/ domingo 18 de septiembre de 2016

Madres británicas crean grupo para cazar pedófilos y entregarlos a la policía

PARÍS, Francia. (OEM-Informex).- Lalucha contra la pedofilia acaba de tomar un giro inesperado en GranBretaña: gracias a un grupo de madres, que crearon un comando decaza pedófilos, se logró detener a 27 depravados y otros seencuentran en libertad bajo fianza esperando el momento de serconvocados por la justicia.

“Tuvimos que lanzar estaoperación después de comprobar el escaso interés que muestra lapolicía ante la proliferación de perversos que proliferan en lared”, afirmaron dos de las madres la semana pasada,cuando fueron entrevistadas en el programa de televisiónGood Morning Britain, que se difunde por la cadenaITV.

El grupo, que no tiene ningunaexistencia legal, se autodenomina solamente InternetInterceptors.

Dos de las madres, que seidentificaron como Julie y Paula, aparecieron de espaldas a lascámaras y con la cabeza cubierta por una capucha. En su largotestimonio explicaron a la célebre presentadora Susannah Reid elsingular método que utilizan para desenmascarar a los perversos.Para ejemplificar su procedimiento, relataron el caso de NathanWatson, de 43 años, que trabajaba como empleado de Emaus en laciudad de Bristol, en el sudoeste del país.

Para detectar a esos depredadores,las madres navegan por la red de pedófilos, ingresan en los chatsy se hacen pasar por menores de edad hasta que los delincuentessexuales se aproximan y las abordan a través de internet. Así fuecomo Watson cayó en la trampa creyendo que estaba dialogando conuna niña de 11 años.

Después de un par de diálogos, elhombre transmitió un mensaje con una foto de su órgano sexual ycomienza a llamar “bebé” a su supuesta interlocutora.Posteriormente, acordó una cita para encontrarse con su víctima.Probablemente habituado a ese tipo de aproximaciones, durante unmomento se mantuvo escondido a prudente distancia y, al comprobarque no había ninguna niña de 11 años, decidióretirarse.

En esos casos, las madres –quesiempre filman esos episodios– suelen seguir a los perversos comoverdaderos detectives para averiguar a dónde viven y ver si puedenobtener alguna evidencia suplementaria. En este caso, pudierondialogar con el pedófilo en una plaza ubicada cerca de sudomicilio, donde había dado cita a una menor. El hombre -delgado,con el cabello corto y ojos verdes- durante toda la conversaciónmantuvo una actitud serena y respetuosa. En verdad, tenía unaspecto casi inofensivo.

Recién después llamaron a lapolicía.

“Soy una persona honesta”,clamó cuando llegaron los bobbies con las esposas listaspara detenerlo. Dentro de su modesto domicilio, ubicado en unedificio administrado por un grupo caritativo que ayuda a la gentesin vivienda, los investigadores encontraron una computadora confotos y video de carácter pedófilo. También descubrieron laspruebas de los chats que había mantenido con su supuestapresa.

Su acción, hasta ahora, arrojóexcelentes resultados porque, en los 27 casos en los cualeslograron hacer detener a los depravados, impidieron que lospredadores pudieran pasar concretamente a la acción con losniños.

“Asumir la identidad ficticia deuna niña de 11 años para chatear por internet es muy estresantepara adultos como nosotros. No quiero ni pensar cuán traumáticodebe resultar para una criatura encontrarse en esa situación”,confesó una de las madres.

El grupo Internet Interceptors alparecer ha comenzado a convertirse en una red que abarca lasprincipales ciudades británicas, pero las dos madres que sepresentaron en Good Morning Britain se rehusaron a dardetalles sobre su organización ni sus proyectos.

El juez Michael Roach del tribunalpenal de Bristol, que debe pronunciar su sentencia el 28 de estemes, mira con extrema desconfianza la actitud de esas madres. Escierto: gracias a su intrépida acción con Watson, hoy hay unpedófilo menos caminando por las calles de Gran Bretaña. Pero eseargumento no alcanza para justificar el comportamiento de lasmadres.

El caso de Watson en Bristol abrióun amplio debate en Gran Bretaña sobre la participación de lasociedad civil en la lucha contra la pedofilia y -en términos másgenerales- contra cualquier forma de delincuencia.

Aunque están inspiradas en noblesobjetivos, advirtió el juez Roach, “la forma de actuar delcomando caza pedófilos comporta riesgos enormes”. Por lo demás,aunque hasta ahora siempre llamaron a la policía, sucomportamiento constituye un delito de “sustitución a laautoridad pública” que lleva implícita la tentación de hacersejusticia por mano propia.

