/ domingo 7 de octubre de 2018

La champaña cambia de manos

1.- Los traumas del feliz pasado de ardorosos luchadores sociales en disfraz de pillo tramposo les rezumba cada vez que se topan con la triste obligación de presentarse en dueños de los poderes federales que tienen a sus pies. Los líderes parlamentarios no pueden ocultar la nostalgia de los días en que asaltaban las Cámaras a fierro y machete; tomaban la tribuna a sillazos, golpes y a grito pelado repasaban hasta al personal de limpieza. Por eso a nadie sorprenden los fogosos desplantes de Mme. Padierna en la comparecencia del secretario de Hacienda los otros días. El Legislativo soy yo y ustedes se callan, dejó caer con toda su prestancia, su pulcritud y su prosapia democrática.

2.-Menos aún sorprende la sensata decisión del jefe de Gobierno de hacer quitar las placas con el nombre de Gustavo Díaz Ordaz de las estaciones del Metro para el 50 aniversario de Tlatelolco: como está de paso y quiere hacer gracia con su ilustre sucesora electa, de un gancho de martillo pretende borrar la historia, y bien haría en mandar quitar las placas en que Porfirio Díaz devela el Ángel de la Independencia, como evoca Beltrán del Río, y del Hemiciclo a Juárez. Y la de Miguel Alemán en el Viaducto. Es un hecho que la cuenta de la Historia empezará de cero, como debe ser. Con la brillante negación del pasado, Amieva no ha de querer verse en la lista de los que buscan ser exhumados, como el sagaz Madrazo que saca la manita de sus triquiñuelas por si acaso.

3.- Las letras de la patria nueva; el vigoroso empuje a la creación literaria y el nacimiento de la sabiduría encontrarán pronto luz y cuna en el Fondo de Cultura Económica, gracias al equilibrio, la ecuanimidad y el paternal temple del señor Taibo que ha aceptado generoso la invitación a dirigir la prestigiosa editorial del Estado, y referente de tantos títulos y autores que la dignifican a través de su larga vida, que ahora podrá incluso darse el lujo de imprimir la obra magnífica, trascendente y libertaria de su refundador.

4.- La penúltima gran conspiración para desprestigiar al candidato que no quiere dejar de serlo podrá ser, no la exhibición de prepotencia de sus líderes parlamentarios que se refocilan del control que en su omnímodo poder ejercen, ni siquiera el fastuoso conyugio los días pasados del alter ego del fundador de la Patria. Dicen con razón los politócratas que para que la nota política cobre impacto debe aparecer en las páginas de sociales y de preferencia en la revista preferida del nuevo ex jet set. A la luz del gran éxito de quiosco que ha logrado el reportaje de la hija del ex presidente en funciones, el hombre más cercano al dador no se ha quedado atrás y adorna ya las páginas del semanario político más influyente de la cursilería nacional.

5.- La langosta del pastel no ha sido la abundancia del crustáceo en el menú, la tocada de los Ángeles Azules, y la redituable exclusiva a la revista, el triunfo del amor ni la burda contradicción a toda la filosofía que preconiza sino, he ahí el detalle, la reacción del ascético padre de la frugalidad a las increpaciones y críticas de la prensa fifí: es un compló de la derecha para infamar y desprestigiar su movimiento. Justo lo que dijo cuando se supo que su tahúr secretario de Finanzas en el D. F. botaba el dinero público en Las Vegas, y el esposo de la oradora recibía fajos en televisión, entre otras perlas. Está visto, como se intuyó aquí el 8 de julio, que la champaña cambia de manos.

camilo@kawage.com


1.- Los traumas del feliz pasado de ardorosos luchadores sociales en disfraz de pillo tramposo les rezumba cada vez que se topan con la triste obligación de presentarse en dueños de los poderes federales que tienen a sus pies. Los líderes parlamentarios no pueden ocultar la nostalgia de los días en que asaltaban las Cámaras a fierro y machete; tomaban la tribuna a sillazos, golpes y a grito pelado repasaban hasta al personal de limpieza. Por eso a nadie sorprenden los fogosos desplantes de Mme. Padierna en la comparecencia del secretario de Hacienda los otros días. El Legislativo soy yo y ustedes se callan, dejó caer con toda su prestancia, su pulcritud y su prosapia democrática.

2.-Menos aún sorprende la sensata decisión del jefe de Gobierno de hacer quitar las placas con el nombre de Gustavo Díaz Ordaz de las estaciones del Metro para el 50 aniversario de Tlatelolco: como está de paso y quiere hacer gracia con su ilustre sucesora electa, de un gancho de martillo pretende borrar la historia, y bien haría en mandar quitar las placas en que Porfirio Díaz devela el Ángel de la Independencia, como evoca Beltrán del Río, y del Hemiciclo a Juárez. Y la de Miguel Alemán en el Viaducto. Es un hecho que la cuenta de la Historia empezará de cero, como debe ser. Con la brillante negación del pasado, Amieva no ha de querer verse en la lista de los que buscan ser exhumados, como el sagaz Madrazo que saca la manita de sus triquiñuelas por si acaso.

3.- Las letras de la patria nueva; el vigoroso empuje a la creación literaria y el nacimiento de la sabiduría encontrarán pronto luz y cuna en el Fondo de Cultura Económica, gracias al equilibrio, la ecuanimidad y el paternal temple del señor Taibo que ha aceptado generoso la invitación a dirigir la prestigiosa editorial del Estado, y referente de tantos títulos y autores que la dignifican a través de su larga vida, que ahora podrá incluso darse el lujo de imprimir la obra magnífica, trascendente y libertaria de su refundador.

4.- La penúltima gran conspiración para desprestigiar al candidato que no quiere dejar de serlo podrá ser, no la exhibición de prepotencia de sus líderes parlamentarios que se refocilan del control que en su omnímodo poder ejercen, ni siquiera el fastuoso conyugio los días pasados del alter ego del fundador de la Patria. Dicen con razón los politócratas que para que la nota política cobre impacto debe aparecer en las páginas de sociales y de preferencia en la revista preferida del nuevo ex jet set. A la luz del gran éxito de quiosco que ha logrado el reportaje de la hija del ex presidente en funciones, el hombre más cercano al dador no se ha quedado atrás y adorna ya las páginas del semanario político más influyente de la cursilería nacional.

5.- La langosta del pastel no ha sido la abundancia del crustáceo en el menú, la tocada de los Ángeles Azules, y la redituable exclusiva a la revista, el triunfo del amor ni la burda contradicción a toda la filosofía que preconiza sino, he ahí el detalle, la reacción del ascético padre de la frugalidad a las increpaciones y críticas de la prensa fifí: es un compló de la derecha para infamar y desprestigiar su movimiento. Justo lo que dijo cuando se supo que su tahúr secretario de Finanzas en el D. F. botaba el dinero público en Las Vegas, y el esposo de la oradora recibía fajos en televisión, entre otras perlas. Está visto, como se intuyó aquí el 8 de julio, que la champaña cambia de manos.

camilo@kawage.com


ÚLTIMASCOLUMNAS