/ jueves 6 de agosto de 2020

China, único que crece en la pandemia

Después del golpe a la salud que ha representado la actual pandemia del covid-19, el otro daño que ha impactado a la humanidad ha sido el económico, debido entre otras cosas a los meses de confinamiento y al cierre de los negocios considerados como no esenciales, lo que deprimió la actividad productiva a nivel mundial a niveles nunca antes vistos.

Con frecuencia, al hablar sobre grandes crisis, el punto de referencia al que más se recurría era la Gran Depresión, acontecida entre 1929 y 1930, tiempos en los que el contrabando de licor en Estados Unidos, florecía en medio de la prohibición. Una época en la que, entre los avatares del choque económico, crecían figuras como Adolf Hitler, en Alemania, quien a la postre terminaría impulsando la Segunda Guerra Mundial.

Actualmente, ese nivel de crisis, genuinamente ha sido dejado atrás y vemos, por ejemplo, como en Estados Unidos, la caída de la economía supera ya los dos dígitos, al tiempo que no ha bastado el que le inyectaran a su economía 8 billones de dólares (cifra de doce ceros), al tiempo que el desempleo se multiplica y los negocios cierran uno tras otro.

Grandes economías del mundo, como la de Alemania e incluso la de Francia, se perfilan hacia cerrar el 2020 con crecimientos negativos que superarán el 10 por ciento, mientras que en México acabamos de conocer números del segundo trimestre del presente año que han generado inquietud, al hablar de una caída del 18.9 por ciento y un pronóstico para finalizar el año que va más o menos a la par de las naciones europeas.

En el contexto mencionado, algo que ha generado un auténtico shock a nivel global, es ver el caso de China, nación de la que partió hacia todo el mundo el coronavirus, causante de la enfermedad que conocemos como covid-19.

Con ese negro antecedente a cuestas, esa nación, que es actualmente la segunda potencia económica mundial, se perfila para ser la única en todo el mundo que podrá cerrar el presente 2020 con números negros, estimándose que tendrá un crecimiento que rondaría entre el 1.5 y el 3 por ciento, cifras que si bien parecerían dignas de hacerse ilusiones para muchos países (el nuestro incluido), para el gigante asiático representa su cifra más baja en la materia desde 1976.

Recordemos que hasta hace no muchos años, Beijing llevaba un crecimiento promedio anual hasta de un 11 por ciento, mismo que al pasar cierta euforia, llegó a bajar hasta niveles de entre un 7 y un 8 por ciento, cifras que han seguido siendo envidiables.

Es importante recordar varios factores que en diferentes sentidos impulsan a la economía de China, uno de ellos radica en que son precisamente laboratorios farmacéuticos chinos, algunos de los que van a la cabeza en la carrera por conseguir primero una vacuna contra el coronavirus, lo que ha llevado a corporaciones como CanSino Biologics o Sinovac a multiplicar su valor en bolsa, algo que tomará otra dimensión en el momento en que sus fármacos se encuentren listos y comiencen su distribución por el mundo.

Pero no solo en lo médico está el crecimiento de China para este año, ya que también tienen un fuerte impulso en lo tecnológico, entre otras cosas por el hecho de que el gigante de las telecomunicaciones, Huawei, tiene buena parte de las patentes de la red 5G, además redes sociales chinas como WeChat y TikTok, se consolidan a nivel mundial, a lo que se suma el crecimiento de AliBaba, una suerte de Amazon chino, que entre el comercio electrónico y los servicios en la nube, da a Beijing un importante impulso en la carrera digital.

Con elementos como los mencionados, China se apresta a cerrar el año más difícil de la historia en materia económica a nivel mundial, con un crecimiento que ninguna potencia tendrá, menos las economías emergentes. Como para apreciar la importancia de impulsar la ciencia y la tecnología.


FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @yoladelatorre



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Después del golpe a la salud que ha representado la actual pandemia del covid-19, el otro daño que ha impactado a la humanidad ha sido el económico, debido entre otras cosas a los meses de confinamiento y al cierre de los negocios considerados como no esenciales, lo que deprimió la actividad productiva a nivel mundial a niveles nunca antes vistos.

Con frecuencia, al hablar sobre grandes crisis, el punto de referencia al que más se recurría era la Gran Depresión, acontecida entre 1929 y 1930, tiempos en los que el contrabando de licor en Estados Unidos, florecía en medio de la prohibición. Una época en la que, entre los avatares del choque económico, crecían figuras como Adolf Hitler, en Alemania, quien a la postre terminaría impulsando la Segunda Guerra Mundial.

Actualmente, ese nivel de crisis, genuinamente ha sido dejado atrás y vemos, por ejemplo, como en Estados Unidos, la caída de la economía supera ya los dos dígitos, al tiempo que no ha bastado el que le inyectaran a su economía 8 billones de dólares (cifra de doce ceros), al tiempo que el desempleo se multiplica y los negocios cierran uno tras otro.

Grandes economías del mundo, como la de Alemania e incluso la de Francia, se perfilan hacia cerrar el 2020 con crecimientos negativos que superarán el 10 por ciento, mientras que en México acabamos de conocer números del segundo trimestre del presente año que han generado inquietud, al hablar de una caída del 18.9 por ciento y un pronóstico para finalizar el año que va más o menos a la par de las naciones europeas.

En el contexto mencionado, algo que ha generado un auténtico shock a nivel global, es ver el caso de China, nación de la que partió hacia todo el mundo el coronavirus, causante de la enfermedad que conocemos como covid-19.

Con ese negro antecedente a cuestas, esa nación, que es actualmente la segunda potencia económica mundial, se perfila para ser la única en todo el mundo que podrá cerrar el presente 2020 con números negros, estimándose que tendrá un crecimiento que rondaría entre el 1.5 y el 3 por ciento, cifras que si bien parecerían dignas de hacerse ilusiones para muchos países (el nuestro incluido), para el gigante asiático representa su cifra más baja en la materia desde 1976.

Recordemos que hasta hace no muchos años, Beijing llevaba un crecimiento promedio anual hasta de un 11 por ciento, mismo que al pasar cierta euforia, llegó a bajar hasta niveles de entre un 7 y un 8 por ciento, cifras que han seguido siendo envidiables.

Es importante recordar varios factores que en diferentes sentidos impulsan a la economía de China, uno de ellos radica en que son precisamente laboratorios farmacéuticos chinos, algunos de los que van a la cabeza en la carrera por conseguir primero una vacuna contra el coronavirus, lo que ha llevado a corporaciones como CanSino Biologics o Sinovac a multiplicar su valor en bolsa, algo que tomará otra dimensión en el momento en que sus fármacos se encuentren listos y comiencen su distribución por el mundo.

Pero no solo en lo médico está el crecimiento de China para este año, ya que también tienen un fuerte impulso en lo tecnológico, entre otras cosas por el hecho de que el gigante de las telecomunicaciones, Huawei, tiene buena parte de las patentes de la red 5G, además redes sociales chinas como WeChat y TikTok, se consolidan a nivel mundial, a lo que se suma el crecimiento de AliBaba, una suerte de Amazon chino, que entre el comercio electrónico y los servicios en la nube, da a Beijing un importante impulso en la carrera digital.

Con elementos como los mencionados, China se apresta a cerrar el año más difícil de la historia en materia económica a nivel mundial, con un crecimiento que ninguna potencia tendrá, menos las economías emergentes. Como para apreciar la importancia de impulsar la ciencia y la tecnología.


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