/ miércoles 20 de julio de 2022

Cuchillito de palo | Hasta los cielos en desgracia

Nos volvió a batear (Para usar el lenguaje preferido del tlatoani) la FAA estadounidense (Administración Federal de la aviación de los EE.UU.). No se pudieron solventar las 28 observaciones, que había hecho hace un año, cuando degradó la calificación hasta que se resolvieran. Por un oído les entró y por el otro les salió a las autoridades más omisas e irresponsables, de que tengamos memoria.

La baja en la escala nos supone una problemática muy seria, peor cuando las aerolíneas intentan salir del bache económico que les provocó la pandemia y hacen un esfuerzo por recuperar el pasaje. Huelga decir la urgencia que tenemos, como país, de recuperar una economía, que anda por los suelos y que, con ayuda del turismo podría avanzar, aunque parece que a los ínclitos funcionaretes de la Secretaría de Comunicaciones les sale sobrando, mientras los viajeros le dan importancia al tema.

El Sistema de los aeropuertos está hecho un caos, a partir de la desafortunada ocurrencia del AIFA, mamarracho inútil, entre otras causas, por su carencia de comunicaciones.

A este gobierno nada le importa y no aplica las normas internacionales que hay que poner en práctica para acceder a la competencia mundial.

El emperador de palacio colocó, al frente de la subsecretaría de comunicaciones, a cargo de este rubro, al señore Jiménez Pons. El interfecto era el encargado de la obra del tren maya, no pudo con el paquete, elevó el costo de manera exorbitante y lo premiaron con un cargo tan destacado, en el que tampoco atará ni desatará, aunque es probable que engorde sus cuentas bancarias.

Los gringos aducen, entre otras causas para la sanción, que hay aspectos de la legislación aeronáutica que no se respetan, problemas en los recursos financieros y presupuestales, en la contratación del personal adecuado, suficiente y con los tabuladores pertinentes, certificación y vigilancia y la operación de los diversos sistemas técnicos y de inspección aérea. Les importa un bledo poner en peligro la vida de cientos de personas.

Como en el resto de la administración pública y guiados por la ignorancia de su pastor, llegaron a barrer a la gente competente, técnicos de primera con años de experiencia, para darles los cargos a los cuates y a la familia. El cinismo llegó a la atrocidad de nombrar controladores aéreos, a gente inexperta y sin calificación alguna.

Un individuo, que al fin corrieron, “rediseñó el espacio aéreo”, para que pudieran aterrizar y despegar los aviones del AIFA, haciendo un merequetengue de tal magnitud, que se ha hecho público y visible el peligro de la posibilidad del choque de aviones, por falta de pericia de los controladores, problemática del mentado rediseño y desgarriate generalizado de los ignaros al frente.

El tabasqueño, con su sonrisita burlona y sarcástica, se mofó del tema y respondió que son exageraciones por la “rabia de que se canceló el aeropuerto de Texcoco” (Del que, por cierto, ni quien tenga memoria, pero él siempre encuentra algún resquicio para ofender a los “conservadores”).

El caso es que ahora se pasa la próxima revisión hasta noviembre y si -como podemos esperarlo- las condiciones continúan siendo iguales, seguiremos “descertificados” y con la condena del resto del mundo, de las asociaciones de pilotos y demás involucrados en el ramo, que cada día rechazan con más enjundia, volar a este trópico. ¡Hasta los cielos tenía que destazar la 4T!

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Nos volvió a batear (Para usar el lenguaje preferido del tlatoani) la FAA estadounidense (Administración Federal de la aviación de los EE.UU.). No se pudieron solventar las 28 observaciones, que había hecho hace un año, cuando degradó la calificación hasta que se resolvieran. Por un oído les entró y por el otro les salió a las autoridades más omisas e irresponsables, de que tengamos memoria.

La baja en la escala nos supone una problemática muy seria, peor cuando las aerolíneas intentan salir del bache económico que les provocó la pandemia y hacen un esfuerzo por recuperar el pasaje. Huelga decir la urgencia que tenemos, como país, de recuperar una economía, que anda por los suelos y que, con ayuda del turismo podría avanzar, aunque parece que a los ínclitos funcionaretes de la Secretaría de Comunicaciones les sale sobrando, mientras los viajeros le dan importancia al tema.

El Sistema de los aeropuertos está hecho un caos, a partir de la desafortunada ocurrencia del AIFA, mamarracho inútil, entre otras causas, por su carencia de comunicaciones.

A este gobierno nada le importa y no aplica las normas internacionales que hay que poner en práctica para acceder a la competencia mundial.

El emperador de palacio colocó, al frente de la subsecretaría de comunicaciones, a cargo de este rubro, al señore Jiménez Pons. El interfecto era el encargado de la obra del tren maya, no pudo con el paquete, elevó el costo de manera exorbitante y lo premiaron con un cargo tan destacado, en el que tampoco atará ni desatará, aunque es probable que engorde sus cuentas bancarias.

Los gringos aducen, entre otras causas para la sanción, que hay aspectos de la legislación aeronáutica que no se respetan, problemas en los recursos financieros y presupuestales, en la contratación del personal adecuado, suficiente y con los tabuladores pertinentes, certificación y vigilancia y la operación de los diversos sistemas técnicos y de inspección aérea. Les importa un bledo poner en peligro la vida de cientos de personas.

Como en el resto de la administración pública y guiados por la ignorancia de su pastor, llegaron a barrer a la gente competente, técnicos de primera con años de experiencia, para darles los cargos a los cuates y a la familia. El cinismo llegó a la atrocidad de nombrar controladores aéreos, a gente inexperta y sin calificación alguna.

Un individuo, que al fin corrieron, “rediseñó el espacio aéreo”, para que pudieran aterrizar y despegar los aviones del AIFA, haciendo un merequetengue de tal magnitud, que se ha hecho público y visible el peligro de la posibilidad del choque de aviones, por falta de pericia de los controladores, problemática del mentado rediseño y desgarriate generalizado de los ignaros al frente.

El tabasqueño, con su sonrisita burlona y sarcástica, se mofó del tema y respondió que son exageraciones por la “rabia de que se canceló el aeropuerto de Texcoco” (Del que, por cierto, ni quien tenga memoria, pero él siempre encuentra algún resquicio para ofender a los “conservadores”).

El caso es que ahora se pasa la próxima revisión hasta noviembre y si -como podemos esperarlo- las condiciones continúan siendo iguales, seguiremos “descertificados” y con la condena del resto del mundo, de las asociaciones de pilotos y demás involucrados en el ramo, que cada día rechazan con más enjundia, volar a este trópico. ¡Hasta los cielos tenía que destazar la 4T!

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq