/ viernes 5 de noviembre de 2021

Moravia, el oasis que surgió de la basura

Tras dos décadas de violencia, este barrio colombiano, a las orillas de Medellín, dio un ejemplo al mundo de recuperación, de transformación y evolución

MEDELLÍN, Col. Sólo era un llano en las orillas de Medellín, una de las ciudades colombianas estratégicas para el desarrollo económico y social del país que, sin embargo, se convirtió en la capital de la violencia y el narcotráfico.

Con el fin de ese rostro sangriento, el nuevo milenio trajo una transformación que convirtió el gran basurero de la ciudad en una zona ecológica, ejemplo internacional de la recuperación ambiental.

➡️ Emiratos Árabes quemará basura para generar energía ¿Es más beneficioso para el ambiente?

EL DESASTRE

Era la década de los 70, el anunciado crecimiento de Medellín atraía a miles de personas de las zonas rurales de Colombia que huían del conflicto armado interno, y el mejor lugar para instalarse era en las orillas de la ciudad, en el barrio de Moravia, una zona próspera y con un futuro prometedor pues, a mediados de los 60, la red regional Ferrocarril de Antioquía la conectó convirtiéndose en una de las zonas más seguras del país sudamericano.

La promesa de prosperidad atrajo a miles de familias desplazadas, sus alguna vez tranquilas vidas en las afueras de Medellín se habían vuelto peligrosas debido a que grupos paramilitares de derecha e izquierda participaron en una guerra partidista que luchaban por la tierra y los bienes.

Moravia se formó a inicios de 1900, como un asentamiento lineal que bordeaba el ferrocarril y se expandió lentamente desde él, así que establecerse en este barrio era una apuesta más segura.

Pero todo cambió radicalmente para este sector en la década de los 70. La ciudad de Medellín autorizó el uso de los llanos como un relleno sanitario, lo que llevó a este barrio en creciente ocupación a estallar lentamente en una montaña de basura.

Las autoridades trataron de desplazar a sus pobladores hacia los cerros occidentales de Medellín, pero muchos se rehusaron, comenzaron a ver un gran negocio entre las montañas de basura.

Muchas de estas familias que se quedaron comenzaron a vivir de pepenar entre los deshechos y del reciclaje. Las construcciones de muros improvisados con cartón, láminas y telas recuperadas de la basura comenzaron a levantarse entre la misma montaña de desperdicios.

En las terribles décadas de los 80 y 90, con el narcotráfico en su apogeo, el sitio atrajo a miles de personas más para refugiarse ahora de la violencia de la ciudad. A principios de los años 2000, el poblado albergaba a más de 15 mil personas que vivían entre la basura, en condiciones extremadamente insalubres y en 2006 fue declarada “desastre público”.

Las autoridades decidieron tomar una decisión que volvería a cambiar radicalmente la imagen de Moravia.

El gobierno implementó el Plan Integral de Mejoramiento de Moravia que, entre sus principales objetivos, proponía otorgar a los residentes adquirir legalmente sus terrenos y viviendas y recuperar el basurero para convertirlo en un territorio verde y amigable.

La transformación se coordinó entre el gobierno local, los pobladores, universidades y organizaciones civiles nacionales e internacionales. Así, entre 2006 y 2021, lo que antes eran montañas grises de basura, ahora predomina un maravilloso paisaje verde considerado un oasis, un espacio de áreas verdes y de flores que llena de orgullo a toda una población que trata de reconstruir su presente, usando de cimientos su pasado y convertirlo en la cultura del futuro.

EL RENACER

“El vertedero se transformó en un jardín para la ciudad, dando paso a dos íconos: el montículo de Moravia y el centro cultural… Son dos lugares con gran potencial turístico porque muestran la transformación del territorio gracias al empoderamiento comunitario y las intervenciones estatales”, comentó Ángela María Holguín, activista e impulsora turística del barrio de Moravia.

Cabe destacar que los procesos de urbanización y recuperación de Moravia no se perfilan a la obtención de ganancias económicas ni de implementar espacios privados, más bien están orientados a saldar una deuda social por los desequilibrios urbanos durante el proceso de desarrollo de la ciudad, con el fin de crear el bienestar ecuánime de la población de Medellín.

