/ miércoles 20 de noviembre de 2019

El mundo de la realeza

Es, sin duda, una de las monarquías más importantes en el mundo y en la historia. 67 años lleva Isabel II siendo reina. Su marido es príncipe consorte desde 1947, año en que se casaron. Le doy al duque de Edimburgo un reconocimiento por apoyar a su majestad en siete décadas y un aplauso porque con su ingenio, ha mantenido el equilibrio entre la monarquía y el pueblo.

La monarquía británica se ha sostenido, desde tiempos lejanos, por tiranos, por guerras, decapitaciones, una abdicación, por reinados de monarcas extranjeros en Inglaterra, por la unión de Inglaterra con Gales, Escocia, Irlanda y la mancomunidad de naciones.

Una reina que, desde 1936, al convertirse en heredera del trono, tras la salida de su tío, Eduardo VIII como duque de Windsor del país, y como su padre, Jorge VI ascendió al trono, se dedicó al servicio de los ingleses.

Isabel II experimentó cambios radicales en su vida: tras convertirse en presunta heredera del trono, vivió la crisis de abdicación de su tío, la oposición a su matrimonio con el príncipe Felipe de Grecia, quien dejó todo por el amor a ella. Felipe renunció a su título real, a su religión, a su familia, y hasta 1960 su familia de casado aceptó su apellido, así que la familia real lleva el apellido Mountbatten- Windsor.

Tras años de petición al gobierno de que esto ocurriera, puesto que se vio obligado a abandonar su carrera en la marina tras la muerte de su suegro, el rey, tuvo que caminar dos pasos detrás de su esposa, jurarle en la coronación obediencia (aunque fue Isabel la que prometió obedecerlo el día de su boda con el enojo del rey y del primer ministro Sir Winston Churchill), Felipe era un hombre que no podía dar a Carlos y Ana, sus hijos mayores, su apellido porque en los años 50 había un matriarcado: la reina María, viuda de Jorge V, abuelos de Isabel II, la reina madre y la propia reina.

Felipe se sintió como una amiba, como un semental. Después de pasar esta crisis, y llegando al acuerdo de los apellidos, los británicos para 1960, protestaron porque sus impuestos eran mal gastados por la reina y su familia.

Felipe entró en acción, y se volvió un publicista para la familia real. Y así fue desde esa época hasta los años 90.

CRISIS MONÁRQUICA IMPORTANTE

La misma familia real provocó esto. La evolución de los medios de comunicación, la falta de lealtad de antiguos colaboradores y trabajadores de la casa real al publicar libros y dar entrevistas sobre los problemas íntimos de Carlos y Diana, Andrés y Fergie, y de Ana y Mark, entre varios familiares más, hicieron que estos mismos dieran entrevistas a los medios y los príncipes de Gales, sobre todo, confesaron sus infidelidades en televisión y en libros.

Fueron perseguidos, criticados, etc., hasta que las tres parejas se divorciaron. Esto, seguido del incendio del castillo de Windsor, y después del “annus horribilis” dio como resultado que, en 1997, la princesa Diana encontrara la muerte en un accidente de auto.

Fue el inicio de la libertad de expresión de los medios más fuerte que nunca. “¿Dónde está su reina?, clama el pueblo cuando éste sufre", eran los titulares de la prensa tras la indiferencia de los Windsor tras la muerte de la princesa del pueblo.

¿Pudo la reina haber perdido el trono si no hubiera salido a dar el pésame? La respuesta es afirmativa, ya que al ver el mundo a la reina y su familia acercarse a la gente y dar el pésame de mala gana por televisión, calmó un poco su permanencia en el trono, pero no evitó que millones de personas en el mundo lloráramos a la princesa.

