/ jueves 10 de septiembre de 2020

Invitación a comprender El Arte de la Guerra

Cuando a la guerra se le aprecia como un arte, en realidad lo que se concibe no es impulsar una escalada bélica, sino encontrar los elementos para conseguir lo que se desea sin llegar a una confrontación que provoque bajas en las partes enfrentadas y que al final, en caso de llegar a una victoria, ésta sea pírrica.


Precisamente por lo mencionado y contra lo que se puede creer, el leer y conocer a profundidad El Arte de la Guerra, obra maestra del sabio chino Sun Tzu, enteramente lejos de generar una vocación en materia de armas, nos conduce a tener el conocimiento y junto con éste los elementos para evitar choques que no conduzcan a punto alguno.


Está claro que no siempre es posible evitarlos, pero con el conocimiento que se adquiere a través de esta obra, se pueden librar con mayor destreza y generando el menor daño, de forma tal que el ganador tenga una victoria limpia y el perdedor no resulte humillado o peor aún, eliminado innecesariamente.


Es por ello que esta semana abordamos este clásico de todos los tiempos, el que, entre otros elementos, nos incita a incrementar nuestro conocimiento, capacidad de análisis, formación de estrategias y con ello nos despierta una auténtica sed por el desarrollo de sabiduría para conducirnos en la vida.


Sun Tzu, sabio estratega chino, escribió ‘El Arte de la Guerra’ entre los años 400 y 320 antes de Cristo, concentrando en sus líneas la experiencia que acumuló en la vida militar, pero dado el crecimiento interno que logró, imprimió en esta obra una visión más intelectual que bélica.


Es importante mencionar, para que se tenga una idea de la importancia de esta creación literaria, que se trata del libro de estrategia más célebre de todos los tiempos y el conocimiento que trasmite, es algo que bien puede emplearse en todos los campos de la vida, desde lo más obvio en cuanto a la vida de un militar, del rango que sea, hasta otras aplicaciones en la arena política, el contexto laboral y por supuesto en las tareas de un empresario.


En esta ocasión, buscando incitar la curiosidad de quienes con su lectura comparten conmigo el placer de generar estas líneas, para que lean y relean esta obra, les dejo algunos extractos genuinamente ilustrativos del contenido de este legado que dejó a la humanidad Sun Tzu.


Ø La guerra debe constituir el recurso final de un estadista, ya que se puede ganar al imposibilitar a un enemigo de erguirse con la victoria, atacando su estrategia, algo que se puede conseguir sin llegar al campo de batalla.


Ø Conseguir la supervivencia es el objetivo político supremo, pues destruir al enemigo no es el principal objetivo de la guerra, sino el cumplimiento de una voluntad política.


Ø Para ganar en la guerra, la unidad es un requisito ineludible, por lo que un general debe tener capacidad para unir a su pueblo, ante lo que el Gobierno debe beneficiarlo, algo que se debe retribuir con fidelidad.


Ø Solo puede haber arte en el ejercicio de la guerra cuando el objetivo militar es subordinado al objetivo político, pero este último debe ser descartado cuando la situación estratégica no permita conseguirlo o bien, si se encuentra amenazada la existencia de la comunidad.


Esencia final de esta obra es el que podamos conocernos mejor a nosotros mismos y a nuestros rivales o contra partes, lo que nos guiará a dar forma a estrategias acertadas para ganar batallas sin pelearlas, privilegiando el diálogo y la inteligencia.


Finalmente, dominar El Arte de la Guerra, nos lleva a conseguir nuestros objetivos, sin la necesidad imperiosa de dejar derrotados en el camino, en los que se genere un resentimiento innecesario y estéril.



FB: YolandaDeLaTorreV

@yoladelatorre

Cuando a la guerra se le aprecia como un arte, en realidad lo que se concibe no es impulsar una escalada bélica, sino encontrar los elementos para conseguir lo que se desea sin llegar a una confrontación que provoque bajas en las partes enfrentadas y que al final, en caso de llegar a una victoria, ésta sea pírrica.


Precisamente por lo mencionado y contra lo que se puede creer, el leer y conocer a profundidad El Arte de la Guerra, obra maestra del sabio chino Sun Tzu, enteramente lejos de generar una vocación en materia de armas, nos conduce a tener el conocimiento y junto con éste los elementos para evitar choques que no conduzcan a punto alguno.


Está claro que no siempre es posible evitarlos, pero con el conocimiento que se adquiere a través de esta obra, se pueden librar con mayor destreza y generando el menor daño, de forma tal que el ganador tenga una victoria limpia y el perdedor no resulte humillado o peor aún, eliminado innecesariamente.


Es por ello que esta semana abordamos este clásico de todos los tiempos, el que, entre otros elementos, nos incita a incrementar nuestro conocimiento, capacidad de análisis, formación de estrategias y con ello nos despierta una auténtica sed por el desarrollo de sabiduría para conducirnos en la vida.


Sun Tzu, sabio estratega chino, escribió ‘El Arte de la Guerra’ entre los años 400 y 320 antes de Cristo, concentrando en sus líneas la experiencia que acumuló en la vida militar, pero dado el crecimiento interno que logró, imprimió en esta obra una visión más intelectual que bélica.


Es importante mencionar, para que se tenga una idea de la importancia de esta creación literaria, que se trata del libro de estrategia más célebre de todos los tiempos y el conocimiento que trasmite, es algo que bien puede emplearse en todos los campos de la vida, desde lo más obvio en cuanto a la vida de un militar, del rango que sea, hasta otras aplicaciones en la arena política, el contexto laboral y por supuesto en las tareas de un empresario.


En esta ocasión, buscando incitar la curiosidad de quienes con su lectura comparten conmigo el placer de generar estas líneas, para que lean y relean esta obra, les dejo algunos extractos genuinamente ilustrativos del contenido de este legado que dejó a la humanidad Sun Tzu.


Ø La guerra debe constituir el recurso final de un estadista, ya que se puede ganar al imposibilitar a un enemigo de erguirse con la victoria, atacando su estrategia, algo que se puede conseguir sin llegar al campo de batalla.


Ø Conseguir la supervivencia es el objetivo político supremo, pues destruir al enemigo no es el principal objetivo de la guerra, sino el cumplimiento de una voluntad política.


Ø Para ganar en la guerra, la unidad es un requisito ineludible, por lo que un general debe tener capacidad para unir a su pueblo, ante lo que el Gobierno debe beneficiarlo, algo que se debe retribuir con fidelidad.


Ø Solo puede haber arte en el ejercicio de la guerra cuando el objetivo militar es subordinado al objetivo político, pero este último debe ser descartado cuando la situación estratégica no permita conseguirlo o bien, si se encuentra amenazada la existencia de la comunidad.


Esencia final de esta obra es el que podamos conocernos mejor a nosotros mismos y a nuestros rivales o contra partes, lo que nos guiará a dar forma a estrategias acertadas para ganar batallas sin pelearlas, privilegiando el diálogo y la inteligencia.


Finalmente, dominar El Arte de la Guerra, nos lleva a conseguir nuestros objetivos, sin la necesidad imperiosa de dejar derrotados en el camino, en los que se genere un resentimiento innecesario y estéril.



FB: YolandaDeLaTorreV

@yoladelatorre