Altos Hornos de México (AHMSA) está quebrada, nos confirman los cercanos a Alonso Ancira, el poderoso empresario detrás de todo su accionar desde siempre.
“Por muchas razones está quebrada, la principal de ellas es que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) nunca le desbloqueó las cuentas, entonces pues nunca tuvo acceso al sistema financiero mexicano, no pudo usar su dinero”, nos dice una fuente de la empresa afectada.
En el escenario industrial de México, pocas historias son tan complejas y fascinantes como la de Altos Hornos de México. Una empresa que alguna vez fue el buque insignia de la industria siderúrgica mexicana, AHMSA ha navegado a través de aguas turbulentas en los últimos años, enfrentando desafíos que van desde problemas financieros hasta cuestiones legales de alto perfil. Fundada en 1942, AHMSA se convirtió en un símbolo de la autosuficiencia industrial de México. Sin embargo, las últimas décadas han sido menos amables con la empresa. Los cambios en las dinámicas del mercado global, la competencia de los productores de acero en Asia, y una serie de decisiones estratégicas cuestionables han llevado a AHMSA a una posición financiera precaria. Además, todo indica que la Cuarta Transformación no los quiere, y eso, de entrada, es un problema mayor para cualquier compañía. “Eso la mató de inanición, no tenía acceso a flujos”, nos comenta uno de sus abogados que, por la problemática de la situación, no quiere que pongamos en papel su nombre.
AHMSA ha estado en el ojo del huracán debido a investigaciones por presuntas prácticas ilegales. Estos desafíos legales no solo han manchado la reputación de la empresa, sino que también han planteado preguntas sobre su viabilidad a largo plazo. Además, la deuda acumulada y la necesidad de modernización tecnológica presentan obstáculos significativos. La empresa ha iniciado programas de reestructuración de deuda y está explorando alianzas estratégicas. Además, el potencial del mercado interno mexicano y la creciente demanda de acero en sectores como la construcción y la manufactura automotriz podrían ofrecer un respiro necesario.
Se encuentra en una encrucijada. Con la posibilidad de una nueva dirección y una reinvención estratégica, podría superar sus desafíos actuales y emerger como un líder renovado en la industria del acero. Sin embargo, esto requerirá no sólo una gestión hábil sino también un entorno favorable tanto a nivel nacional como internacional. Y eso no lo tiene.
“En la condición económica actual, en la que está, es probable que convenga que Pemex se quede con activos, que meta dinero, pues porque todo Monclova depende de la empresa”, dice nuestra fuente sin miedo. “En ese camino la familia Ancira va a regalar sus acciones, a costo cero, a un grupo de inversionistas que la van a capitalizar, ofrecen entre mil y mil 500 millones de dólares. Con eso planean pagar el acuerdo reparatorio con el gobierno, en un determinado plazo que se está por pactar con Pemex, además de reestructurar los demás adeudos de la empresa”.
Si eso pasa, esperan pagarle a Petróleos Mexicanos lo que deben, y eliminar cualquier acción penal en contra de AHMSA. La empresa arrancaría a la brevedad, con capital fresco. Pero la realidad es que no está fácil, eso es lo que planean, lo que ocurra está por verse.