/ domingo 24 de abril de 2022

A pesar de todo, hay esperanza

MIRAR

Son horripilantes las escenas de destrucción en Ucrania por la invasión de Rusia, sobre todo tantas muertes inhumanas e injustas, millones de ucranianos desplazados dentro y fuera del país. Sin embargo, son admirables los abundantísimos ejemplos de solidaridad hacia ellos, no sólo de los países contiguos, sino de muchos lugares en Europa y en nuestra América. El Papa ha hecho hasta lo imposible por que se detenga esta masacre. A México han llegado cientos buscando refugio aquí o en el país del Norte. Nuestra Caritas promovió una colecta, y quien más quien menos, hemos aportado algo, además de nuestras intensas oraciones.

Aumentan en forma exponencial asaltos, secuestros, desapariciones, asesinatos, extorsiones, divisiones políticas, violencia e inseguridad. Nuestro gobierno está rebasado por grupos criminales. Con ellos, no funciona el axioma de abrazos, no balazos, porque sólo les importa el dinero y ampliar sus territorios. Como carecen de cimientos familiares en el aprecio al trabajo honrado, al respeto social, no entienden lenguajes civilizados y cristianos. Sin embargo, abundan mucho más los pequeños y grandes signos de fraternidad, como el conmovedor detalle de un campesino pobre de mi pueblo, que en la mañana del domingo de Pascua, nos trajo unos duraznos y unas habas de su propia cosecha, y eso que su terreno de cultivo es pequeño. Le agradecimos de corazón y aceptó desayunar con nosotros. Más tarde, me visitó una abuelita muy pobre, con un palo como bastón, para platicarme sus penas, pero sólo me pidió oraciones por ella y por dos de sus nietos que, dijo, andan por malos caminos. No se fue con las manos vacías.

Son frecuentes las quejas de que, en Semana Santa, muchos se van de vacaciones y se olvidan de Dios. En otros lugares, sobre todo en Europa, se afirma que disminuyen más y más los creyentes, tanto católicos como evangélicos. En nuestro país, los datos estadísticos van en la misma línea, aunque no en forma tan dramática. Sin, embargo, en mi pueblito, una comunidad rural, muchísima gente participó tanto en las celebraciones litúrgicas, como en las escenificaciones populares. Hubo muchas comuniones y confesiones, porque el párroco ofreció oportunidades para acercarse a este sacramento. Y lo que sucede en mi parroquia natal, sucede en muchísimas otras partes. La transmisión de los ritos por los medios electrónicos ha alimentado a muchas personas, dato que no es de menospreciar. Los pobres no se olvidan de Dios, no sólo por sus necesidades materiales, sino porque tienen el corazón menos apegado a lo temporal y pasajero.

DISCERNIR

El Papa Francisco, en su Mensaje Pascual de este año, resaltó: “Jesús, el Crucificado, ha resucitado. Se presenta ante aquellos que lloran por él, encerrados en sus casas, llenos de miedo y angustia. Se pone en medio de ellos y les dice: «¡La paz esté con ustedes!». No es un fantasma, es Él, el mismo Jesús que murió en la cruz y estuvo en el sepulcro. ¡Dejémonos vencer por la paz de Cristo! ¡La paz es posible, la paz es necesaria, la paz es la principal responsabilidad de todos!”.

ACTUAR

Acepta a Jesús en tu corazón, y tendrás paz. Con El, te convertirás en constructor de paz, en tu familia, en tu comunidad y en todas partes. Si en tu corazón sólo hay odios, resentimientos, deseos de venganza y opciones por la violencia, Jesús puede sanarte y transformar tu vida. Acércate a El, dale lugar en tu mente y en todo tu ser, y experimentarás una paz y una fuerza que sólo El puede darte. ¡Haz la prueba!

MIRAR

Son horripilantes las escenas de destrucción en Ucrania por la invasión de Rusia, sobre todo tantas muertes inhumanas e injustas, millones de ucranianos desplazados dentro y fuera del país. Sin embargo, son admirables los abundantísimos ejemplos de solidaridad hacia ellos, no sólo de los países contiguos, sino de muchos lugares en Europa y en nuestra América. El Papa ha hecho hasta lo imposible por que se detenga esta masacre. A México han llegado cientos buscando refugio aquí o en el país del Norte. Nuestra Caritas promovió una colecta, y quien más quien menos, hemos aportado algo, además de nuestras intensas oraciones.

Aumentan en forma exponencial asaltos, secuestros, desapariciones, asesinatos, extorsiones, divisiones políticas, violencia e inseguridad. Nuestro gobierno está rebasado por grupos criminales. Con ellos, no funciona el axioma de abrazos, no balazos, porque sólo les importa el dinero y ampliar sus territorios. Como carecen de cimientos familiares en el aprecio al trabajo honrado, al respeto social, no entienden lenguajes civilizados y cristianos. Sin embargo, abundan mucho más los pequeños y grandes signos de fraternidad, como el conmovedor detalle de un campesino pobre de mi pueblo, que en la mañana del domingo de Pascua, nos trajo unos duraznos y unas habas de su propia cosecha, y eso que su terreno de cultivo es pequeño. Le agradecimos de corazón y aceptó desayunar con nosotros. Más tarde, me visitó una abuelita muy pobre, con un palo como bastón, para platicarme sus penas, pero sólo me pidió oraciones por ella y por dos de sus nietos que, dijo, andan por malos caminos. No se fue con las manos vacías.

Son frecuentes las quejas de que, en Semana Santa, muchos se van de vacaciones y se olvidan de Dios. En otros lugares, sobre todo en Europa, se afirma que disminuyen más y más los creyentes, tanto católicos como evangélicos. En nuestro país, los datos estadísticos van en la misma línea, aunque no en forma tan dramática. Sin, embargo, en mi pueblito, una comunidad rural, muchísima gente participó tanto en las celebraciones litúrgicas, como en las escenificaciones populares. Hubo muchas comuniones y confesiones, porque el párroco ofreció oportunidades para acercarse a este sacramento. Y lo que sucede en mi parroquia natal, sucede en muchísimas otras partes. La transmisión de los ritos por los medios electrónicos ha alimentado a muchas personas, dato que no es de menospreciar. Los pobres no se olvidan de Dios, no sólo por sus necesidades materiales, sino porque tienen el corazón menos apegado a lo temporal y pasajero.

DISCERNIR

El Papa Francisco, en su Mensaje Pascual de este año, resaltó: “Jesús, el Crucificado, ha resucitado. Se presenta ante aquellos que lloran por él, encerrados en sus casas, llenos de miedo y angustia. Se pone en medio de ellos y les dice: «¡La paz esté con ustedes!». No es un fantasma, es Él, el mismo Jesús que murió en la cruz y estuvo en el sepulcro. ¡Dejémonos vencer por la paz de Cristo! ¡La paz es posible, la paz es necesaria, la paz es la principal responsabilidad de todos!”.

ACTUAR

Acepta a Jesús en tu corazón, y tendrás paz. Con El, te convertirás en constructor de paz, en tu familia, en tu comunidad y en todas partes. Si en tu corazón sólo hay odios, resentimientos, deseos de venganza y opciones por la violencia, Jesús puede sanarte y transformar tu vida. Acércate a El, dale lugar en tu mente y en todo tu ser, y experimentarás una paz y una fuerza que sólo El puede darte. ¡Haz la prueba!