La contaminación en la Ciudad de México impide el correcto desarrollo pulmonar de niñas y niños de entre seis y nueve años, además incrementa los casos de asma y neumonía, reveló el director de Salud Ambiental del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Horacio Riojas Rodríguez.
En videoconferencia sobre la “Difusión del Índice Aire y Salud”, el director del INSP señaló que investigaciones del instituto revelan que menores de edad, que viven en zonas muy contaminadas, no alcanzan a desarrollar adecuadamente sus pulmones.
“De manera muy importante están los efectos de largo plazo. Tenemos estudios en la Ciudad de México en donde se ha visto cómo la exposición crónica a los contaminantes disminuye el desarrollo pulmonar en los niños. Eso es uno de los impactos a largo plazo más importantes que se han visto.
“Esa investigación se hizo en niños escolares, en la Ciudad de México. Tenían entre seis y nueve años de edad y fue un estudio de seguimiento por tres años. De ahí se asume que esta baja en el desarrollo pulmonar puede empezar incluso antes”, indicó Riojas Rodríguez.
El estudio publicado en junio de 2008, Contaminación del aire, inflamación de vías respiratorias y función pulmonar en un estudio de grupo de niños escolares de la Ciudad de México, analizó los efectos dañinos de contaminantes en 158 menores asmáticos y 50 no asmáticos de las alcaldías Iztapalapa e Iztacalco, en la Ciudad de México, y del municipio Nezahualcóyotl, en el Estado de México.
Investigadores de la Dirección de Salud Ambiental del INSP dieron seguimiento médico a los menores de junio de 2003 a junio de 2005, y concluyeron que la exposición a la partícula PM 2.5 (que proviene de automóviles o fábricas) provocó inflamación aguda en vías respiratorias y la disminución en la función pulmonar de los menores.
“La población de estudio consistió en niños que viven en tres municipios de la Ciudad de México, Iztapalapa, Iztacalco y Netzahualcóyotl, donde los altos niveles de emisiones relacionadas con el tráfico son la principal fuente de contaminantes”, indica el estudio.
IMPULSO A ENFERMEDADES
Riojas Rodríguez señaló que, además, la exposición a contaminantes desarrolla enfermedades agudas y crónicas a los menores de edad, como faringoamigdalitis, neumonía y asma. Contribuye también a la incidencia de casos de diabetes, ya que las partículas afectan a órganos como el páncreas.
“Entre los principales efectos agudos es muy clara la relación entre el incremento de la contaminación y la frecuencia de infecciones respiratorias agudas, sobre todo faringoamigdalitis y neumonía, ese es un efecto bien establecido en los niños.
“El otro es el efecto que tienen la contaminación, el ozono y partículas, en el incremento de crisis asmáticas en ciudades como las de México. Hay varias publicaciones que tenemos en niños de la Ciudad de México sobre eso, se ve muy bien la asociación entre el incremento de contaminantes y el aumento en emergencias y hospitalizaciones por asma”, señaló Riojas Rodríguez.
El experto mencionó que la exposición a contaminantes también contribuye a generar nuevos casos de cáncer de pulmón. Recordó que la Organización Mundial de la Salud clasifica la contaminación atmosférica como un cancerígeno Tipo 1A, “un cancerígeno conocido”.
“En cuanto a enfermedades crónicas, hay varias publicaciones en las que se ve cómo la contaminación crítica contribuye a la incidencia de casos nuevos de asma, de enfermedad pulmonar crónica y también a cáncer de pulmón; este último lo vinculo con daños a las células..
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“Eso ocurre porque se ha visto que algunos contaminantes producen un efecto sobre el ADN, y eso hace que se empiecen a reproducir células cancerígenas, sobre todo en los pulmones, pero hay otros efectos”, precisó el directivo del INSP.
Riojas Rodríguez recomendó el uso de cubrebocas ante la exposición de contaminantes y resaltó que personas con enfermedades respiratorias deben de restringir su uso, ya que puede disminuir la capacidad pulmonar.