/ jueves 11 de julio de 2019

Cartilla moral e iglesias

VER.- Un grupo de denominaciones protestantes está colaborando en la distribución de un folleto titulado “Cartilla Moral”, obra original de Alfonso Reyes (1889-1959), adaptada por José Luis Martínez, editada por vez primera en 1952, reimpresa por la Secretaría de Educación Pública en 1992 y en 2018.

Ahora trae una presentación de nuestro actual Presidente, quien la recomienda como parte del proceso que desea seguir para llegar a la elaboración de una “Constitución Moral”, pues sostiene, con razón, que su Cuarta Transformación requiere una educación moral de la ciudadanía.

Es decir, que no bastan leyes para reformar la educación pública, la economía, la seguridad nacional, la política, para combatir la corrupción, para dar prioridad a los pobres y que haya equidad, para lograr respeto a la pluralidad y a la diversidad, si no hay un cambio en las conciencias, si no hay valores culturales, morales y espirituales, si no hay una base moral que nos lleve a nuevas actitudes personales y comunitarias.

En esto, estamos muy de acuerdo. Esto no es contrario al Estado laico, pues no se trata de impulsar una religión, sino de cimentar los cambios necesarios en principios de moral natural, de una ética humana, fruto de la experiencia secular de la humanidad, para convivir en paz y en justicia. En ninguna parte hace campaña de una determinada religión. No teman, pues los laicistas a ultranza.

ACTUAR

Colaboremos en la renovación moral de nuestra sociedad, cada quien desde su creencia o su increencia, porque en ello nos juzgamos la paz que tanto anhelamos, pero no usemos la religión al servicio de una política partidista.

VER.- Un grupo de denominaciones protestantes está colaborando en la distribución de un folleto titulado “Cartilla Moral”, obra original de Alfonso Reyes (1889-1959), adaptada por José Luis Martínez, editada por vez primera en 1952, reimpresa por la Secretaría de Educación Pública en 1992 y en 2018.

Ahora trae una presentación de nuestro actual Presidente, quien la recomienda como parte del proceso que desea seguir para llegar a la elaboración de una “Constitución Moral”, pues sostiene, con razón, que su Cuarta Transformación requiere una educación moral de la ciudadanía.

Es decir, que no bastan leyes para reformar la educación pública, la economía, la seguridad nacional, la política, para combatir la corrupción, para dar prioridad a los pobres y que haya equidad, para lograr respeto a la pluralidad y a la diversidad, si no hay un cambio en las conciencias, si no hay valores culturales, morales y espirituales, si no hay una base moral que nos lleve a nuevas actitudes personales y comunitarias.

En esto, estamos muy de acuerdo. Esto no es contrario al Estado laico, pues no se trata de impulsar una religión, sino de cimentar los cambios necesarios en principios de moral natural, de una ética humana, fruto de la experiencia secular de la humanidad, para convivir en paz y en justicia. En ninguna parte hace campaña de una determinada religión. No teman, pues los laicistas a ultranza.

ACTUAR

Colaboremos en la renovación moral de nuestra sociedad, cada quien desde su creencia o su increencia, porque en ello nos juzgamos la paz que tanto anhelamos, pero no usemos la religión al servicio de una política partidista.