La Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pusieron en jaque al gobierno español tras rebajar de forma drástica las previsiones económicas del país y criticar, en sus respectivos informes, el presupuesto presentado por el PSOE y Podemos, así como la incapacidad del Ejecutivo de Pedro Sánchez para controlar el déficit y la deuda.
La Comisión Europea (CE) advirtió que el borrador de presupuesto para 2019 remitido por España está en riesgo de incumplir las normas europeas de disciplina fiscal por desviarse “significativamente” del ajuste exigido y no cumplir con las directrices de reducción de deuda.
La CE indicó que está previsto que el déficit español baje de la barrera del 3% del producto interior bruto (PIB) considerado excesivo el año próximo, por lo que el país saldrá del brazo correctivo del proceso por déficit excesivo y pasará a estar en el lado preventivo de este procedimiento de vigilancia comunitaria.
La opinión de Bruselas llega en un momento complicado para el ejecutivo dirigido por el socialista, Pedro Sánchez, ayer reiteró su intención de anticipar las elecciones legislativas si no consigue aprobar sus presupuestos para 2019.
Sin mayoría parlamentaria, Sánchez alcanzó en octubre un acuerdo con el partido antiausteridad Podemos para el presupuesto que contempla un notable aumento del salario mínimo e impuestos sobre las grandes fortunas. Para salir adelante, necesita el apoyo de otros partidos.
Tras analizar el plan, Bruselas advierte de una “desviación significativa de la senda de ajuste exigida” a España, el único país de los 19 de la zona euro que se mantiene en el brazo correctivo del procedimiento de déficit excesivo por registrar un déficit por arriba del límite del 3% del PIB.
Días antes, la Organización para la Cooperaciój y el Desarrollo Económicos (OCDE) había rebajado su estimación de crecimiento para este año al 2.6%. El gobierno trató de minimizar los recortes pero ayer sufrió otro golpe más contundente, agora por parte del FMI, quien estmó que el Ejecutivo incumplirá ampliamente los objetivos presupuestales pactados con Bruselas y pidió reformas estructurales para contener la deuda pública, que supondría casi el 100% del PIB.
Además, tras criticar el alza del salario mínimo pactado por el PSOE y Podemos, rebajó la previsión de crecimiento para este año al 2.5% y recomendó aumentar la edad de jubilación y abaratar los despidos de trabajadores.
Con esto, España pasó de ser un ejemplo de la eficacia de los duros ajustes fiscales recetados por el Fondo, a un foco rojo por el riesgo de que el gobierno de Pedro Sánchez revierta las reformas.
Hace una semana, el socialista Sánchez insistía en su voluntad de gobernar hasta junio de 2020 a pesar de los numerosos obstáculos de su ejecutivo, el más minoritario desde el restablecimiento de la democracia española hace 40 años.
En caso de elecciones, si bien los socialistas lideran las encuestas, están lejos lejos de la mayoría absoluta y se verían obligados a entablar duras negociaciones con las otras fuerzas políticas.