/ miércoles 11 de abril de 2018

Cuchillito de palo | Y los gringos... ¡Impávidos!

Poco les importó el envío de la guardia nacional a la frontera. México, de siempre, ocupa poco lugar en los medios de comunicación estadounidenses, salvo cuando hay algún terremoto marca diablo, o alguna cuestión que los afecte en forma directa, como el homicidio de un turista. Ni nos ven, ni nos oyen ni les importamos un pepino.

Sólo periódicos, como el Washington Post y un grupo de comunicadores, académicos e intelectuales, defienden a los migrantes y publican las numerosas detenciones de los famosos ICE (Policía de migración), los que traen de cabeza a los hispanos. La Iglesia Católica también levanta la voz, pero la gran masa se ocupa y preocupa por lo que ocurre en otras naciones, como si los miles de kilómetros de vecindad, fueran inexistentes.

Como bien le dijo el Presidente Peña Nieto a Trump, éste debería encausar sus frustraciones a los culpables de las mismas y dejar de tomarnos como bandera de sus múltiples complejos y, sobre todo, estados demenciales.

Frente a la indiferencia generalizada y los ataques de iracundia de la Casa Blanca, nuestros compatriotas la están pasando mal. En estados como Washington D.C. y su vecino Maryland, ambos de sello demócrata, la persecución es menos violenta, aunque empieza a subir de nivel. La campaña del hotentote, que consiguió la máxima jerarquía del otrora imperio, sacó a relucir sentimientos racistas, que se encontraban latentes.

En Maryland, con población mayoritaria afroamericana, hay agravios menores y crece el rechazo, aunque todavía de manera velada. Hacer un trámite en una oficina gubernamental y decir que eres mexicano, implica tener que presentar más papeles, que los que en realidad se requieren.

Los Republicanos mismos, en voz muy baja, reconocen que eligieron al peor de los presidentes, pero ahora buscan conservar la posición y dan la batalla por ella.

Como al propio Trump, el “coco” que los trae de cabeza es la posibilidad de perder la mayoría congresista, en las elecciones del próximo noviembre. Ya empezaron a sufrir descalabros y en urnas locales, acaban de tener un par de reveses. Si el Partido Demócrata logra reconstituirse, arrasa. A raíz del descalabro con Hillary Clinton, se empantanaron y les faltan cuadros con poder de convocatoria.

Hay una negación de la realidad, del perjuicio que tendrían sin la mano de obra que hace el trabajo sucio. En Texas, los ICE han iniciado una serie de redadas en empacadoras de carne (Donde la mayoría de los trabajadores son mexicanos indocumentados). De acuerdo al Washington Post, en una de ellas se llevaron a todos. Los dueños trataron de sustituirlos y, para hacerlo, ofrecieron mejor salario: no se presentó nadie. Decidieron que además les darían seguridad social y tampoco apareció ni un alma. Acabaron cerrando la fábrica. Ni siquiera el sector conocido como “White trash” (La basura blanca), acepta este tipo de chambas, que dejaban para los “sin papeles”.

En contraparte, lo que sucede con China los trae en jaque. Saben que el enfrentamiento les puede pegar en los bolsillos, como pasará con los productores de Soya, una de sus mayores exportaciones agrícolas. Los consideran tramposos en sus acuerdos comerciales, pero son la fuente económica para miles de familias.

La guardia nacional ya está en Texas y Arizona. De que “venadearán” a quien pesquen, ni duda cabe. Mientras Trump tenga la batuta, el diálogo y los razonamientos son inútiles.

catalinanq@hotmail.com

Tuiter: @catalinanq

Poco les importó el envío de la guardia nacional a la frontera. México, de siempre, ocupa poco lugar en los medios de comunicación estadounidenses, salvo cuando hay algún terremoto marca diablo, o alguna cuestión que los afecte en forma directa, como el homicidio de un turista. Ni nos ven, ni nos oyen ni les importamos un pepino.

Sólo periódicos, como el Washington Post y un grupo de comunicadores, académicos e intelectuales, defienden a los migrantes y publican las numerosas detenciones de los famosos ICE (Policía de migración), los que traen de cabeza a los hispanos. La Iglesia Católica también levanta la voz, pero la gran masa se ocupa y preocupa por lo que ocurre en otras naciones, como si los miles de kilómetros de vecindad, fueran inexistentes.

Como bien le dijo el Presidente Peña Nieto a Trump, éste debería encausar sus frustraciones a los culpables de las mismas y dejar de tomarnos como bandera de sus múltiples complejos y, sobre todo, estados demenciales.

Frente a la indiferencia generalizada y los ataques de iracundia de la Casa Blanca, nuestros compatriotas la están pasando mal. En estados como Washington D.C. y su vecino Maryland, ambos de sello demócrata, la persecución es menos violenta, aunque empieza a subir de nivel. La campaña del hotentote, que consiguió la máxima jerarquía del otrora imperio, sacó a relucir sentimientos racistas, que se encontraban latentes.

En Maryland, con población mayoritaria afroamericana, hay agravios menores y crece el rechazo, aunque todavía de manera velada. Hacer un trámite en una oficina gubernamental y decir que eres mexicano, implica tener que presentar más papeles, que los que en realidad se requieren.

Los Republicanos mismos, en voz muy baja, reconocen que eligieron al peor de los presidentes, pero ahora buscan conservar la posición y dan la batalla por ella.

Como al propio Trump, el “coco” que los trae de cabeza es la posibilidad de perder la mayoría congresista, en las elecciones del próximo noviembre. Ya empezaron a sufrir descalabros y en urnas locales, acaban de tener un par de reveses. Si el Partido Demócrata logra reconstituirse, arrasa. A raíz del descalabro con Hillary Clinton, se empantanaron y les faltan cuadros con poder de convocatoria.

Hay una negación de la realidad, del perjuicio que tendrían sin la mano de obra que hace el trabajo sucio. En Texas, los ICE han iniciado una serie de redadas en empacadoras de carne (Donde la mayoría de los trabajadores son mexicanos indocumentados). De acuerdo al Washington Post, en una de ellas se llevaron a todos. Los dueños trataron de sustituirlos y, para hacerlo, ofrecieron mejor salario: no se presentó nadie. Decidieron que además les darían seguridad social y tampoco apareció ni un alma. Acabaron cerrando la fábrica. Ni siquiera el sector conocido como “White trash” (La basura blanca), acepta este tipo de chambas, que dejaban para los “sin papeles”.

En contraparte, lo que sucede con China los trae en jaque. Saben que el enfrentamiento les puede pegar en los bolsillos, como pasará con los productores de Soya, una de sus mayores exportaciones agrícolas. Los consideran tramposos en sus acuerdos comerciales, pero son la fuente económica para miles de familias.

La guardia nacional ya está en Texas y Arizona. De que “venadearán” a quien pesquen, ni duda cabe. Mientras Trump tenga la batuta, el diálogo y los razonamientos son inútiles.

catalinanq@hotmail.com

Tuiter: @catalinanq