/ viernes 19 de abril de 2024

Irán y la decadencia de occidente

El pasado 13 de abril Irán realizó por primera vez un ataque mediante el uso de drones y misiles contra Israel, como respuesta al bombardeo israelí al consulado iraní en Siria que dejó un saldo de 16 muertos. Ésta es la primera agresión que realiza Teherán desde su territorio hacia Israel, en el marco de una guerra que inició entre ambas naciones desde 1985 cuando explotó la revolución iraní. Es importante recalcar que el ataque de Irán no dejó ningún muerto, mientras que los bombardeos de Israel a la Franja de Gaza hace unos meses dejaron un saldo de más de 30 mil palestinos muertos, además de que se registraron ataques israelís contra hospitales y convoyes de ayuda humanitaria.

Estos acontecimientos significan una recomposición de toda la geopolítica, en la cual se realinean nuevamente las potencias, mientras que Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y prácticamente toda la Unión Europea apoyan a Israel, Irán tiene el apoyo de Rusia, Irak, Líbano y organizaciones como Hezbollah y Hamas. Sin embargo, más allá del tema meramente militar, se observa un conflicto más profundo, que es una crisis de valores muy parecida a lo que se observa ya en Estados Unidos: una confrontación de una sociedad con valores tradicionales frente a una cultura que se le ha llamado woke. También significa una recomposición económica, en la que hace unos años prácticamente todas las transacciones internacionales se realizaban en dólares, pero en la actualidad muchos países ya han optado cambiar la moneda hacia el yuan, ante el debilitamiento del dólar y el fortalecimiento de otras divisas como el peso mexicano y el peso colombiano, que se han apreciado 13% y 20%, respectivamente, posicionándolas como las monedas más fuertes de América Latina. Mientras tanto, el rublo también ha ido en picada desde la guerra contra Ucrania, y si bien Rusia insiste en plantearse como ganador, la realidad es que el conflicto continúa.

Vienen momentos difíciles para Occidente y su cultura; para efecto práctico, Europa casi se ha vuelto una república islámica. Países como Francia y Alemania tienen aproximadamente el 10% y 7% de su población musulmana, lo que representa 5 millones en cada uno de los países. De acuerdo al Pew Research Center, en 1990 había 30 millones de musulmanes en Europa, 44 millones en 2010, y en 2023 se registraron 50 millones; la realidad es que los migrantes de las catástrofes no buscan asilo en países árabes, sino en europeos. Adicional a todo esto, Estados Unidos está ahogado en sus contradicciones internas de exclusión, indigencia y adicciones.


El pasado 13 de abril Irán realizó por primera vez un ataque mediante el uso de drones y misiles contra Israel, como respuesta al bombardeo israelí al consulado iraní en Siria que dejó un saldo de 16 muertos. Ésta es la primera agresión que realiza Teherán desde su territorio hacia Israel, en el marco de una guerra que inició entre ambas naciones desde 1985 cuando explotó la revolución iraní. Es importante recalcar que el ataque de Irán no dejó ningún muerto, mientras que los bombardeos de Israel a la Franja de Gaza hace unos meses dejaron un saldo de más de 30 mil palestinos muertos, además de que se registraron ataques israelís contra hospitales y convoyes de ayuda humanitaria.

Estos acontecimientos significan una recomposición de toda la geopolítica, en la cual se realinean nuevamente las potencias, mientras que Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y prácticamente toda la Unión Europea apoyan a Israel, Irán tiene el apoyo de Rusia, Irak, Líbano y organizaciones como Hezbollah y Hamas. Sin embargo, más allá del tema meramente militar, se observa un conflicto más profundo, que es una crisis de valores muy parecida a lo que se observa ya en Estados Unidos: una confrontación de una sociedad con valores tradicionales frente a una cultura que se le ha llamado woke. También significa una recomposición económica, en la que hace unos años prácticamente todas las transacciones internacionales se realizaban en dólares, pero en la actualidad muchos países ya han optado cambiar la moneda hacia el yuan, ante el debilitamiento del dólar y el fortalecimiento de otras divisas como el peso mexicano y el peso colombiano, que se han apreciado 13% y 20%, respectivamente, posicionándolas como las monedas más fuertes de América Latina. Mientras tanto, el rublo también ha ido en picada desde la guerra contra Ucrania, y si bien Rusia insiste en plantearse como ganador, la realidad es que el conflicto continúa.

Vienen momentos difíciles para Occidente y su cultura; para efecto práctico, Europa casi se ha vuelto una república islámica. Países como Francia y Alemania tienen aproximadamente el 10% y 7% de su población musulmana, lo que representa 5 millones en cada uno de los países. De acuerdo al Pew Research Center, en 1990 había 30 millones de musulmanes en Europa, 44 millones en 2010, y en 2023 se registraron 50 millones; la realidad es que los migrantes de las catástrofes no buscan asilo en países árabes, sino en europeos. Adicional a todo esto, Estados Unidos está ahogado en sus contradicciones internas de exclusión, indigencia y adicciones.