Actualmente, otra generación ya es adulta. Los nietos de la reina y del duque se están casando, y, a su vez, ya le dieron bisnietos. Los británicos, cabe preguntarse, ¿seguirán sosteniendo este sistema de gobierno, el día que la reina fallezca? ¿Usted qué opina?

mariza74201122@hotmail.com

Facebook: Mariana Vargas Ruiz


Es, sin duda, una de las monarquías más importantes en el mundo y en la historia. 67 años lleva Isabel II siendo reina. Su marido es príncipe consorte desde 1947, año en que se casaron. Le doy al duque de Edimburgo un reconocimiento por apoyar a su majestad en siete décadas y un aplauso porque con su ingenio, ha mantenido el equilibrio entre la monarquía y el pueblo.

La monarquía británica se ha sostenido, desde tiempos lejanos, por tiranos, por guerras, decapitaciones, una abdicación, por reinados de monarcas extranjeros en Inglaterra, por la unión de Inglaterra con Gales, Escocia, Irlanda y la mancomunidad de naciones.

Una reina que, desde 1936, al convertirse en heredera del trono, tras la salida de su tío, Eduardo VIII como duque de Windsor del país, y como su padre, Jorge VI ascendió al trono, se dedicó al servicio de los ingleses.

Isabel II experimentó cambios radicales en su vida: tras convertirse en presunta heredera del trono, vivió la crisis de abdicación de su tío, la oposición a su matrimonio con el príncipe Felipe de Grecia, quien dejó todo por el amor a ella. Felipe renunció a su título real, a su religión, a su familia, y hasta 1960 su familia de casado aceptó su apellido, así que la familia real lleva el apellido Mountbatten- Windsor.

Tras años de petición al gobierno de que esto ocurriera, puesto que se vio obligado a abandonar su carrera en la marina tras la muerte de su suegro, el rey, tuvo que caminar dos pasos detrás de su esposa, jurarle en la coronación obediencia (aunque fue Isabel la que prometió obedecerlo el día de su boda con el enojo del rey y del primer ministro Sir Winston Churchill), Felipe era un hombre que no podía dar a Carlos y Ana, sus hijos mayores, su apellido porque en los años 50 había un matriarcado: la reina María, viuda de Jorge V, abuelos de Isabel II, la reina madre y la propia reina.

Felipe se sintió como una amiba, como un semental. Después de pasar esta crisis, y llegando al acuerdo de los apellidos, los británicos para 1960, protestaron porque sus impuestos eran mal gastados por la reina y su familia.

Felipe entró en acción, y se volvió un publicista para la familia real. Y así fue desde esa época hasta los años 90.

CRISIS MONÁRQUICA IMPORTANTE

La misma familia real provocó esto. La evolución de los medios de comunicación, la falta de lealtad de antiguos colaboradores y trabajadores de la casa real al publicar libros y dar entrevistas sobre los problemas íntimos de Carlos y Diana, Andrés y Fergie, y de Ana y Mark, entre varios familiares más, hicieron que estos mismos dieran entrevistas a los medios y los príncipes de Gales, sobre todo, confesaron sus infidelidades en televisión y en libros.

Fueron perseguidos, criticados, etc., hasta que las tres parejas se divorciaron. Esto, seguido del incendio del castillo de Windsor, y después del “annus horribilis” dio como resultado que, en 1997, la princesa Diana encontrara la muerte en un accidente de auto.

Fue el inicio de la libertad de expresión de los medios más fuerte que nunca. “¿Dónde está su reina?, clama el pueblo cuando éste sufre", eran los titulares de la prensa tras la indiferencia de los Windsor tras la muerte de la princesa del pueblo.

¿Pudo la reina haber perdido el trono si no hubiera salido a dar el pésame? La respuesta es afirmativa, ya que al ver el mundo a la reina y su familia acercarse a la gente y dar el pésame de mala gana por televisión, calmó un poco su permanencia en el trono, pero no evitó que millones de personas en el mundo lloráramos a la princesa.

Actualmente, otra generación ya es adulta. Los nietos de la reina y del duque se están casando, y, a su vez, ya le dieron bisnietos. Los británicos, cabe preguntarse, ¿seguirán sosteniendo este sistema de gobierno, el día que la reina fallezca? ¿Usted qué opina?

mariza74201122@hotmail.com

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