APOYO A LAS MONARQUÍAS, CRÍTICAS Y RESPETO HACIA ELLAS
Queridos lectores, reciban un saludo. He de comentarles que descubrí que hay todavía, a raíz de mi crítica y aclaración hacia la reina de Inglaterra, un fervor monárquico que debo admitir, acepto y quizás sea España la excepción.
El presidente López Obrador pidió una disculpa al rey Felipe VI por los crímenes que cometió el país de su majestad hacia México sus antepasados y que aún hoy en día se cometen como el económico y que los españoles tomaron con burla y algunos mexicanos también.
No voy a meterme en política, ni en críticas, respaldo a nuestro presidente porque ya he comentado que, pese a ser yo monárquica, no soy cortesana.
Habría que explicar mucho de historia antigua y actual de ambos países. No considero justo que se critique a Don Andrés Manuel, es un idealista, así como Felipe VI es un rey carente de empatía y acercamiento hacia su pueblo.
Felipe VI ostenta el cargo militar más alto en su país y no defiende a los españoles que son torturados electrónicamente, físicamente, moralmente, etc. por el sistema americano Cointelpro.
Ya ha habido muertos y España tiene una cultura muy rica y el rey no muestra tener respeto ni por la vida de sus súbditos ni por la verdadera tradición real: ser el rey de todos los españoles.
En fin, esperamos que el rey cambie su actitud hacia sus súbditos agredidos por Cointelpro. En cuanto a ser una periodista crítica he de decirles que mantengo mi postura monárquica y democrática. Me criticaron por expresar mi libertad de expresión, diciéndome que yo no la ejerzo.
Me di cuenta que sí la ejerzo, y que las críticas y opiniones van ligadas a un respeto basado en la admiración y conocimiento de la realeza. Y reconozco que Isabel II ejerce su popularidad sobre sus súbditos, espero que sea con sabiduría y experiencia, ya que tiene 67 años en el trono.
Sean pues, las críticas unidas al respeto que tengo por esta antigua forma de gobierno bienvenidas, si se me permite. Y quiero realmente apoyar a reyes y príncipes que se dedican a trabajar por el bien de sus países.
Acepto que hay gente que los apoya y otros no. Pero fijémonos en el mismo fervor real que hay en Gran Bretaña: cierto, hay críticas, pero la mayoría da gracias a Dios por tener una reina, una familia real. En Londres especialmente se puede ver ese fervor en las tiendas donde venden recuerdos y se puede brindar por su majestad y abuchear a los demás miembros reales según la situación.
Llegué a la conclusión que somos muchos periodistas a los que nos llama la atención escribir sobre el tema. Aunque los royals son personas como nosotros, pero con cargos y responsabilidades que tienen, deben de aceptar la opinión de nosotros, así como nuestro respeto o crítica. El apoyo se los doy cuando considero que es justo. Mis colegas hacen lo propio. ¿No lo creen?