El turismo comunitario impulsado por líderes sociales locales llega a recaudar fondos que son destinados en su totalidad al impulso de mejorar oportunidades y calidad de vida a sus pobladores, a través del mejoramiento urbano de los barrios que conforman Moravia.

Actualmente, el jardín se convirtió en el más grande y representativo de la ciudad, son cerca de 30 mil metros cuadrados de extensión de áreas verdes y parcelas que representa el 70 por ciento del suelo recuperado. En la cima del cerro ahora yace un invernadero con más de 15 mil plantas, orquídeas, suculentas, entre otras especies vegetales, que dan vida a un sitio en el que en su momento predominaba el cartón, el cascajo y los deshechos alimenticios.

La historia de los pobladores que pasaron de recolectar latas de aluminio a proteger y extender el desarrollo ambiental se extiende en decenas. “Es el ícono de la transformación de Moravia porque cuenta la historia de resiliencia, nuestros procesos y luchas en nuestro territorio”, comentó la lideresa.

CULTURA

En las faldas del cerro, hecho por nueve capas de deshechos, el color de la naturaleza contrasta con las calles y muros del barrio de Moravia, formado por extensos murales en casi la totalidad de sus calles, lienzos de ladrillo que reflejan la historia contemporánea del barrio, de la cual, todos sus pobladores están orgullosos.

El municipio de Medellín también puso en marcha el programa Memorial y Patrimonio Cultural, con el fin de recuperar y construir las memorias colectivas del barrio. Con este plan, las distintas localidades de Medellín, incluida Moravia, se posibilitó el ejercicio de recuperación y reinterpretación de las memorias sociales y culturales cuyo objetivo general consistió en crear procesos sociales y culturales que propiciaron formas adecuadas de convivencia entre los pobladores que contribuyeron al desarrollo de un nuevo espacio público barrial planeado por el macroproyecto.

Este proyecto consiste en aplicar diferentes técnicas de trabajo comunitario y cimentarlas en diversas fuentes documentales y testimoniales que representarán la historia social y cultural del poblado que lleva por estandarte la inclusión ciudadana.

La música y el arte tienen su lugar, las escaleras Oasis Tropical, un espacio embellecido con pintura, una galería al aire libre gracias a un proceso de coproducción internacional, propiamente de organizaciones civiles alemanas.

Urban Lab Medellín-Berlín es una organización sin fines de lucro que ha impulsado proyectos culturales en el territorio, inspirados en la recuperación alemana tras la caída del muro de Berlín.

Entre los proyectos que ha fomentado el organismo alemán, de la mano de la comunidad moravita se cuenta con las Escaleras Oasis Tropical, la transformación de una escalera de las más transitadas en el centro del barrio, además del vecindario revitalizado con el arte callejero que iluminó las calles de uno de las zonas más humildes de Medellín.

Un amplio sector de la localidad está iluminado por uno de los mayores orgullos artísticos de Moravia, se trata de la artista gráfica urbana Michel Paulo Recuero, mejor conocida como “Jefa”, en su haber cuenta con más de cien murales por toda esta zona, destacando la lucha de toda su población a través de los años para levantar de los escombros a su amada Moravia.

Su trabajo también trata de impulsar entre la comunidad el uso del arte para cambiar la perspectiva de Medellín ante la comunidad internacional.

¿CÓMO SE ACUMULÓ?

Década de los 60

Existía un humedal asociado al río Medellín. Se inicia el proceso de recolección de residuos de la ciudad

Década de los 70

Comienzan a llegar los camiones de basura sin ningún control del gobierno. El manejo de los residuos se convirtió en una fuente de ingresos para personas de diferentes partes del país

Década de los 80

Se genera un asentamiento de población en viviendas precarias

En 1984 se prohíbe tirar basura en el lugar

Década de los 90

En el sitio habitaban más de dos mil familias

2007

Inicia el reasentamiento de las familias en diferentes partes de la ciudad

2010 a la fecha

Inició la habilitación ambiental mediante procesos biológicos

EL INTERIOR DEL CERRO

Los residuos de basura fueron separados en diez capas para formar un reluciente cerro verde, de esto están compuestos:

1.- Arena y tierra fina

2.- Vidrios

3.- Plásticos pesados

4.- Acetatos

5.- Residuos médicos

6.- Plásticos ligeros

7.- Desperdicios orgánicos

8.- Cascajo

9.- Telas

10.- Tierra fértil


MEDELLÍN, Col. Sólo era un llano en las orillas de Medellín, una de las ciudades colombianas estratégicas para el desarrollo económico y social del país que, sin embargo, se convirtió en la capital de la violencia y el narcotráfico.

