/ jueves 6 de abril de 2017

Elecciones 2017: ofertas vs descalificaciones

La jornada electoral del 4 de junio parte de rudas campañas, spots y marketing de descalificaciones y debates agresivos, con los cuales se oculta el verdadero sentido de las elecciones referido a las ofertas de los candidatos.

Se efectuarán comicios en cuatro entidades federativas, en las cuales participará el 23.3 por ciento del Listado Nominal Nacional de Electores, de ahí su importancia y previsible efecto sobre las Presidenciales del 2018. Dentro de éstas destaca la de gobernador del Estado de México con el 13.3 por ciento de los votos nacionales, seguida de los ayuntamientos de Veracruz con el 6.5 por ciento, y las gubernaturas de Coahuila con el 2.5 por ciento y de Nayarit con el uno por ciento.

El proceso interno de los partidos políticos fue ríspido en algunos momentos y las plataformas electorales se antojan más un esquema formal para cumplir las disposiciones de carácter electoral, por lo cual los candidatos seleccionados deberán convencer a una ciudadanía crítica e informada, la cual espera ofertas claras, congruentes y sobre todo propuestas con las cuales identificarse.

Las ideologías pesarán menos que los candidatos, de cuyas campañas se esperan efectos disímbolos con expresiones de voto útil en diferentes sentidos y una jornada electoral a favor de quien oferte y represente de mejor manera y en mayor medida a las causas sociales.

Coincidencias y convergencias de los candidatos con la ciudadanía a la cual desean representar será la principal motivación del voto, porque los partidos políticos por sí mismo y sus votos duros, son insuficientes para ganar una elección, a pesar de alianzas y coaliciones electorales.

Lo deseable en los procesos electorales es privilegiar las propuestas, relativas a la atención y solución de problemas, necesidades, exigencias y demandas sociales, sin embargo, las campañas buscan la descalificación, duda, molestia y crítica disruptiva para confundir al electorado y dirigirlo a un camino de incertidumbre y voto de castigo.

Las principales problemáticas en lo general en todas las entidades federativas son: Combate a la corrupción y la impunidad, mayor seguridad pública, empleo digno, crecimiento económico, disminución de la desigualdad y la pobreza, y derecho a una educación y servicios de salud de alta calidad, entre otros tantos. Todas ellas causas sociales con el potencial de convertirse en verdaderas políticas públicas y programas gubernamentales.

Durante casi dos meses estaremos inmersos en la vida política y el ejercicio democrático de nuestro país, donde los medios de comunicación jugarán un papel protagónico sobre las impresiones, expresiones y conocimientos de las ofertas de los candidatos.

La cortedad de los días de intensa actividad de proselitismo obliga a la asunción de estrategias novedosas evitándose conductas irregulares, los cuales deberán ser atendidos con diligencia por la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales, con el compromiso de su titular de “No hacemos ni juicios sumarios ni absoluciones sumarias”.

Quien mejor presente sus propuestas de solución debería ser quien aventaje en los comicios, pero seguramente quien mejor esquive los ataques y se posicione emocionalmente con la ciudadanía vencerá en estas elecciones.

El hartazgo de los electores sobre la política no debería significarnos la pérdida de interés sobre un resultado democrático y una representación gubernamental. Salgamos a votar por la mejor oferta y el mejor candidato. hectorluna2026@gmail.com

La jornada electoral del 4 de junio parte de rudas campañas, spots y marketing de descalificaciones y debates agresivos, con los cuales se oculta el verdadero sentido de las elecciones referido a las ofertas de los candidatos.

Se efectuarán comicios en cuatro entidades federativas, en las cuales participará el 23.3 por ciento del Listado Nominal Nacional de Electores, de ahí su importancia y previsible efecto sobre las Presidenciales del 2018. Dentro de éstas destaca la de gobernador del Estado de México con el 13.3 por ciento de los votos nacionales, seguida de los ayuntamientos de Veracruz con el 6.5 por ciento, y las gubernaturas de Coahuila con el 2.5 por ciento y de Nayarit con el uno por ciento.

El proceso interno de los partidos políticos fue ríspido en algunos momentos y las plataformas electorales se antojan más un esquema formal para cumplir las disposiciones de carácter electoral, por lo cual los candidatos seleccionados deberán convencer a una ciudadanía crítica e informada, la cual espera ofertas claras, congruentes y sobre todo propuestas con las cuales identificarse.

Las ideologías pesarán menos que los candidatos, de cuyas campañas se esperan efectos disímbolos con expresiones de voto útil en diferentes sentidos y una jornada electoral a favor de quien oferte y represente de mejor manera y en mayor medida a las causas sociales.

Coincidencias y convergencias de los candidatos con la ciudadanía a la cual desean representar será la principal motivación del voto, porque los partidos políticos por sí mismo y sus votos duros, son insuficientes para ganar una elección, a pesar de alianzas y coaliciones electorales.

Lo deseable en los procesos electorales es privilegiar las propuestas, relativas a la atención y solución de problemas, necesidades, exigencias y demandas sociales, sin embargo, las campañas buscan la descalificación, duda, molestia y crítica disruptiva para confundir al electorado y dirigirlo a un camino de incertidumbre y voto de castigo.

Las principales problemáticas en lo general en todas las entidades federativas son: Combate a la corrupción y la impunidad, mayor seguridad pública, empleo digno, crecimiento económico, disminución de la desigualdad y la pobreza, y derecho a una educación y servicios de salud de alta calidad, entre otros tantos. Todas ellas causas sociales con el potencial de convertirse en verdaderas políticas públicas y programas gubernamentales.

Durante casi dos meses estaremos inmersos en la vida política y el ejercicio democrático de nuestro país, donde los medios de comunicación jugarán un papel protagónico sobre las impresiones, expresiones y conocimientos de las ofertas de los candidatos.

La cortedad de los días de intensa actividad de proselitismo obliga a la asunción de estrategias novedosas evitándose conductas irregulares, los cuales deberán ser atendidos con diligencia por la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales, con el compromiso de su titular de “No hacemos ni juicios sumarios ni absoluciones sumarias”.

Quien mejor presente sus propuestas de solución debería ser quien aventaje en los comicios, pero seguramente quien mejor esquive los ataques y se posicione emocionalmente con la ciudadanía vencerá en estas elecciones.

El hartazgo de los electores sobre la política no debería significarnos la pérdida de interés sobre un resultado democrático y una representación gubernamental. Salgamos a votar por la mejor oferta y el mejor candidato. hectorluna2026@gmail.com