/ viernes 23 de febrero de 2024

Ebullición geopolítica y geoeconómica en Ucrania

La ebullición geopolítica y geoeconómica emprendida desde el Kremlin contra Ucrania lleva diez años, no dos como creemos. Desde mi trinchera académica he hablado una y otra vez en prensa, radio y televisión sobre diversas aristas de la guerra en Ucrania que van desde las crisis: humanitaria, inflacionaria, energética y alimentaria, la diplomacia de los granos, el cisne negro, el impacto geoeconómico, hasta el efecto Matryoshka, la OTANización y la desPUTINización, que han sido términos que bauticé como conceptos, que definí y que han marcado agenda dentro de los medios nacionales e internacionales.

Es demoledor ver que, desde hace 10 años Crimea comenzó a ser la primera pieza del rompecabezas que se despegaba del mapa de Ucrania. Desde hace 24 meses la atención internacional está en las piezas que tienen desdibujadas las regiones de Donestk y Luhansk pero también las piezas que contienen a las zonas de Jersón y Zaporiyia.

Esto no se trata solo de Ucrania, sino de la tambaleante paz y seguridad internacional que parecieran estar ensombrecidas ante el capricho de una cúpula del poder ruso ya denunciada años atrás por el político disidente Alexei Nalvalny quien ha perdido la vida por levantar la voz al desnudar las corruptelas del círculo cercano de quien pretende perpetuarse en el poder en las próximas elecciones de marzo.

La democracia retrocede y la autocracia enamora con engaños a las masas. Masas ubicadas no sólo en el país con mayor dimensión territorial sino que también están presentes en el país vecino al norte de México. Este punto lo resalto porque los neopopulismos disfrazados de super héroes que llegarán a salvar al país tocarán la puerta de la Casa Blanca el próximo 5 de noviembre. Cada vez veo mayor probabilidad de que se tenga una nueva era Trumpista 2.0. Esto azotará el respaldo que Washington ha venido dando a Kiev.

Sin duda ante esta invasión pareciera que el único enemigo público es el inquilino del Gran Palacio del Kremlin. Pero ante el año electoral en Estados Unidos, queda en evidencia que el maestro de la insurrección es otro enemigo público que no hay que perder de vista. Ya que más allá de que su candidatura se formalizará el próximo mes julio en medio de una serie de acusaciones penales y de que es altamente probable que gane y se dé el auto indulto, su llegada a la Casa Blanca implicaría i) meter un sismo geomilitar a la OTAN y ii) tener una relación ríspida con el inquilino del Palacio Mariyinski. Por lo que esta guerra podría tambalear ante el cierre de la llave del financiamiento por lo que la verdadera preocupación deben ser las elecciones del territorio aliado y no del enemigo, ya que estas últimas son predecibles. Este tercer año de guerra en Ucrania, el país deberá sortear:

  • El Kremlin solo cree como solución el tomar parte del territorio ucraniano.

  • Ucrania depende profundamente del apoyo financiero de Estados Unidos y del suministro militar de algunos países occidentales.

  • Nos estamos enfrentando a una nueva guerra en Medio Oriente que, a la vez requiere su propia atención. Además, ya dejó de estar focalizado entre Israel y Hamás debido al involucramiento de otros grupos pro iraníes en otros países.

  • Estados Unidos tendrá elecciones presidenciales este año y el tema de la guerra en Ucrania es parte del debate público.

  • Los intereses geopolíticos y geoeconómicos de diferentes países o grupo de países como la Liga Árabe.

  • Hay una falta de voluntad para poner fin a la guerra por parte de las superpotencias.

Pero para el cuarto año, es decir, febrero del 2025 será más pulverizador que estos tres años ya que podría ser el año decisivo para Ucrania porque el choque de trenes no sólo sería Kiev-Moscú sino también en otro espectro Kiev-Washington. Intentar suplir el apoyo estadounidense por el europeo suena muy romántico, pero no será suficiente ya que la propia Unión Europea enfrenta elecciones parlamentarias este junio, trae su propia agenda y retos para el resto del año y para el 2025. Por más que haga grandes esfuerzos, la capacidad económica que brinda Washington no puede ser sustituida por Bruselas.

Esto no significa que debemos quedarnos con los brazos cruzados, significa que, al haber más variables se vuelve más impredecible lo que sucederá con esta guerra que ya de por sí he resaltado desde hace meses atrás que no avanza de manera lineal, sino que lo hace en espiral dentro de un pentágono donde sus 5 aristas representan: nuevos actores, nuevos fenómenos, nuevas crisis, nuevos elementos y nuevos polos de poder.

Este 24 de febrero le mando un girasol a cada hogar de Ucrania que sufre y llora por la guerra.

