En el Congreso del Estado, donde entregó su primer informe, el gobernador Omar Fayad, dijo que fue un año complicado en lo económico y que se tomaron medidas difíciles con costos políticos, pero que se han alcanzado relevantes resultados.
Fayad optó por acudir directamente ante los diputados, a quienes propuso entablar un debate directo de preguntas, respuestas y réplicas, sin cortapisas ni tremas censurados.
Arribó sorpresivamente a la ceremonia austera, sin invitados especiales y recinto semivacío, donde afirmó que las necesidades y las desigualdades, exigen actuar con urgencia y que la prioridad es acabar con la pobreza, promover servicios educativos de calidad, mejorar seguridad, alimentación y salud e impulsar al campo. En la Sala de Sesiones, con capacidad para 730 butacas, la mayoría sin ocupantes, se pronunció contra fastuosos eventos de rendición de cuentas, con culto a la personalidad o con alfombras rojas y grandes recepciones.
Dijo que su visión se traduce en la frase “cómo sí se puede”, que su intención es generar un cambio, dejar huella, combatir la corrupción, evaluar en base a resultados que todos conozcan de manera permanente y seguir un plan de gobierno provisto de autocrítica.
“No vengo a descubrir el hilo negro”, agregó en su pronunciamiento de carácter general, al dar a conocer a grandes rasgos, en un mensaje de menos de 30 minutos, los logros del primer año de administración.
El documento que contiene el informe lo entregó personalmente al presidente de la Mesa Directiva, Octavio de la Torre, del Partido Verde, aunque previamente se había previsto que en el acto protocolario fuera representado por Simón Vargas, Secretario de Gobierno. Se refirió enfáticamente al retiro del fuero al funcionarios públicos porque ahora todos son iguales ante al ley.
En cuanto a los saldos en las diversas materias, “no me quiero vestir con sombrero ajeno” porque en ellos participaron los tres niveles de gobierno y la sociedad en su conjunto.
En ese renglón puntualizó que “no hay que echar las campanas al vuelo” y que tiene en su nuevo estilo de gobernar una intención de cambio para imprimir huella y dejar atrás la pobreza extrema que aqueja a la población hidalguense.
Queremos, dijo a su estilo, que la gente tenga trabajo y mejor pagado, y acceso de calidad permanente a los servicios de salud, educación, transporte y seguridad. En suma, generar familias felices.