“Ahora es un ángel del cielo y su muerte va a traer muchas cosas buenas”. La entereza mostrada por Norelia Hernández cedió y el llanto le ganó cuando describió así a su hijo, Norberto Ronquillo, un ángel terrenal.
La madre del joven asesinado por secuestradores también tuvo palabras para quienes lo raptaron. Los perdonó, pero le pidió que Dios tocará sus corazones “para que no vuelvan a cometer una fechoría”.
Recordó emocionada anécdotas de su hijo, quien siempre buscaba ayudar, era muy amiguero, sano, que le gustaba bailar pero no fumar y, aunque el estudiante no era muy deportista, se cuidaba, por eso iba al gimnasio.
“Estoy feliz, gracias a mi Dios por estos 22 años que me lo prestó. Me siento orgullosa, porque fue como una bendición”.
En su perfil de Facebook, Norberto siempre agradecía a su madre por el apoyo que le brindó. En una de las publicaciones se lee: "Aunque la mayor parte del año estamos a miles de kilómetros de distancia aún me siento muy cerca de ella. Solo espero que Diosito me la siga cuidando y bendiciendo muchos años más".
Norelia contó que una vez le dijo a su hijo “ya te volviste chilango”, porque comía tortas de tamal. Él quería su comida casera.
Se le preguntó ¿Confía en que las autoridades de la ciudad descubran a los culpables? A lo que respondió: Yo no tengo rencores, yo quiero que se haga justicia. Las autoridades tendrán que hacer su trabajo y nosotros, los ciudadanos, exigirle que lo hagan bien. El temor es que esas personas vuelvan a cometer el mismo ilícito con su hijo, hija, mi otro hijo o usted.
Tras considerar que la muerte de su hijo no fue en vano, pidió a las autoridades escuchar a las madres desesperadas, que tienen hijos secuestrados, porque en su caso la ayudaron hasta que sus familiares, amigos y compañeros tomaron las calles.
Así terminará, trágicamente, la estancia de Norberto en la Ciudad de México, ya había concluido su carrera de Mercadotecnia, en la Universidad del Pedregal, y el último mensaje fue para su novia.
CHIHUAHUA ESTÁ DE LUTO
Norberto, originario de Chihuahua, era bastante conocido entre la clientela en el negocio en ese estado de la familia Ronquillo por el trato amable que tenía con la gente, ya que en las vacaciones ayudaba a su padre a atender el negocio de en el sector Norte de Delicias.
En el expendio conservan un balón de futbol americano que Norberto, su hermano y los empleados se lanzaban afuera del negocio, para desestresarse un poco. De hecho, la mayoría de los clientes conocieron a Norberto por ese detalle.
Pero ayer una veladora, única y solitaria yacía en la parroquia de San Pedro y San Pablo, en Meoqui, cuyo luto se respira en todo el pueblo, donde desde el viernes pasado se oraba por el regreso de Norberto, cosa que no pudo ser.
El alcalde Ismael Pérez Pavía decretó un luto de tres días en todo el municipio donde naciera Norberto, por lo que en todos los edificios públicos se colocaron moños negros, para asentar la tristeza de una comunidad y la solidaridad que existe con la familia.
En el restaurante y viejo inmueble que ocupó la vivienda de los primeros años de Norberto también colocaron un moño de luto. El antiguo restaurante Casa Hernández, hoy llora la ausencia de un joven prometedor.
Amigos de familiares que aún conserva la familia en Meoqui, especularon que Norberto llegaría el miércoles. El cuerpo del joven universitario fue entregado ayer por la noche.
Con información de Saúl Ponce y Genaro Fuentes