En medio de un fuerte operativo de seguridad, estudiantes del Colegio Cervantes en Torreón, Coahuila, regresaron a clases a una semana del tiroteo que perpetró un niño de 11 años, el cual dejó dos muertos y seis heridos.
Para el regreso a clases se establecieron medidas de seguridad como detectores de metales, revisión de mochilas por parte de docentes y personal de la escuela.
Algunos de los padres de familia optaron por enviar a los niños al colegio con mochilas transparentes para visualizar lo que éstos portan.
Psicólogos continuarán dando apoyo a docentes para atender cualquier cuadro de ansiedad que pudieran presentar menores. Se espera que a partir del lunes las clases comiencen de manera normal.
El 10 de enero, un estudiante, de 11 años de edad, disparó contra sus compañeros y maestra en el Colegio Cervantes, dejando como saldo dos muertos y seis heridos.
El Fiscal de Coahuila, Gerardo Márquez Guevara, señaló que las armas con las que el menor realizó el tiroteo pertenecían a su abuelo, José Ángel, por lo cual éste fue detenido por el delito de homicidio culposo por omisión.
El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, informó que las cuentas del abuelo del niño fueron congeladas luego de detectar flujos de dinero que no corresponden a sus ingresos y que están registrados de forma inusual.
Santiago Nieto también resaltó que el padre del menor estuvo preso por posesión de ilícita de drogas en Estados Unidos y su pareja sentimental no tiene declaraciones fiscales.
Este es el segundo caso de este tipo que registra en México, hace tres años, a inicios de 2017, un alumno de secundaria del Colegio Americano en Monterrey disparó contra sus compañeros y maestra, intentó autolesionarse pero no tuvo éxito, recargó la pistola y se disparó en la barbilla.
Fue ingresado al hospital "Dr. José Eleuterio González" de la Universidad Autónoma de Nuevo León donde falleció horas más tarde. El saldo del tiroteo fue de dos muertos y tres heridos.