PARÍS, Francia. (OEM-Informex).- Lalucha contra la pedofilia acaba de tomar un giro inesperado en GranBretaña: gracias a un grupo de madres, que crearon un comando decaza pedófilos, se logró detener a 27 depravados y otros seencuentran en libertad bajo fianza esperando el momento de serconvocados por la justicia.

“Tuvimos que lanzar estaoperación después de comprobar el escaso interés que muestra lapolicía ante la proliferación de perversos que proliferan en lared”, afirmaron dos de las madres la semana pasada,cuando fueron entrevistadas en el programa de televisiónGood Morning Britain, que se difunde por la cadenaITV.

El grupo, que no tiene ningunaexistencia legal, se autodenomina solamente InternetInterceptors.

Dos de las madres, que seidentificaron como Julie y Paula, aparecieron de espaldas a lascámaras y con la cabeza cubierta por una capucha. En su largotestimonio explicaron a la célebre presentadora Susannah Reid elsingular método que utilizan para desenmascarar a los perversos.Para ejemplificar su procedimiento, relataron el caso de NathanWatson, de 43 años, que trabajaba como empleado de Emaus en laciudad de Bristol, en el sudoeste del país.

Para detectar a esos depredadores,las madres navegan por la red de pedófilos, ingresan en los chatsy se hacen pasar por menores de edad hasta que los delincuentessexuales se aproximan y las abordan a través de internet. Así fuecomo Watson cayó en la trampa creyendo que estaba dialogando conuna niña de 11 años.

Después de un par de diálogos, elhombre transmitió un mensaje con una foto de su órgano sexual ycomienza a llamar “bebé” a su supuesta interlocutora.Posteriormente, acordó una cita para encontrarse con su víctima.Probablemente habituado a ese tipo de aproximaciones, durante unmomento se mantuvo escondido a prudente distancia y, al comprobarque no había ninguna niña de 11 años, decidióretirarse.

En esos casos, las madres –quesiempre filman esos episodios– suelen seguir a los perversos comoverdaderos detectives para averiguar a dónde viven y ver si puedenobtener alguna evidencia suplementaria. En este caso, pudierondialogar con el pedófilo en una plaza ubicada cerca de sudomicilio, donde había dado cita a una menor. El hombre -delgado,con el cabello corto y ojos verdes- durante toda la conversaciónmantuvo una actitud serena y respetuosa. En verdad, tenía unaspecto casi inofensivo.

Recién después llamaron a lapolicía.

“Soy una persona honesta”,clamó cuando llegaron los bobbies con las esposas listaspara detenerlo. Dentro de su modesto domicilio, ubicado en unedificio administrado por un grupo caritativo que ayuda a la gentesin vivienda, los investigadores encontraron una computadora confotos y video de carácter pedófilo. También descubrieron laspruebas de los chats que había mantenido con su supuestapresa.

Su acción, hasta ahora, arrojóexcelentes resultados porque, en los 27 casos en los cualeslograron hacer detener a los depravados, impidieron que lospredadores pudieran pasar concretamente a la acción con losniños.

“Asumir la identidad ficticia deuna niña de 11 años para chatear por internet es muy estresantepara adultos como nosotros. No quiero ni pensar cuán traumáticodebe resultar para una criatura encontrarse en esa situación”,confesó una de las madres.

El grupo Internet Interceptors alparecer ha comenzado a convertirse en una red que abarca lasprincipales ciudades británicas, pero las dos madres que sepresentaron en Good Morning Britain se rehusaron a dardetalles sobre su organización ni sus proyectos.

El juez Michael Roach del tribunalpenal de Bristol, que debe pronunciar su sentencia el 28 de estemes, mira con extrema desconfianza la actitud de esas madres. Escierto: gracias a su intrépida acción con Watson, hoy hay unpedófilo menos caminando por las calles de Gran Bretaña. Pero eseargumento no alcanza para justificar el comportamiento de lasmadres.

El caso de Watson en Bristol abrióun amplio debate en Gran Bretaña sobre la participación de lasociedad civil en la lucha contra la pedofilia y -en términos másgenerales- contra cualquier forma de delincuencia.

Aunque están inspiradas en noblesobjetivos, advirtió el juez Roach, “la forma de actuar delcomando caza pedófilos comporta riesgos enormes”. Por lo demás,aunque hasta ahora siempre llamaron a la policía, sucomportamiento constituye un delito de “sustitución a laautoridad pública” que lleva implícita la tentación de hacersejusticia por mano propia.

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