/ viernes 7 de agosto de 2020

Educación y televisión

El 3 de agosto el Presidente y el Secretario Moctezuma anunciaron el regreso a clases a distancia a partir del 24 de agosto, hasta en tanto se den condiciones de seguridad en las escuelas. La decisión es difícil, todos queremos regresar a la normalidad. El eje de esta estrategia es la relación docente-estudiante con el apoyo de la televisión y otros instrumentos.

Esta estrategia es la única alternativa responsable frente a las otras posibilidades, como eran la de rendirse, que se realizó en muchos países o propusieron algunos diletantes: renunciar a los aprendizajes y posponer indefinidamente el ciclo escolar; lo que generaría un daño terrible. La segunda era tener un regreso presencial como estaba programado de manera alternada, sin embargo, esto pondría en riesgo no solo a la comunidad educativa si no a la sociedad en su conjunto.

El anuncio ha contado con gran apoyo de las comunidades educativas, aunque ha habido críticas infundadas y reacciones aisladas. En todo caso vale la pena analizar, por ejemplo, algún periódico nacional, donde autoproclamados y poco sustentados especialistas cuestionaron sobre cómo se iba a evaluar, lo cual resulta absurdo y fuera de lugar, ya que no es materia de lo que se anunció, la insensibilidad de no dimensionar el tamaño del reto.

Por el otro lado, hay propuestas y comentarios que son una posición política, que consideramos una preocupación auténtica y legítima como es el caso de utilizar fotocopias en lugar de la televisión, lo cual ya se hace en comunidades alejadas o donde no hay disponibilidad de televisión. Hacerlo generalizado en zonas urbanas, resultaría muy peligroso para los docentes, muy caro y no he encontrado evidencia pedagógica que nos muestre que las copias tienen mayor valor educativo que la televisión o el radio.

La bibliografía sobre el valor educativo de la televisión en sus diversas modalidades es muy amplia y las experiencias a nivel nacional e internacional están más que documentadas, más de 40 naciones usan programas de televisión educativa para llegar a la mayor cantidad de alumnos posibles. Mención especial merece la telesecundaria. El mismo Banco Mundial reconoce que es el ejemplo de televisión educativa más antiguo de toda Latinoamérica y muestra un alto impacto en la alta demanda de inscripción y en riesgo de rezago.

La evidencia del éxito del programa es clara y contundente en Oaxaca: en telesecundaria el índice de reprobación es de apenas 1.59%, mientras que en las secundarias generales y técnicas es de 11% y 15% respectivamente. Asimismo, la eficiencia terminal de las telesecundarias en Oaxaca es superior a los demás modelos con 84%, en comparación con el 78% de las generales y el 73% de las técnicas.

El modelo Educación a Distancia es la opción más conveniente, pues abarca para todas las condiciones del país incluyendo a las comunidades más alejadas, donde habrá adicionalmente transmisiones por radio en 20 lenguas indígenas.

Por último, es necesario reiterar que el eje de la estrategia es la relación entre docentes y estudiantes, por lo que la televisión y otras herramientas son solo instrumentos de apoyo. La realidad pura y dura es que frente a un reto de las dimensiones que presenta la pandemia, el ambiente social y todo lo que está rodeando al entorno escolar en este momento, la mejor alternativa es la presentada. Si bien el modelo no es perfecto, nadie lo ha proclamado, es el único posible, responsable y pertinente con la realidad nacional.

Twitter: @LuisH_Fernandez

El 3 de agosto el Presidente y el Secretario Moctezuma anunciaron el regreso a clases a distancia a partir del 24 de agosto, hasta en tanto se den condiciones de seguridad en las escuelas. La decisión es difícil, todos queremos regresar a la normalidad. El eje de esta estrategia es la relación docente-estudiante con el apoyo de la televisión y otros instrumentos.

Esta estrategia es la única alternativa responsable frente a las otras posibilidades, como eran la de rendirse, que se realizó en muchos países o propusieron algunos diletantes: renunciar a los aprendizajes y posponer indefinidamente el ciclo escolar; lo que generaría un daño terrible. La segunda era tener un regreso presencial como estaba programado de manera alternada, sin embargo, esto pondría en riesgo no solo a la comunidad educativa si no a la sociedad en su conjunto.

El anuncio ha contado con gran apoyo de las comunidades educativas, aunque ha habido críticas infundadas y reacciones aisladas. En todo caso vale la pena analizar, por ejemplo, algún periódico nacional, donde autoproclamados y poco sustentados especialistas cuestionaron sobre cómo se iba a evaluar, lo cual resulta absurdo y fuera de lugar, ya que no es materia de lo que se anunció, la insensibilidad de no dimensionar el tamaño del reto.

Por el otro lado, hay propuestas y comentarios que son una posición política, que consideramos una preocupación auténtica y legítima como es el caso de utilizar fotocopias en lugar de la televisión, lo cual ya se hace en comunidades alejadas o donde no hay disponibilidad de televisión. Hacerlo generalizado en zonas urbanas, resultaría muy peligroso para los docentes, muy caro y no he encontrado evidencia pedagógica que nos muestre que las copias tienen mayor valor educativo que la televisión o el radio.

La bibliografía sobre el valor educativo de la televisión en sus diversas modalidades es muy amplia y las experiencias a nivel nacional e internacional están más que documentadas, más de 40 naciones usan programas de televisión educativa para llegar a la mayor cantidad de alumnos posibles. Mención especial merece la telesecundaria. El mismo Banco Mundial reconoce que es el ejemplo de televisión educativa más antiguo de toda Latinoamérica y muestra un alto impacto en la alta demanda de inscripción y en riesgo de rezago.

La evidencia del éxito del programa es clara y contundente en Oaxaca: en telesecundaria el índice de reprobación es de apenas 1.59%, mientras que en las secundarias generales y técnicas es de 11% y 15% respectivamente. Asimismo, la eficiencia terminal de las telesecundarias en Oaxaca es superior a los demás modelos con 84%, en comparación con el 78% de las generales y el 73% de las técnicas.

El modelo Educación a Distancia es la opción más conveniente, pues abarca para todas las condiciones del país incluyendo a las comunidades más alejadas, donde habrá adicionalmente transmisiones por radio en 20 lenguas indígenas.

Por último, es necesario reiterar que el eje de la estrategia es la relación entre docentes y estudiantes, por lo que la televisión y otras herramientas son solo instrumentos de apoyo. La realidad pura y dura es que frente a un reto de las dimensiones que presenta la pandemia, el ambiente social y todo lo que está rodeando al entorno escolar en este momento, la mejor alternativa es la presentada. Si bien el modelo no es perfecto, nadie lo ha proclamado, es el único posible, responsable y pertinente con la realidad nacional.

Twitter: @LuisH_Fernandez