PARÍS, Francia. (OEM-Informex).- Los servicios de inteligenciade Estados Unidos la describen como la periodista más peligrosadel planeta: el nombre de Margarita Simonyan aparece mencionado 27veces en el informe conjunto de la Dirección Nacional deInteligencia (DNI), el FBI, la CIA y la Agencia Nacional deSeguridad (NSA) sobre el pirateo informático y la injerencia rusaen el proceso electoral norteamericano.
La joven de 36 años, periodista de la cadena RT, es acusada de“haber contribuido a la elección de Donald Trump”, gracias al“apoyo abierto” que ofrecieron las cadenas de televisión rusasal candidato republicano durante toda la campaña.
La afirmación parece, en principio, un tanto exagerada. RTreivindica cuatro mil millones de páginas vistas en el sitioYouTube, aunque no logra rivalizar con las grandes cadenasinternacionales: CNN, la BBC o Al Jazeera. Aunque esas cifras seanciertas porque incluyen los ratings de Asia y los países árabes,¿quién mira en Estados Unidos el canal en inglés de RT?
Lo cierto es, en todo caso, que esa hermosa joven de ojos verdes-que siempre lleva una cruz colgada del cuello- es una pieza clavede la maquinaria de propaganda de Moscú.
Además de su cargo de directora de las ediciones en inglés deRT (antiguamente Rusia Today), Margarita Simonyan ocupa otrafunción de primera importancia: como jefa de redacción de RossiaSegodnia, es la responsable de la política informativa de Rusiahacia el exterior. Creada en 2013 por decreto de Putin para“romper el monopolio de los medios anglosajones”, RossiaSegodnia reúne la agencia de prensa RIA Novosti, la radio La Vozde Rusia (antiguamente Radio Moscú) y varios sitios internet, comoSputnik, que difunden informaciones -y propaganda- en 33 idiomas,incluyendo el español. Además, controla indirectamente lasagencias ITAR-Tass e Interfax.
Esa poderosa maquinaria de guerra cuenta con recursos colosales:su presupuesto de 2015 fue de 110 millones de dólares.
La posición clave que ocupa Margarita Simonyan en elorganigrama ruso de poder le da algunos privilegios: está encontacto directo por celular con el portavoz del Kremlin, DimitriPeskov y -cuando es necesario- puede llamar al líder ruso VladimirPutin.
Simonyan llegó a esa posición de privilegio después de habervivido dos años en Estados Unidos en el marco de un intercambioescolar y de haber cubierto como periodista la rebeliónseparatista de Chechenia, cuando solo tenía 19 años. Gracias alimpacto que tuvo ese trabajo, a los 22 años fue designadacorresponsal en el Kremlin, un puesto clave, que durante tres añosla puso en contacto cotidiano con Putin. Esa proximidad lepermitió ganar la confianza del líder ruso y de toda lanomenclatura. Como premio a ese trabajo, a los 25 años fuenombrada primera editora de Rusia Today (que desde 2013 se llamaRT).
Gracias al lugar clave que ocupa dentro del aparato de poder deMoscú, su nombre figura entre las 20 mujeres más influyentes deRusia.
Esa posición la obliga a hablar con extrema prudencia porque,debido a su amistad con Putin, cada una de sus palabras esanalizada con microscopio por los Gobiernos extranjeros y serviciosde inteligencia, que la consideran la “portavoz informal delEstado”. Por esa razón, aunque desciende de una familia armenia,elige cada palabra cuando evoca el calvario de su familia duranteel genocidio cometido por los turcos en el país de sus antepasadosdurante la Primera Guerra Mundial.
Los aspectos políticos del conflicto fueron desarrollados porsu abuelo en el libro La verdad para mis nietos. “Yo prefierohablar desde el punto de vista familiar y explicar el drama quevivieron hasta que pudieron refugiarse en Crimea, después de lacaída del imperio otomano. Como ven yo soy ciudadana rusa, peroarmenia por la sangre”, afirma. Por eso contrató a un profesorque dos veces por semana imparte lecciones de armenio a suhija.
Su tono es diferente cuando tiene que decidir la líneaeditorial de RT. “Es una info-guerra en la cual nosotrosutilizamos todas las armas posibles para restablecer la verdad, quees frecuentemente distorsionada por la prensa occidental”, seinflama.
Su mayor talento, a juicio de los servicios de inteligenciaeuropeos y norteamericanos, consiste en responder a los argumentosde occidente hasta hacerles perder toda credibilidad. "Nuestroobjetivo no es presentar una mejor imagen de Rusia, sino exponer laposición rusa sobre lo que ocurre en el mundo”, argumenta. Atítulo de ejemplo, cita el caso del correo electrónico de HillaryClinton que, según diversas interpretaciones, perjudicaron sucampaña: “La prensa occidental –asegura- ignoró el contenidode los mails”, una afirmación que parece exagerada.
La verdadera función del aparato ruso de propaganda es otra,según la interpretación de la politóloga rusa, María MachaLipman, del Carnegie Center de Moscú: “Los reportajes de RTdramatizan la situación en Europa y Estados Unidos, y los fracasosde la política exterior norteamericana, porque un occidente débilrealza la posición de Rusia ante los ojos de la opinión públicainterna”.
Dentro de esa estrategia, Margarita Simonyan es–probablemente- una de las principales piezas de VladimirPutin.
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