Uno de los productos más esperados de la reforma energética era la llegada de marcas nuevas en las Estaciones de Servicio y productos nuevos, pero la diferencia entre el decir y el hacer es abismal así que a poco más de dos meses de la liberación nacional del precio de la gasolina el 100% de los mexicanos sigue consumiendo el mismo producto aunque en diferentes colores.
Así es, vemos a los piratas de BP y de Shell con sus gasolineras banderas vendiendo producto que sale de las terminales de Pemex Logística; vemos a Gulf –los primeros en anunciarse y los últimos en salir- haciendo sus pininos y bueno, una serie de empresas mexicanas intentando desarrollar un mercado.
Por si fuera poco, en las sombras, las empresas se quejan de algo que parece inimaginable y es que serán usadas, en plena apertura, como cajas chicas de la Secretaría de Hacienda. La meta es que el próximo año puedan recuperar al menos 166 mil millones de pesos por medio del IEPS a gasolinas y combustibles.
No, no les gusta la idea que en un mercado en pleno proceso de apertura el agarrón con el consumidor sea por impuestos. En esas condiciones no habrá diferenciación por medio de precios, se va a apelar a la marca, al marketing y a los programas de retención de clientes, premios y lealtades, pero en precio todo se mantendrán sujetos a lo que disponga no el mercado sino las terminales de Pemex que hoy sabemos lo que van a hacer para regular el mercado será publicar el precio del combustible afuera de cada una. Igual que se hace hpy en el Gas LP.
La Secretaría de Energía espera inversiones por mil 650 millones de dólares en ductos, mil millones en terminales, 12 mil millones de dólares en nuevas gasolineras y mil 500 millones en ferrocarril.
Su gran meta es rebasar los 16 mil 200 millones de dólares. Sin embargo, esta meta se cuestiona sola a la hora de enfrentarla con la realidad del mercado negro de combustibles: en el extranjero calculan que para este año este mercado valdrá más de 25 mil millones de dólares, sumando producto robado, daños materiales, impuestos evitados y seguros, entre otros factores.
Es decir, las pérdidas anuales en el mercado de diésel y gasolinas superan en un año la inversión esperada en todo este sector.
Eso más los huecos que se abren con temas como los permisos de importación de diésel en donde ya hay 32 aunque haya 334 permisos o los 230 permisos de importación de gasolinas aunque sólo se usan 17.
Las cifras son bajas no por el potencial del mercado sino por los altos impuestos que se pagan a los hidrocarbuos.
Buzos
1.- El Diputado Federal, Waldo Fernández, ganó el debate en la sesión conjunta de las comisiones de Hacienda y Crédito Público y de Presupuesto y Cuenta Pública, pero perdió la votación de reducir en un 50% el IEPS a combustibles.
Pues es una pena que se vuelva a desaprovechar una oportunidad para reducir los precios de los combustibles y hacer valer un reclamo de la población.
2.-El que está queriendo hacer maletas para irse a Pemex Transformación Industrial es el actual director de Pemex Logística, que ni siquiera se ha sentado bien en la silla. Resulta que Ignacio Aguilar cree que puede llenar los zapatos de Carlos Murrieta en caso de que éste se mueva a la dirección general si José Antonio González Anayase va a la SHCP.
3.-Un dato para la reflexión, y para saber en manos de quienes estamos: En este momento todos los presidentes de los organismos reguladores fueron alumnos-chalanes-ayudantes de Miguel Àngel Budebo, el mismo que nunca supo explicar los subsidios eléctrico como coordinador de asesores de Francisco Gil Diaz. Se los dejo de tarea.
