Con frecuencia, cuando hablamos del presupuesto que programa un país, en este caso, nuestro México, para cada año, solemos perdernos en un mar de cifras, ya que resultan números casi de dimensiones astronómicas que deben ir destinados a los diferentes rubros abarcados por la administración pública.
En estas fechas, en la Cámara de Diputados, nos encontramos en el proceso de discusión y negociación del Presupuesto de Egresos de la Federación para el año 2022, mismo que al igual que cada año, sin importar el sexenio del que se trate, no está exento de controversias, generadas en la forma en que se van definiendo las prioridades.
El proceso de discusión, es tan amplio como complejo, pues, además de ser requerido por todos los estados y municipios del país, tiene múltiples rubros a nivel nacional en los que viene ya etiquetado, como ocurre con el pago del servicio de la deuda y otros sectores que se deben atender por ley.
Algo fundamental en las definiciones a que se llegue en la forma en que aún puede distribuirse el presupuesto de egresos, radica en dar a éste, un rostro humano, con el fin de que vaya dirigido en apoyo de los grupos vulnerables, buscando de esta forma, generar condiciones que impulsen la equidad a nivel nacional.
Se trata de un proceso de negociación, que solo logra una culminación integral, cuando se desarrolla contemplando, los rostros de quienes resultan beneficiados y por supuesto de sus familias, razón por la trabajamos a fondo para que el presupuesto llegue hasta los grupos más vulnerables del país, lo que contempla una amplia gama que va desde quienes hacen frente a alguna discapacidad, como a niños y niñas que requieren vivir las primeras etapas de su vida en casas hogar; todo esto contempla también a madres solteras, grupos marginados y varios más.
Luchamos, porque el presupuesto tenga una perspectiva de inclusión, considerando a todos los sectores de mayor vulnerabilidad entre la población, contemplando con lujo de detalles sus más apremiantes necesidades, como ocurre con un transporte público con las adaptaciones necesarias para personas con discapacidad, además de contar con los medicamentos necesarios para niños con cáncer, a lo que habría que agregar el apoyo necesario para la prevención de enfermedades crónicas, cuyos riesgos se han vivido amplificados en estos ya casi dos años que llevamos en la pandemia de covid-19.
Es por esto, que trabajamos para lograr un presupuesto de egresos que tenga en verdad un rostro humano, que se ocupe prioritariamente de las personas, fomentando la inclusión, que a la larga terminará abonando para una productividad creciente que en general brinde mejores condiciones de vida para todos los mexicanos.
Finalmente, es mucho lo que se habla sobre generar condiciones igualitarias y que todos los mexicanos podamos contar con oportunidades para procurar un futuro digno tanto para quienes ya estamos, como para nuestra descendencia, generando círculos virtuosos, que den prioridad a un país en el que todos tengamos un lugar para crecer y para fomentar mejores condiciones de vida hacia quienes nos rodean. Esa es nuestra responsabilidad en el Presupuesto 2022.
*: Diputada Federal por Durango
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