/ lunes 7 de junio de 2021

Después de las elecciones, ¿qué sigue?

Mientras la autoridad electoral hace los conteos para declarar a los ganadores, el país no se detiene y menos ahora que la capital pasa a semáforo verde, sumando así 19 entidades en esta situación.

Uno de los primeros efectos que observamos es que el Valle de México ha avanzado hacia el semáforo verde también, permitiendo el regreso a clases presenciales, la extensión de horarios en restaurantes y la ligera ampliación del aforo en centros comerciales, gimnasios, comercios, hoteles y eventos deportivos, de entretenimiento y recreación.

Claramente se busca permitir que los negocios que han sobrevivido a la pandemia, puedan dinamizarse y con ello, reactivar la economía local, pues ya estamos por concluir la primera mitad del año y los signos de recuperación económica van lentos; sin embargo, el riesgo de rebrote debe mantenerse a raya. Esta es la nueva realidad en la que estamos conviviendo.

Y esto no sólo está pasando en México, en Europa vemos como se han ajustado algunas restricciones para permitir que el turismo se recupere durante el verano. Mientras que en Asia, los rebrotes y la crisis sanitaria en India, han obligado a endurecer las medidas de convivencia. Es decir, seguimos a prueba y error, buscando equilibrar la protección de las personas y su supervivencia económica.

Mientras tanto, la agenda política en México, durante esta semana, estará marcada por la visita de la Vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, no solo porque es su primera salida oficial, sino porque viene a marcar distancia del tratamiento que Donald Trump dio a la migración en el pasado, ya que visita Guatemala y México hablando de soluciones integrales y regionales.

Independientemente de los desacuerdos, evidentes o no, entre el Presidente Biden y el Presidente López Obrador, hay temas de Estado que necesitan un viraje porque son esenciales para combatir los niveles de desigualdad en un país.

Seguramente escucharemos mucho sobre las “causas de raíz” que generan migraciones masivas desde Centroamérica y ojalá que también escuchemos propuestas enfocadas en mejorar los niveles de vida de las personas para evitar que se vean orilladas a salir de sus países de origen. Quizá la reactivación económica sea una ventana de oportunidad para hablar de cadenas productivas regionales, inversión en capital humano y transferencia de tecnología.

Desde luego el combate a cambio climático será un tema transversal, ya que es el sello de la administración Biden-Harris. Lo cual volverá a poner sobre la mesa la gastada hipótesis gubernamental de que vale más tener una refinería (o dos, una Tabasco y otra Texas) y apostar a las energías fósiles en pleno siglo XXI. Esto, aderezado con las acciones de inconstitucionalidad que se siguen presentando contra la Ley de Hidrocarburos, estará dando mucho de qué hablar.

Finalmente, no esperemos que después de ésta visita veamos un cambio de opinión importante en Palacio Nacional, pues recordemos que AMLO es un presidente que mira hacia adentro y que busca aislarse. Sin embargo, habrá compromisos que seguramente aterrizarán en las Secretarías de Relaciones Exteriores y Gobernación, con más protagonismo de la primera.

De los temas del TMEC, ni siquiera podría asegurar que se mencione algo, al menos no en voz alta y buscando la inclusión de los sectores productivos, lo cual es una lastima considerando el potencial que hay ahí.

Mientras la autoridad electoral hace los conteos para declarar a los ganadores, el país no se detiene y menos ahora que la capital pasa a semáforo verde, sumando así 19 entidades en esta situación.

Uno de los primeros efectos que observamos es que el Valle de México ha avanzado hacia el semáforo verde también, permitiendo el regreso a clases presenciales, la extensión de horarios en restaurantes y la ligera ampliación del aforo en centros comerciales, gimnasios, comercios, hoteles y eventos deportivos, de entretenimiento y recreación.

Claramente se busca permitir que los negocios que han sobrevivido a la pandemia, puedan dinamizarse y con ello, reactivar la economía local, pues ya estamos por concluir la primera mitad del año y los signos de recuperación económica van lentos; sin embargo, el riesgo de rebrote debe mantenerse a raya. Esta es la nueva realidad en la que estamos conviviendo.

Y esto no sólo está pasando en México, en Europa vemos como se han ajustado algunas restricciones para permitir que el turismo se recupere durante el verano. Mientras que en Asia, los rebrotes y la crisis sanitaria en India, han obligado a endurecer las medidas de convivencia. Es decir, seguimos a prueba y error, buscando equilibrar la protección de las personas y su supervivencia económica.

Mientras tanto, la agenda política en México, durante esta semana, estará marcada por la visita de la Vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, no solo porque es su primera salida oficial, sino porque viene a marcar distancia del tratamiento que Donald Trump dio a la migración en el pasado, ya que visita Guatemala y México hablando de soluciones integrales y regionales.

Independientemente de los desacuerdos, evidentes o no, entre el Presidente Biden y el Presidente López Obrador, hay temas de Estado que necesitan un viraje porque son esenciales para combatir los niveles de desigualdad en un país.

Seguramente escucharemos mucho sobre las “causas de raíz” que generan migraciones masivas desde Centroamérica y ojalá que también escuchemos propuestas enfocadas en mejorar los niveles de vida de las personas para evitar que se vean orilladas a salir de sus países de origen. Quizá la reactivación económica sea una ventana de oportunidad para hablar de cadenas productivas regionales, inversión en capital humano y transferencia de tecnología.

Desde luego el combate a cambio climático será un tema transversal, ya que es el sello de la administración Biden-Harris. Lo cual volverá a poner sobre la mesa la gastada hipótesis gubernamental de que vale más tener una refinería (o dos, una Tabasco y otra Texas) y apostar a las energías fósiles en pleno siglo XXI. Esto, aderezado con las acciones de inconstitucionalidad que se siguen presentando contra la Ley de Hidrocarburos, estará dando mucho de qué hablar.

Finalmente, no esperemos que después de ésta visita veamos un cambio de opinión importante en Palacio Nacional, pues recordemos que AMLO es un presidente que mira hacia adentro y que busca aislarse. Sin embargo, habrá compromisos que seguramente aterrizarán en las Secretarías de Relaciones Exteriores y Gobernación, con más protagonismo de la primera.

De los temas del TMEC, ni siquiera podría asegurar que se mencione algo, al menos no en voz alta y buscando la inclusión de los sectores productivos, lo cual es una lastima considerando el potencial que hay ahí.