/ martes 7 de febrero de 2023

Sinaloa: los barones en la frontera sur

Documentos de la Sedena revelan el avance de los capos sinaloenses en la frontera con Guatemala

CULIACÁN. El estado de Chiapas se ha convertido en clave en el tráfico de drogas proveniente de Sudamérica y Centroamérica para el Cártel de Sinaloa, que en los últimos años ha logrado arrebatar territorios e imponerse a las células locales que operan en la franja fronteriza con Guatemala para ensanchar los dominios de una organización delictiva que ha sabido adaptarse a los cambios geopolíticos.

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) documentó en sus informes confidenciales, extraídos por el colectivo Guacamaya, que la organización dirigida por los hijos de Joaquín Guzmán Loera e Ismael Zambada García buscan extender cada vez más su presencia, que de 2020 a la fecha se ha traducido en choques violentos con otros grupos criminales que pretenden hacerse con el control de este corredor natural de tráfico de drogas, armas e indocumentados.

Entérate: Las otras víctimas del Culiacanazo: simulan atender secuelas psicológicas de niños y jóvenes

De acuerdo con un documento extraído por el grupo de hacktivistas, la Sedena enfoca sus esfuerzos de trabajo en cuatro células criminales de Chiapas que trabajan para los grandes cárteles de la droga del país. El Cártel de Sinaloa el que más conexiones tiene.

El Sol de Sinaloa reveló en su edición de 3 de enero, que en junio de 2022 la Sedena contactó a un grupo de presuntos narcotraficantes con Juan José Esparragoza Jiménez, El Cora, hijo del finado Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, quien a su vez mantenía acuerdo de venta de drogas al menudeo con Ovidio Guzmán López El Ratón.

Del municipio de San Francisco Pujiltic, fue identificado al líder criminal Luis Alejandro Cruz Ruiz, Don Alex o El Pelón, como el conecte directo con los capos de Culiacán.

“Las estructuras de narcotraficantes han aprovechado las diferentes vías (aéreas, terrestres, pluviales, marítimas y férreas), así como los pasos formales e informales que existen en la frontera, para introducir drogas a nuestro país con destino a los Estados Unidos”, señala el documento clasificado.

De los grandes cárteles, la mayor parte del territorio de Chiapas lo domina el de Sinaloa (o del Pacífico, según el documento), le sigue el Jalisco Nueva Generación (CJNG) y en menor medida, el del Golfo.

El territorio lo ocupan a través de células asociadas cuyas principales actividades son, además del trasiego de drogas, el tráfico de armas, de personas, lavado de dinero, así como el robo y venta de combustible.

El grupo de Sinaloa tiene como principal negocio en la frontera sur el transporte de cocaína procedente de Sudamérica, usando el corredor de Centroamérica.

“Se considera que Sinaloa opera de manera independiente, percibiendo que trata de mantener la hegemonía sobre las células delictivas locales”, apunta la información enviada por los analistas militares filtrada por Guacamaya.

En cambio, el CJNG mantiene una presencia mayor en Guatemala y ha intentado adentrarse sobre la franja fronteriza de la zona de las Lagunas de Montebello, un paso irregular en la frontera.

La Sedena identificó a varias células de carácter local con poder bélico en cuyos territorios los asociados de los barones sinaloenses no han logrado penetrar.

La inteligencia militar identificó a Los Collazo Gómez y/o Chamula Power, que dominan San Cristóbal de las Casas, región central; Los Pelones o Los Coyotes, con presencia en los municipios de La Concordia, Venustiano Carranza, Las Rosas, Tzimol y Socoltenango, así como Los Chumises, afines a Sinaloa, con presencia en el municipio de Frontera Comalapa.

Gráfico: Rodolfo Gómez

Chiapanecos-Sinaloenses

En la recolección de datos de campo, la Sedena pone como blancos a los asociados de los sinaloenses. En total son 12 lugartenientes que controlan la costa del Pacífico y la franja con Guatemala que va de Los Montes Azules, una zona que antes era el enclave de la guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), hasta los municipios centrales de Comalapa y La Trinitaria.

En su documento interno, el Ejército colocó nombres, apodos y, en la mayoría de los casos, una fotografía para identificarlos. Se trata de Faustino Damián Castro, El Patrón, Juan Manuel Valdovinos Mendoza, El Fraile; Isidro Rivera Ramírez, El Chilo; Juan Arellano Jaimes, El Negro; Juan Gómez Morales, alias Juan Changarro; Andrés Damián Peñalosa Gómez; Horacio de la Cruz Masarigos, El Botana; Bladimir López Orantes, El Arqui; Byron Arturo Rodas Vázquez; Leonardo de Santiago Martínez, alias El Sinaloense, y Álvaro Cruz Montejo, El Chabocho.

De acuerdo con la Sedena, no se trata de simples narcocaciques de la región, sino de sujetos activos que, junto con sus células, apoyan a los líderes sinaloenses al trasiego de drogas, pues el modus operandis del Cártel es tener en Chiapas bases de apoyo para que aeronaves y vehículos se reabastezcan de combustible en su viaje desde Sudamérica y Centroamérica hasta el norte del país.

