/ martes 19 de julio de 2022

Empleos en México sí, visas no

El presidente López Obrador ha salido poco del país, la agenda multilateral la ha delegado a su Secretario de Relaciones Exteriores; sin embargo, de las cinco visitas oficiales, 4 han sido a Estados Unidos (EEUU), la primera todavía con Donald Trump como presidente, otra en el marco de la Cumbre de Líderes de América del Norte. Esta visita, la más reciente, fue exprofeso para entrevistarse con su homólogo estadounidense en medio de inflación generalizada, la invasión rusa en Ucrania, algunas cadenas productivas todavía interrumpidas por la escasez de componentes y una profunda crisis migratoria en Centroamérica y México.

En este contexto, las propuestas de nuestro presidente se centraron en cooperación para garantizar el abasto de hidrocarburos en EEUU, suspensión de aranceles en alimentos y bienes básicos, así como la aprobación de visas de trabajo temporales para permitir la entrada a EEUU de obreros mexicanos y centroamericanos.

Si bien algunos de los puntos expresados por nuestro presidente pudieran tener sentido, hay que recordar que el TMEC ya contempla el tratamiento de libre arancel para los productos agroalimentarios originarios de la región, salvo algunos productos avícolas y lácteos. Ahora bien, ¿una medida arancelaria puede reducir la inflación? la respuesta es clara: sí con los bienes importados pero no con los que se producen en el país ya que el precio final de éstos depende del costo de fertilizantes, combustibles y otros insumos necesarios para la producción, que no necesariamente están cubiertos por el TMEC.

En temas laborales, el presidente López Obrador hizo alusión al “programa bracero”, que consistió en la firma del Acuerdo de Labor Agrícola Mexicana, firmado entre México y Estados Unidos en 1942 para que mano de obra mexicana cubriera las vacantes dejadas por estadounidenses que habían sido enviados a pelear en la Segunda Guerra Mundial. Debemos preguntarnos si ese programa cumpliría hoy con los estándares de trabajo digno que mandata la Organización Internacional del Trabajo. Las respuestas a los problemas de hoy, no están en el pasado.

Por otra parte, hay que mencionar que ya en el periodo postpandemia, EEUU aumentó las visas de trabajo temporales para ciudadanos mexicanos en un 31%, lo cual sumó un total de 321,421 visas tipo H2A y H2B, para desempeñar trabajos agrícolas y no agrícolas (datos de Bloomberg). Es decir que la emisión de visas sigue siendo una constante.

Sí resulta extraño, tanto para las empresas como para los trabajadores mexicanos, que la prioridad de nuestro presidente sea impulsar mayores oportunidades laborales en Estados Unidos y no aquí; sobre todo porque se trata de empleos que no contemplan seguridad social a largo plazo y que quizá ni siquiera cubrirían lo mínimo que exige la propia ley laboral mexicana. Entonces, ¿por qué exigirle a los empleadores mexicanos tanto si en la primera oportunidad el titular de ejecutivo está dispuesto a negociar visas de trabajo temporal?, ¿por qué al presidente López Obrador le preocupa tanto la parálisis económica en EEUU pero no la mexicana?

En México hay empresas de todos los sectores económicos, también hay talento dispuesto a trabajar, lo que no hay son las condiciones para que las unidades económicas progresen porque no hay un marco de protección jurídica ni de seguridad pública, ni para quien emplea ni para quien presta sus servicios.

El presidente López Obrador ha salido poco del país, la agenda multilateral la ha delegado a su Secretario de Relaciones Exteriores; sin embargo, de las cinco visitas oficiales, 4 han sido a Estados Unidos (EEUU), la primera todavía con Donald Trump como presidente, otra en el marco de la Cumbre de Líderes de América del Norte. Esta visita, la más reciente, fue exprofeso para entrevistarse con su homólogo estadounidense en medio de inflación generalizada, la invasión rusa en Ucrania, algunas cadenas productivas todavía interrumpidas por la escasez de componentes y una profunda crisis migratoria en Centroamérica y México.

En este contexto, las propuestas de nuestro presidente se centraron en cooperación para garantizar el abasto de hidrocarburos en EEUU, suspensión de aranceles en alimentos y bienes básicos, así como la aprobación de visas de trabajo temporales para permitir la entrada a EEUU de obreros mexicanos y centroamericanos.

Si bien algunos de los puntos expresados por nuestro presidente pudieran tener sentido, hay que recordar que el TMEC ya contempla el tratamiento de libre arancel para los productos agroalimentarios originarios de la región, salvo algunos productos avícolas y lácteos. Ahora bien, ¿una medida arancelaria puede reducir la inflación? la respuesta es clara: sí con los bienes importados pero no con los que se producen en el país ya que el precio final de éstos depende del costo de fertilizantes, combustibles y otros insumos necesarios para la producción, que no necesariamente están cubiertos por el TMEC.

En temas laborales, el presidente López Obrador hizo alusión al “programa bracero”, que consistió en la firma del Acuerdo de Labor Agrícola Mexicana, firmado entre México y Estados Unidos en 1942 para que mano de obra mexicana cubriera las vacantes dejadas por estadounidenses que habían sido enviados a pelear en la Segunda Guerra Mundial. Debemos preguntarnos si ese programa cumpliría hoy con los estándares de trabajo digno que mandata la Organización Internacional del Trabajo. Las respuestas a los problemas de hoy, no están en el pasado.

Por otra parte, hay que mencionar que ya en el periodo postpandemia, EEUU aumentó las visas de trabajo temporales para ciudadanos mexicanos en un 31%, lo cual sumó un total de 321,421 visas tipo H2A y H2B, para desempeñar trabajos agrícolas y no agrícolas (datos de Bloomberg). Es decir que la emisión de visas sigue siendo una constante.

Sí resulta extraño, tanto para las empresas como para los trabajadores mexicanos, que la prioridad de nuestro presidente sea impulsar mayores oportunidades laborales en Estados Unidos y no aquí; sobre todo porque se trata de empleos que no contemplan seguridad social a largo plazo y que quizá ni siquiera cubrirían lo mínimo que exige la propia ley laboral mexicana. Entonces, ¿por qué exigirle a los empleadores mexicanos tanto si en la primera oportunidad el titular de ejecutivo está dispuesto a negociar visas de trabajo temporal?, ¿por qué al presidente López Obrador le preocupa tanto la parálisis económica en EEUU pero no la mexicana?

En México hay empresas de todos los sectores económicos, también hay talento dispuesto a trabajar, lo que no hay son las condiciones para que las unidades económicas progresen porque no hay un marco de protección jurídica ni de seguridad pública, ni para quien emplea ni para quien presta sus servicios.