Con el fin de ese rostro sangriento, el nuevo milenio trajo una transformación que convirtió el gran basurero de la ciudad en una zona ecológica, ejemplo internacional de la recuperación ambiental.

➡️ Emiratos Árabes quemará basura para generar energía ¿Es más beneficioso para el ambiente?

EL DESASTRE

Era la década de los 70, el anunciado crecimiento de Medellín atraía a miles de personas de las zonas rurales de Colombia que huían del conflicto armado interno, y el mejor lugar para instalarse era en las orillas de la ciudad, en el barrio de Moravia, una zona próspera y con un futuro prometedor pues, a mediados de los 60, la red regional Ferrocarril de Antioquía la conectó convirtiéndose en una de las zonas más seguras del país sudamericano.

La promesa de prosperidad atrajo a miles de familias desplazadas, sus alguna vez tranquilas vidas en las afueras de Medellín se habían vuelto peligrosas debido a que grupos paramilitares de derecha e izquierda participaron en una guerra partidista que luchaban por la tierra y los bienes.

Moravia se formó a inicios de 1900, como un asentamiento lineal que bordeaba el ferrocarril y se expandió lentamente desde él, así que establecerse en este barrio era una apuesta más segura.

Pero todo cambió radicalmente para este sector en la década de los 70. La ciudad de Medellín autorizó el uso de los llanos como un relleno sanitario, lo que llevó a este barrio en creciente ocupación a estallar lentamente en una montaña de basura.

Las autoridades trataron de desplazar a sus pobladores hacia los cerros occidentales de Medellín, pero muchos se rehusaron, comenzaron a ver un gran negocio entre las montañas de basura.

Muchas de estas familias que se quedaron comenzaron a vivir de pepenar entre los deshechos y del reciclaje. Las construcciones de muros improvisados con cartón, láminas y telas recuperadas de la basura comenzaron a levantarse entre la misma montaña de desperdicios.

En las terribles décadas de los 80 y 90, con el narcotráfico en su apogeo, el sitio atrajo a miles de personas más para refugiarse ahora de la violencia de la ciudad. A principios de los años 2000, el poblado albergaba a más de 15 mil personas que vivían entre la basura, en condiciones extremadamente insalubres y en 2006 fue declarada “desastre público”.

Las autoridades decidieron tomar una decisión que volvería a cambiar radicalmente la imagen de Moravia.

El gobierno implementó el Plan Integral de Mejoramiento de Moravia que, entre sus principales objetivos, proponía otorgar a los residentes adquirir legalmente sus terrenos y viviendas y recuperar el basurero para convertirlo en un territorio verde y amigable.

La transformación se coordinó entre el gobierno local, los pobladores, universidades y organizaciones civiles nacionales e internacionales. Así, entre 2006 y 2021, lo que antes eran montañas grises de basura, ahora predomina un maravilloso paisaje verde considerado un oasis, un espacio de áreas verdes y de flores que llena de orgullo a toda una población que trata de reconstruir su presente, usando de cimientos su pasado y convertirlo en la cultura del futuro.

EL RENACER

“El vertedero se transformó en un jardín para la ciudad, dando paso a dos íconos: el montículo de Moravia y el centro cultural… Son dos lugares con gran potencial turístico porque muestran la transformación del territorio gracias al empoderamiento comunitario y las intervenciones estatales”, comentó Ángela María Holguín, activista e impulsora turística del barrio de Moravia.

Cabe destacar que los procesos de urbanización y recuperación de Moravia no se perfilan a la obtención de ganancias económicas ni de implementar espacios privados, más bien están orientados a saldar una deuda social por los desequilibrios urbanos durante el proceso de desarrollo de la ciudad, con el fin de crear el bienestar ecuánime de la población de Medellín.

El turismo comunitario impulsado por líderes sociales locales llega a recaudar fondos que son destinados en su totalidad al impulso de mejorar oportunidades y calidad de vida a sus pobladores, a través del mejoramiento urbano de los barrios que conforman Moravia.