Guatemala blinda frontera

Esta situación no es ajena al gobierno guatemalteco, el cual después de la captura de Ovidio Guzmán López, reforzó la seguridad de la frontera con Chiapas con el envío de más de 300 elementos de su Ejército para impedir la incursión de grupos criminales.

Lo anterior lo confirmó el ministro de Gobernación de Guatemala, David Napoleón Barrientos, en entrevista que concedió a El Sol de México en enero pasado.

“Tememos que la captura de Ovidio Guzmán sea aprovechada por los grupos rivales al Cártel de Sinaloa para tratar de adueñarse de los terrenos y los mecanismos de tráfico de estupefacientes que este grupo lidera en Guatemala. Tememos también que otros líderes de esa organización criminal intentan refugiarse en nuestro país”, dijo el funcionario.

Barrientos indicó que en el gobierno del presidente Alejandro Giammattei hay una preocupación por prevenir brotes de violencia, y para ello también solicitó el apoyo de agencias internacionales, como Interpol, para evitar cualquier incursión de narcos mexicanos.

Enviamos a 300 elementos del Ejército a la frontera, los cuales se suman a otros 500 que ya vigilaban la zona, por si pudiera haber algún traslado de estos grupos hacia el lado guatemalteco que pudieran desatar una guerra. Prevemos que la violencia aumente no sólo en México, sino también en Guatemala, porque los grupos que se dedican a esta actividad ilegal tienen contactos en ambos países, pero además sus líderes pueden buscar venir a Guatemala a refugiarse”, dijo el ministro.

Las rutas

En octubre de 2022, Organización Editorial Mexicana publicó las seis rutas del narcotráfico que pasan por Chiapas de acuerdo con la Sedena. En documentos, también extraídos por el grupo Guacamaya, se detalla que existen cinco rutas terrestres y una marina que son utilizadas por los grupos criminales.

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Además, a la presencia de células afines al Cártel de Sinaloa y al Jalisco Nueva Generación, en Chiapas operan otros grupos como Los Huistas, con conexiones y presunto origen guatemalteco, así como la Mara Salvatrucha, de origen salvadoreño, que trafican drogas, armas y personas.

En 1993,“El Chapo Guzmán fue detenido por el Ejército guatemalteco y entregado al gobierno mexicano luego de que el entonces joven capo intentaba ocultarse en ese país tras el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, cuya muerte ocurrió en un aparente fuego cruzado con pistoleros de los hermanos Arellano Félix.

||Con información de Roxana González y Alfredo Fuentes.||

Publicado originalmente en El Sol de Sinaloa

CULIACÁN. El estado de Chiapas se ha convertido en clave en el tráfico de drogas proveniente de Sudamérica y Centroamérica para el Cártel de Sinaloa, que en los últimos años ha logrado arrebatar territorios e imponerse a las células locales que operan en la franja fronteriza con Guatemala para ensanchar los dominios de una organización delictiva que ha sabido adaptarse a los cambios geopolíticos.

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) documentó en sus informes confidenciales, extraídos por el colectivo Guacamaya, que la organización dirigida por los hijos de Joaquín Guzmán Loera e Ismael Zambada García buscan extender cada vez más su presencia, que de 2020 a la fecha se ha traducido en choques violentos con otros grupos criminales que pretenden hacerse con el control de este corredor natural de tráfico de drogas, armas e indocumentados.

Entérate: Las otras víctimas del Culiacanazo: simulan atender secuelas psicológicas de niños y jóvenes

De acuerdo con un documento extraído por el grupo de hacktivistas, la Sedena enfoca sus esfuerzos de trabajo en cuatro células criminales de Chiapas que trabajan para los grandes cárteles de la droga del país. El Cártel de Sinaloa el que más conexiones tiene.

El Sol de Sinaloa reveló en su edición de 3 de enero, que en junio de 2022 la Sedena contactó a un grupo de presuntos narcotraficantes con Juan José Esparragoza Jiménez, El Cora, hijo del finado Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, quien a su vez mantenía acuerdo de venta de drogas al menudeo con Ovidio Guzmán López El Ratón.

Del municipio de San Francisco Pujiltic, fue identificado al líder criminal Luis Alejandro Cruz Ruiz, Don Alex o El Pelón, como el conecte directo con los capos de Culiacán.

“Las estructuras de narcotraficantes han aprovechado las diferentes vías (aéreas, terrestres, pluviales, marítimas y férreas), así como los pasos formales e informales que existen en la frontera, para introducir drogas a nuestro país con destino a los Estados Unidos”, señala el documento clasificado.

De los grandes cárteles, la mayor parte del territorio de Chiapas lo domina el de Sinaloa (o del Pacífico, según el documento), le sigue el Jalisco Nueva Generación (CJNG) y en menor medida, el del Golfo.

El territorio lo ocupan a través de células asociadas cuyas principales actividades son, además del trasiego de drogas, el tráfico de armas, de personas, lavado de dinero, así como el robo y venta de combustible.

