/ lunes 13 de mayo de 2024

Poder Nacional / La Seguridad Pública en las elecciones

Estamos a 20 días o menos, de las elecciones más concurridas, tanto en el número de ciudadanas y ciudadanas, así como en la cantidad de cargos sujetos a la voluntad popular. Por alguna razón que no entiendo, estos datos no han sido tan difundidos ni compartidos como debieran. Poco menos de 99 millones de potenciales votantes y poco más de 19 mil cargos de elección Todo esto como consecuencia de las sucesivas reformas electorales locales, para hacer coincidir los calendarios de los Estados de la República con el federal. A mí me parece una muy mala decisión, pero en otra colaboración me extenderé y explicaré por qué.

Por supuesto que no hay, o al menos, no se sabe, que la cuestión de la (in) Seguridad Pública deje de ser un tema sustancial en las plataformas electorales. Sean municipales o presidenciales, la cuestión es que no ha sido tratada con la profundidad y seriedad que se requiere. Las condiciones por las que pasan varias zonas del país incluso, han llevado a la renuncia de candidatas y candidatos (Zacatecas de forma destacada, para mal) en la búsqueda de posiciones básicas del federalismo constitucional, como son los Cabildos y Congresos Locales.

Esta perspectiva, por sí misma, implica la negativa vía de la crisis estructural del Estado mexicano. Me explico. La base del sistema de representación democrática y de Administración Pública, es el municipio. El centralismo político y presupuestal desde la formación social de nuestra Nación, ha ido en contra de cualquier expresión de autonomía o autogestión de las comunidades, Y si no, veamos la forma en que se han establecido las no formas y procedimientos para los grupos étnicos a lo largo de la Historia y Geografía de México.

En consonancia, la no prevalencia o visibilidad de la (in) Seguridad Pública en las discusiones o planteamientos en los debates, discursos y posicionamientos para la competencia por los principales cargos de elección, es un evidente e incuestionable referente de la distancia que hay entre la vida cotidiana de la población y el sistema, así asumido, democrático. A la fecha y desde hace muchos años (quizá 40, es una forma arbitraria de establecer un periodo específico) la Seguridad Pública en el país y sus condiciones, se han venido deteriorando. Basta con consultar los datos de las instituciones y centros de análisis.

¿Qué se ha dejado de hacer? No hay duda de las buenas intenciones de cada Presidente de la República, incluyendo a Andrés Manuel López Obrador. Mas ¿qué se ha hecho mal o qué falta por hacer? Con frecuencia las mesas de trabajo, documentos, estudios, análisis, planteamientos de destacadas y destacados colegas, apuntan con certeza y profundidad lo qué hace se debe hacer, pero los puntos de vista ni son considerados ni con incorporados a plataformas electorales ni menos aún, a programas o políticas de gobierno locales o federales.

Así es que llama la atención y no por los mejores motivos, que las condiciones de (in) Seguridad Pública no hayan formado parte de los pronunciamientos, críticas o propuestas sobre todo, en las dos mujeres que aspiran a ser la primera Presidenta de la República. Pero en mi optimismo, aún hay tiempo para diseñar lineamientos consistentes alejados de las ocurrencias, improvisaciones y voluntarismo. Aludo al prolongado periodo que hay entre el 3 de junio y el primero de octubre. Así que pasadas las elecciones y la natural disputa por el voto, ese ambiente debe ser superado por la argumentación y planteamientos serios, viables y posibles de ser alcanzados. Veremos.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso

Estamos a 20 días o menos, de las elecciones más concurridas, tanto en el número de ciudadanas y ciudadanas, así como en la cantidad de cargos sujetos a la voluntad popular. Por alguna razón que no entiendo, estos datos no han sido tan difundidos ni compartidos como debieran. Poco menos de 99 millones de potenciales votantes y poco más de 19 mil cargos de elección Todo esto como consecuencia de las sucesivas reformas electorales locales, para hacer coincidir los calendarios de los Estados de la República con el federal. A mí me parece una muy mala decisión, pero en otra colaboración me extenderé y explicaré por qué.

Por supuesto que no hay, o al menos, no se sabe, que la cuestión de la (in) Seguridad Pública deje de ser un tema sustancial en las plataformas electorales. Sean municipales o presidenciales, la cuestión es que no ha sido tratada con la profundidad y seriedad que se requiere. Las condiciones por las que pasan varias zonas del país incluso, han llevado a la renuncia de candidatas y candidatos (Zacatecas de forma destacada, para mal) en la búsqueda de posiciones básicas del federalismo constitucional, como son los Cabildos y Congresos Locales.

Esta perspectiva, por sí misma, implica la negativa vía de la crisis estructural del Estado mexicano. Me explico. La base del sistema de representación democrática y de Administración Pública, es el municipio. El centralismo político y presupuestal desde la formación social de nuestra Nación, ha ido en contra de cualquier expresión de autonomía o autogestión de las comunidades, Y si no, veamos la forma en que se han establecido las no formas y procedimientos para los grupos étnicos a lo largo de la Historia y Geografía de México.

En consonancia, la no prevalencia o visibilidad de la (in) Seguridad Pública en las discusiones o planteamientos en los debates, discursos y posicionamientos para la competencia por los principales cargos de elección, es un evidente e incuestionable referente de la distancia que hay entre la vida cotidiana de la población y el sistema, así asumido, democrático. A la fecha y desde hace muchos años (quizá 40, es una forma arbitraria de establecer un periodo específico) la Seguridad Pública en el país y sus condiciones, se han venido deteriorando. Basta con consultar los datos de las instituciones y centros de análisis.

¿Qué se ha dejado de hacer? No hay duda de las buenas intenciones de cada Presidente de la República, incluyendo a Andrés Manuel López Obrador. Mas ¿qué se ha hecho mal o qué falta por hacer? Con frecuencia las mesas de trabajo, documentos, estudios, análisis, planteamientos de destacadas y destacados colegas, apuntan con certeza y profundidad lo qué hace se debe hacer, pero los puntos de vista ni son considerados ni con incorporados a plataformas electorales ni menos aún, a programas o políticas de gobierno locales o federales.

Así es que llama la atención y no por los mejores motivos, que las condiciones de (in) Seguridad Pública no hayan formado parte de los pronunciamientos, críticas o propuestas sobre todo, en las dos mujeres que aspiran a ser la primera Presidenta de la República. Pero en mi optimismo, aún hay tiempo para diseñar lineamientos consistentes alejados de las ocurrencias, improvisaciones y voluntarismo. Aludo al prolongado periodo que hay entre el 3 de junio y el primero de octubre. Así que pasadas las elecciones y la natural disputa por el voto, ese ambiente debe ser superado por la argumentación y planteamientos serios, viables y posibles de ser alcanzados. Veremos.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso