Comencemos por una buena -así me lo pareció-, definición de política cuyo tutor es Groucho Marx, -Julius Henry Marx, mejor conocido como Groucho Marx (1890-e 1977), actor, humorista y escritor estadounidense, considerado el cómico más influyente de todos los tiempos-: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados".
Pues resulta que la esperada consulta para elegir a la candidata presidencial del Frente Amplio por México, se canceló; una de las mejores propuestas democráticas en nuestro país de los últimos tiempos, fue abortada quitando la oportunidad de que los mexicanos decidiéramos en las urnas por quién votaríamos para ser candidata presidencial -ojo, ¡CANDIDATA!-, lo que anuló de la contienda a Beatriz Paredes, en virtud de que el propio Revolucionario Institucional en voz de su “presidente” Alejandro Moreno “Alito”, respaldo a Xóchitl Gálvez -a quien de ninguna manera se desconocen méritos-, pero habría sido interesante llevar a su fin el ejercicio tan solo por respeto a la democracia pues…
Alrededor de 15 puntos, se dice, eran la ventaja de Gálvez; sin embargo, cerca de dos millones de mexicanos -que firmaron a favor de alguno de los candidatos que participaron en el proceso-, fueron ignorados para decidir vía urnas o telefónica quien sería la contendiente por parte del Frente; sin importar la estrategia, el operativo armado por la sociedad, los gastos que el operativo implicó, la participación de miles en redes sociales: nada evitó el presagio de Andrés López que, en la mañanera del jueves, se burlo de millones cobró la apuesta y lanzó: “SE LOS DIJE…”
Por fortuna, Xochitl salió respondona y el mismo día dobló la apuesta al prejidente ante su anunciada candidata Claudia Sheinbam.
Pero, retomando el tema que nos ocupa, tan sencillo que habría sido realizar el ejercicio y, de ser Gálvez efectivamente la vencedora -muy probablemente así sería-, legitimar su victoria sin dar opción a que nadie la declame “candidata producto de un arreglo elitista de las altas esferas de los tres partidos con los líderes de la sociedad civil”.
Tres son las hipótesis que se han manejado respecto a la decisión: De realizar el proceso, no resultaría Xóchitl, sino Beatriz la ganadora lo cual daría fuerza al PRI y no se vería como una candidata independiente, además de que panistas y perredistas de la sociedad no la harían suya… Con Beatriz en la boleta, dicen, tendría ventaja Morena y su anunciada candidata Claudia Sheinbaum; por el contrario, Xóchitl complica a MORENA.
La segunda hipótesis radica en el poder de movilización electoral del PRI, en cuyo caso si Beatriz Paredes saliera derrotada, la derrota para el tricolor habría sido escandalosa, evidenciando la decadencia cada vez más obvia del partido.
Finalmente, que “Alito” quiso demostrar su mando y hacer menos a la reconocida priista -uno de los pocos valores que aun posee el tricolor-, Beatriz Paredes.
Lo único cierto es que de ninguna manera se justifica que los tres partidos -PAN, PRI y PRD-, fueran quienes dieran el golpe a la voluntad de 2.3 millones de ciudadanos convocados y dispuestos a participar en la consulta. Lo menos que se puede exigir es que tanto el Comité organizador del Frente, como los partidos denoten transparencia sobre lo sucedido al grado de anticipar resultados y matar la esperada consulta pública.
Una más de las crisis democráticas de los últimos tiempos: se perdió una oportunidad histórica en materia de democracia; una vez más, se tuvo la intención: “Si un director de orquesta se queda sin músicos, ¿a qué se queda?” Beatriz Paredes.
gamogui@hotmail.com