El alcalde de Huixquilucan, ENRIQUE VARGAS, pagó 32 mil pesos en efectivo por la puerta de cristal que los alcaldes rompieron la semana pasada en San Lázaro, luego de que el diputado de Morena, Mario Delgado, les recordó el daño. Vargas dijo que el dinero era de su chequera y no del erario.
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Y de donde menos se lo esperaban en el gobierno federal, les salió otro opositor a la Ley Bonilla y la pretensión de alargar a la mala el periodo de gobierno en Baja California: del Consejo Coordinador Empresarial, de Carlos Salazar quien, a diferencia de la Coparmex, de Gustavo de Hoyos, había manejado un perfil nada hostil a las decisiones de la 4T. Ayer anunciaron que los 12 organismos que lo conforman presentaron un Amicus Curiae a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con el objetivo de allegar consideraciones contra el Decreto 351 aprobado por el Congreso del estado de Baja California. El Amicus Curiae es un mecanismo según el cual, terceros que no son parte de un litigio, pero que tienen un interés justificado. Por cierto, dicen los que saben que ésta es la primera vez en su historia que el CCE hace uso de esta herramienta jurídica para fijar su postura técnica frente a una controversia judicial.
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Salazar, por cierto, tuvo acuerdo ayer con el presidente Andrés Manuel López Obrador, del que salió con una amplia sonrisa. Lo primero que dijo es que les habían aprobado todo y que la inversión en infraestructura se haría lo más pronto posible. Peeeero… siempre hay un granito en el arroz, al igual que con el Tren Maya, los empresarios le volvieron a dejar claro al Presidente que no quieren líos judiciales por derechos de vía o cosas similares. Algo sabrán los empresarios que ya van dos veces que señalan esta situación: no querer problemas. De por sí ya andan nerviosos con aquello de la falta de crecimiento económico, como para ir a ciegas y perder capital.
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Dicen que en la odisea diplomática del canciller Marcelo Ebrard para sacar al expresidente Evo Morales de Bolivia, el gobierno de Lenin Moreno en Ecuador le cobró la factura a México por dar asilo en su embajada a seis congresistas opositores. A pesar que Ebrard ya había conseguido el permiso de Quito para que el avión de la Fuerza Aérea Mexicana, que el gobierno de López Obrador envió a rescatar a Morales, aterrizara en la capital ecuatoriana a recargar combustible, a la mera hora y ya con Evo a bordó, se retractó e impidió el aterrizaje de la aeronave mexicana, complicando el traslado. Ebrard confesó que se vivieron horas de tensión. ¿Acaso el presidente Moreno creyó que México aprovecharía para traerse también a sus opositores en refugio, o simplemente se la cobró a Ebrard?
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Un llamado a la paz y a la serenidad, luego del par de acalorados días en redes sociales por el otorgamiento de asilo político al ex presidente boliviano Evo Morales, provino del Twitter del exministro de la Corte, José Ramón Cossío: “Muy respetuosamente sugiero que ahora que Evo ha llegado a nuestro país y más allá de lo que a cada cual le parezca, volvamos a concentrarnos en los muchos e importantes problemas de México.” Por cierto que el jurista ha estado muy activo no sólo en redes sociales sino en temas académicos y de activismo ciudadano. Lejos de haberse alejado de la vida pública a hacer vida de monasterio, don José Ramón concede entrevistas de prensa, se le vio muy contento integrando a los notables que integran a la ONG Nosotrxs, y visita cuanta universidad lo hospede, especialmente la UNAM del reelecto Enrique Graue.