Actualmente, el jardín se convirtió en el más grande y representativo de la ciudad, son cerca de 30 mil metros cuadrados de extensión de áreas verdes y parcelas que representa el 70 por ciento del suelo recuperado. En la cima del cerro ahora yace un invernadero con más de 15 mil plantas, orquídeas, suculentas, entre otras especies vegetales, que dan vida a un sitio en el que en su momento predominaba el cartón, el cascajo y los deshechos alimenticios.

La historia de los pobladores que pasaron de recolectar latas de aluminio a proteger y extender el desarrollo ambiental se extiende en decenas. “Es el ícono de la transformación de Moravia porque cuenta la historia de resiliencia, nuestros procesos y luchas en nuestro territorio”, comentó la lideresa.

CULTURA

En las faldas del cerro, hecho por nueve capas de deshechos, el color de la naturaleza contrasta con las calles y muros del barrio de Moravia, formado por extensos murales en casi la totalidad de sus calles, lienzos de ladrillo que reflejan la historia contemporánea del barrio, de la cual, todos sus pobladores están orgullosos.

El municipio de Medellín también puso en marcha el programa Memorial y Patrimonio Cultural, con el fin de recuperar y construir las memorias colectivas del barrio. Con este plan, las distintas localidades de Medellín, incluida Moravia, se posibilitó el ejercicio de recuperación y reinterpretación de las memorias sociales y culturales cuyo objetivo general consistió en crear procesos sociales y culturales que propiciaron formas adecuadas de convivencia entre los pobladores que contribuyeron al desarrollo de un nuevo espacio público barrial planeado por el macroproyecto.

Este proyecto consiste en aplicar diferentes técnicas de trabajo comunitario y cimentarlas en diversas fuentes documentales y testimoniales que representarán la historia social y cultural del poblado que lleva por estandarte la inclusión ciudadana.

La música y el arte tienen su lugar, las escaleras Oasis Tropical, un espacio embellecido con pintura, una galería al aire libre gracias a un proceso de coproducción internacional, propiamente de organizaciones civiles alemanas.

Urban Lab Medellín-Berlín es una organización sin fines de lucro que ha impulsado proyectos culturales en el territorio, inspirados en la recuperación alemana tras la caída del muro de Berlín.

Entre los proyectos que ha fomentado el organismo alemán, de la mano de la comunidad moravita se cuenta con las Escaleras Oasis Tropical, la transformación de una escalera de las más transitadas en el centro del barrio, además del vecindario revitalizado con el arte callejero que iluminó las calles de uno de las zonas más humildes de Medellín.

Un amplio sector de la localidad está iluminado por uno de los mayores orgullos artísticos de Moravia, se trata de la artista gráfica urbana Michel Paulo Recuero, mejor conocida como “Jefa”, en su haber cuenta con más de cien murales por toda esta zona, destacando la lucha de toda su población a través de los años para levantar de los escombros a su amada Moravia.

Su trabajo también trata de impulsar entre la comunidad el uso del arte para cambiar la perspectiva de Medellín ante la comunidad internacional.

¿CÓMO SE ACUMULÓ?

Década de los 60

Existía un humedal asociado al río Medellín. Se inicia el proceso de recolección de residuos de la ciudad

Década de los 70

Comienzan a llegar los camiones de basura sin ningún control del gobierno. El manejo de los residuos se convirtió en una fuente de ingresos para personas de diferentes partes del país

Década de los 80

Se genera un asentamiento de población en viviendas precarias

En 1984 se prohíbe tirar basura en el lugar

Década de los 90

En el sitio habitaban más de dos mil familias

2007

Inicia el reasentamiento de las familias en diferentes partes de la ciudad

2010 a la fecha

Inició la habilitación ambiental mediante procesos biológicos

EL INTERIOR DEL CERRO

Los residuos de basura fueron separados en diez capas para formar un reluciente cerro verde, de esto están compuestos:

1.- Arena y tierra fina

2.- Vidrios

3.- Plásticos pesados

4.- Acetatos

5.- Residuos médicos

6.- Plásticos ligeros

7.- Desperdicios orgánicos

8.- Cascajo

9.- Telas

10.- Tierra fértil


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