 horas de trabajo en favor de la comunidad, a quien la imparta o obligue.
“Estos espacios, quienes hemos sido vulnerables para ser llevados a estos lugares, somos las personas jóvenes y adolescentes, entre 14 a 15 años, porque no pueden tomar una decisión propia legalmente, los padres ejercen el discurso de que vives en mi techo, yo sé lo que es mejor para mí y tienes que hacer lo que yo te diga”, recordó Victor.
La propuesta fue presentada por el diputado local de Morena, Temístocles Villanueva, en entrevista con El Sol de México, explicó que la tipificación de las terapias de conversión es una reforma contenida en el Código Penal, y se creará un nuevo capítulo de delitos contra el libre desarrollo de la personalidad.
“Y lo que se sanciona es a las personas que impartan una terapia para cambiar la orientación sexual o la identidad de género de una persona, además, que en estas terapias hagan uso de cualquier tipo de violencia: moral, física o psicoemocional o, por otro lado a quienes obliguen a las personas a tomar esta terapia”, detalló.
De esta manera quedará redactado el delito: Artículo 190- Quarter. A quien imparta u obligue a otro a recibir una terapia de conversión se le impondrán de dos a cinco años de prisión y de cincuenta a cien horas de trabajo en favor de la comunidad. Este delito se perseguirá por querella.
También, dirá: Si la terapia de conversión se hiciere en un menor de dieciocho años de edad o persona que no tenga capacidad para comprender el significado del hecho o persona que no tenga la capacidad de resistir la conducta, la pena se aumentará en una mitad y se perseguirá por oficio.
“Esto quiere decir, que si una persona por voluntad propia decide acercarse a estos ejercicios que desde mi punto de vista son charlatanerías porque no hay evidencia científica que demuestre que es posible que una persona deje de ser gay (homosexual), lesbiana, bisexual o trans lo puede hacer, claro, si esa persona decide denunciar que lo hizo libre, pero que en esta terapia padeció cualquier tipo de violencia se puede acreditar como un delito”, expuso.
El legislador adelantó que fue votada a favor porque en la sesión de comisiones de hace una semana ningún partido votó en contra, y que Acción Nacional que históricamente ha votado en contra de reconocimientos de los derechos de la diversidad sexual decidió abstenerse.
“Entendiendo, que es imposible estar en contra de la tortura que padecen las personas que son sometidas a este tipo de ejercicio y mi partido que es el mayoritario votó a favor, el Partido de la Revolución Democrática, Partido del Trabajo, Partido Verde Ecologista, entonces, no veo mayor oposición al dictamen”, adelantó.
“Celebro que se someta a votación y que se apruebe, es un paso enorme en materia de derechos humanos y un paso histórico para quienes formamos parte de la diversidad sexual”, expresó Víctor.
EN LA COMUNIDAD
Inspira AC, una asociación que lleva a cabo acciones encaminadas a mejorar la salud de poblaciones en contextos de vulnerabilidad, ve la prohibición de las terapias, y servicios que ofrecen “curar” la orientación sexual, como un paso muy importante para una lucha mucho más profunda y larga. El derecho a ser nombradas, reconocidas, y tratadas como personas.
"Estas prohibiciones por parte del Estado son fundamentales para la protección de cientos de personas; niños, niñas, adolescentes, hasta adultos que, por una serie de circunstancias, llegan, o son obligadas, a pasar por estos espacios. Esto no quiere decir que los factores culturales, sociales y políticos que respaldan y reproducen los discursos de odio que construyen estas terapias desaparezcan de un día para el otro", explicaron.
Para la Casa de las Muñecas Tiresias A.C la terapia de conversión sexual reparativa o de deshomosexualización como en algunos casos la llamaron, es una intervención poco ética, poco humana y sensible a la orientación sexual, a la identidad de género y a la expresión de género de cualquier individuo.
"Las políticas públicas en relación a este tipo de intervenciones han generado que se anulen, pero que aún persista en idiosincrasias machistas y heteronormadas, en padres de familia que por ignorancia las realizan, en personal religioso que por interpretaciones subjetivas motivan a grupos que están en desacuerdo con la diferencia a visualizar una alternativa de enderezar lo que consideran torcido", condenaron.
Te recomendamos el podcast ⬇️