El grupo de Sinaloa tiene como principal negocio en la frontera sur el transporte de cocaína procedente de Sudamérica, usando el corredor de Centroamérica.

“Se considera que Sinaloa opera de manera independiente, percibiendo que trata de mantener la hegemonía sobre las células delictivas locales”, apunta la información enviada por los analistas militares filtrada por Guacamaya.

En cambio, el CJNG mantiene una presencia mayor en Guatemala y ha intentado adentrarse sobre la franja fronteriza de la zona de las Lagunas de Montebello, un paso irregular en la frontera.

La Sedena identificó a varias células de carácter local con poder bélico en cuyos territorios los asociados de los barones sinaloenses no han logrado penetrar.

La inteligencia militar identificó a Los Collazo Gómez y/o Chamula Power, que dominan San Cristóbal de las Casas, región central; Los Pelones o Los Coyotes, con presencia en los municipios de La Concordia, Venustiano Carranza, Las Rosas, Tzimol y Socoltenango, así como Los Chumises, afines a Sinaloa, con presencia en el municipio de Frontera Comalapa.

Gráfico: Rodolfo Gómez

Chiapanecos-Sinaloenses

En la recolección de datos de campo, la Sedena pone como blancos a los asociados de los sinaloenses. En total son 12 lugartenientes que controlan la costa del Pacífico y la franja con Guatemala que va de Los Montes Azules, una zona que antes era el enclave de la guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), hasta los municipios centrales de Comalapa y La Trinitaria.

En su documento interno, el Ejército colocó nombres, apodos y, en la mayoría de los casos, una fotografía para identificarlos. Se trata de Faustino Damián Castro, El Patrón, Juan Manuel Valdovinos Mendoza, El Fraile; Isidro Rivera Ramírez, El Chilo; Juan Arellano Jaimes, El Negro; Juan Gómez Morales, alias Juan Changarro; Andrés Damián Peñalosa Gómez; Horacio de la Cruz Masarigos, El Botana; Bladimir López Orantes, El Arqui; Byron Arturo Rodas Vázquez; Leonardo de Santiago Martínez, alias El Sinaloense, y Álvaro Cruz Montejo, El Chabocho.

De acuerdo con la Sedena, no se trata de simples narcocaciques de la región, sino de sujetos activos que, junto con sus células, apoyan a los líderes sinaloenses al trasiego de drogas, pues el modus operandis del Cártel es tener en Chiapas bases de apoyo para que aeronaves y vehículos se reabastezcan de combustible en su viaje desde Sudamérica y Centroamérica hasta el norte del país.

Guatemala blinda frontera

Esta situación no es ajena al gobierno guatemalteco, el cual después de la captura de Ovidio Guzmán López, reforzó la seguridad de la frontera con Chiapas con el envío de más de 300 elementos de su Ejército para impedir la incursión de grupos criminales.

Lo anterior lo confirmó el ministro de Gobernación de Guatemala, David Napoleón Barrientos, en entrevista que concedió a El Sol de México en enero pasado.

“Tememos que la captura de Ovidio Guzmán sea aprovechada por los grupos rivales al Cártel de Sinaloa para tratar de adueñarse de los terrenos y los mecanismos de tráfico de estupefacientes que este grupo lidera en Guatemala. Tememos también que otros líderes de esa organización criminal intentan refugiarse en nuestro país”, dijo el funcionario.

Barrientos indicó que en el gobierno del presidente Alejandro Giammattei hay una preocupación por prevenir brotes de violencia, y para ello también solicitó el apoyo de agencias internacionales, como Interpol, para evitar cualquier incursión de narcos mexicanos.

Enviamos a 300 elementos del Ejército a la frontera, los cuales se suman a otros 500 que ya vigilaban la zona, por si pudiera haber algún traslado de estos grupos hacia el lado guatemalteco que pudieran desatar una guerra. Prevemos que la violencia aumente no sólo en México, sino también en Guatemala, porque los grupos que se dedican a esta actividad ilegal tienen contactos en ambos países, pero además sus líderes pueden buscar venir a Guatemala a refugiarse”, dijo el ministro.

Las rutas

En octubre de 2022, Organización Editorial Mexicana publicó las seis rutas del narcotráfico que pasan por Chiapas de acuerdo con la Sedena. En documentos, también extraídos por el grupo Guacamaya, se detalla que existen cinco rutas terrestres y una marina que son utilizadas por los grupos criminales.

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Además, a la presencia de células afines al Cártel de Sinaloa y al Jalisco Nueva Generación, en Chiapas operan otros grupos como Los Huistas, con conexiones y presunto origen guatemalteco, así como la Mara Salvatrucha, de origen salvadoreño, que trafican drogas, armas y personas.

En 1993,“El Chapo Guzmán fue detenido por el Ejército guatemalteco y entregado al gobierno mexicano luego de que el entonces joven capo intentaba ocultarse en ese país tras el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, cuya muerte ocurrió en un aparente fuego cruzado con pistoleros de los hermanos Arellano Félix.

||Con información de Roxana González y Alfredo Fuentes.||

Publicado originalmente en El Sol de Sinaloa

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