Dra. Aribel Contreras Suárez

Coordinadora de la Licenciatura en Negocios Globales

Universidad Iberoamericana

Asociada COMEXI y miembro de la Unidad de Estudio y Reflexión de la Crisis Ucrania-Rusia

Analista internacional

@AribelContreras

aribelcontreras.com.mx


La ebullición geopolítica y geoeconómica emprendida desde el Kremlin contra Ucrania lleva diez años, no dos como creemos. Desde mi trinchera académica he hablado una y otra vez en prensa, radio y televisión sobre diversas aristas de la guerra en Ucrania que van desde las crisis: humanitaria, inflacionaria, energética y alimentaria, la diplomacia de los granos, el cisne negro, el impacto geoeconómico, hasta el efecto Matryoshka, la OTANización y la desPUTINización, que han sido términos que bauticé como conceptos, que definí y que han marcado agenda dentro de los medios nacionales e internacionales.

Es demoledor ver que, desde hace 10 años Crimea comenzó a ser la primera pieza del rompecabezas que se despegaba del mapa de Ucrania. Desde hace 24 meses la atención internacional está en las piezas que tienen desdibujadas las regiones de Donestk y Luhansk pero también las piezas que contienen a las zonas de Jersón y Zaporiyia.

Esto no se trata solo de Ucrania, sino de la tambaleante paz y seguridad internacional que parecieran estar ensombrecidas ante el capricho de una cúpula del poder ruso ya denunciada años atrás por el político disidente Alexei Nalvalny quien ha perdido la vida por levantar la voz al desnudar las corruptelas del círculo cercano de quien pretende perpetuarse en el poder en las próximas elecciones de marzo.

La democracia retrocede y la autocracia enamora con engaños a las masas. Masas ubicadas no sólo en el país con mayor dimensión territorial sino que también están presentes en el país vecino al norte de México. Este punto lo resalto porque los neopopulismos disfrazados de super héroes que llegarán a salvar al país tocarán la puerta de la Casa Blanca el próximo 5 de noviembre. Cada vez veo mayor probabilidad de que se tenga una nueva era Trumpista 2.0. Esto azotará el respaldo que Washington ha venido dando a Kiev.

Sin duda ante esta invasión pareciera que el único enemigo público es el inquilino del Gran Palacio del Kremlin. Pero ante el año electoral en Estados Unidos, queda en evidencia que el maestro de la insurrección es otro enemigo público que no hay que perder de vista. Ya que más allá de que su candidatura se formalizará el próximo mes julio en medio de una serie de acusaciones penales y de que es altamente probable que gane y se dé el auto indulto, su llegada a la Casa Blanca implicaría i) meter un sismo geomilitar a la OTAN y ii) tener una relación ríspida con el inquilino del Palacio Mariyinski. Por lo que esta guerra podría tambalear ante el cierre de la llave del financiamiento por lo que la verdadera preocupación deben ser las elecciones del territorio aliado y no del enemigo, ya que estas últimas son predecibles. Este tercer año de guerra en Ucrania, el país deberá sortear:

  • El Kremlin solo cree como solución el tomar parte del territorio ucraniano.

  • Ucrania depende profundamente del apoyo financiero de Estados Unidos y del suministro militar de algunos países occidentales.

  • Nos estamos enfrentando a una nueva guerra en Medio Oriente que, a la vez requiere su propia atención. Además, ya dejó de estar focalizado entre Israel y Hamás debido al involucramiento de otros grupos pro iraníes en otros países.

  • Estados Unidos tendrá elecciones presidenciales este año y el tema de la guerra en Ucrania es parte del debate público.

  • Los intereses geopolíticos y geoeconómicos de diferentes países o grupo de países como la Liga Árabe.

  • Hay una falta de voluntad para poner fin a la guerra por parte de las superpotencias.

Pero para el cuarto año, es decir, febrero del 2025 será más pulverizador que estos tres años ya que podría ser el año decisivo para Ucrania porque el choque de trenes no sólo sería Kiev-Moscú sino también en otro espectro Kiev-Washington. Intentar suplir el apoyo estadounidense por el europeo suena muy romántico, pero no será suficiente ya que la propia Unión Europea enfrenta elecciones parlamentarias este junio, trae su propia agenda y retos para el resto del año y para el 2025. Por más que haga grandes esfuerzos, la capacidad económica que brinda Washington no puede ser sustituida por Bruselas.

Esto no significa que debemos quedarnos con los brazos cruzados, significa que, al haber más variables se vuelve más impredecible lo que sucederá con esta guerra que ya de por sí he resaltado desde hace meses atrás que no avanza de manera lineal, sino que lo hace en espiral dentro de un pentágono donde sus 5 aristas representan: nuevos actores, nuevos fenómenos, nuevas crisis, nuevos elementos y nuevos polos de poder.

Este 24 de febrero le mando un girasol a cada hogar de Ucrania que sufre y llora por la guerra.

Dra. Aribel Contreras Suárez

Coordinadora de la Licenciatura en Negocios Globales

Universidad Iberoamericana

Asociada COMEXI y miembro de la Unidad de Estudio y Reflexión de la Crisis Ucrania-Rusia

Analista internacional

@AribelContreras

aribelcontreras.com.mx