Picante y divertido espectáculo presenció el respetable público el fin de semana.
¿Por el debate de los candidatos? Preguntan los ingenuos. No hombre, por las reacciones de algunos personajes de la política después de que en redes sociales circuló el video en donde el hijo de Xóchitl Gálvez aparece ebrio ofendiendo al personal de seguridad en un antro de la alcaldía Polanco.
Primero fue mamá, Xóchitl quien salió a defenderlo; reconoció que su hijo ofreció disculpas y que ella tomó acciones en su momento. “Ya sentó cabeza”, quiso decir, y aprovechó para declarar: “Como a mí no me encuentran nada, obviamente van a tratar de dañarme con mi familia… pero no me van a tronar”, advirtió a sus enemigos políticos.
Sorpresivamente, al espectáculo se sumó, a través de sus redes sociales, la esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien se solidarizó con el hijo de Xóchitl; le mandó un abrazo y le dio algunos consejitos. Ya encarrerada declaró: “Los niños y menores están aparte. Es abominable que ataquen a estos últimos. Los errores, las equivocaciones o delitos de alguien de la familia, así como sus aciertos, victorias magnanimidades no son transferibles ni hereditarias, creo, en ningún lugar del mundo…”. ¡En eso tiene razón la señora! Exclaman los observadores, aunque el hijo de Xóchitl no es un niño menor, sino un adulto hecho y derecho.
“Por más que quieran vincular a los consanguíneos, para beneficiar o perjudicar a alguien por cuestiones políticas, el problema no es con ellos. Los padres, los hijos, los familiares no somos responsables de los actos de ellos; solo de los nuestros”. También tiene razón, agregan los mismos observadores, pero la señora sabe que, en las campañas políticas, lo que predomina es la “guerra sucia” para la que no existen reglas que respeten los límites de la legalidad, y el multicitado estaba metido en la campaña de su mamá.
Después intervino el presidente de la República para defender a dos de sus hijos, que no son niños, de la maledicencia pública en su contra. Tenemos que estar informando y no es mala la polémica, nada más que no mienten madre. Que no se metan con familiares.
Que no se metan con menores, que, si tienen un problema conmigo, que sea conmigo, no con mis hijos… y si mis hijos están metidos en un negocio ilícito, que sean castigados como cualquier ciudadano…”
El presidente aprovechó la oportunidad para criticar lo que calificó como “falsedades" y “guerra sucia" que ha recibido, como acusarlo de que sus hijos vendieron balastros defectuosos para el Tren Maya. Y cuando se le cuestionó sobre el apoyo de su esposa al hijo de Xóchitl afirmó: "En la casa somos respetuosos…" La señora es la que manda, quiso decir. ¿O sea? Preguntaron los perplejos.
La candidata Claudia Sheinbaum se subió al escenario para afirmar que quienes están en la contienda son las candidatas y el candidato, no sus familiares. ¡Con los hijos no se metan! Bueno, el hijo de Xóchitl, que ya no es un niño, estaba haciendo campaña en favor de su mamá en las redes sociales, lo que cambia la cosa.
Divertido el espectáculo en donde cada uno de los actores “llevó agua a su molino”, concluyen los observadores.