Desde que en los primeros meses del presente 2020, la propagación del coronavirus por el mundo entero fue cerrando fronteras y cancelando rutas aéreas, en un afán por frenar al patógeno y contener los contagios, llegamos a ver a líneas aéreas de todo nivel cerrar rutas y frenar su actividad en más del 90 por ciento, en algunos casos.
Por supuesto, los aeropuertos también se vieron seriamente afectados en los momentos cúspide del encierro y el parón económico por la propagación del coronavirus.
Grandes terminales como el Kennedy, en Nueva York; Schipol, en Amsterdam; Barajas, en Madrid; Charles de Gaulle, en París y muchos más de todo nivel, alrededor del mundo, permanecían cerradas o bien, operando a niveles mínimos, lo que no solo afectaba a la aviación, también a centros comerciales, restaurantes y todo tipo de actividad económica dentro de éstos.
Hoy, entre que en algunos puntos del mundo se registran rebrotes del coronavirus, en ciertos países, como el nuestro, sigue en aumento la primera ola, ya que no ha habido interrupción alguna, además de que, en otras naciones, principalmente asiáticas, además de Australia y Oceanía, gradualmente recuperan la normalidad, aunque con las precauciones del caso, gradualmente se retoma la actividad aérea.
El punto es que ahora se hace frente a un nuevo reto, éste es que conforme se va logrando tener vacunas para combatir al coronavirus y gradualmente ir inmunizando a la población mundial, toda la infraestructura de la aviación en pleno, será necesaria para distribuir los fármacos y de esa forma ir recuperando algo que al menos sea parecido a una normalidad.
Pero, además no basta con tener simples terminales para despegar y aterrizar y aviones suficientes, algo que por sí solo es ya un gran reto.
Ahora lo que se hace necesario plantearse es contar con elementos logísticos de alta especialización que complementen cuanto resulte necesario para llevar de forma segura las vacunas y otros medicamentos que surjan a todos los confines del orbe.
De entrada, viene una necesidad de la que no se había hablado, pero al surgir la vacuna de Pfizer y BioNTech, cobra importancia el contar con ello, se trata de dispositivos de ultracongelación para tener a estas sustancias a temperaturas de menos 70 grados centígrados, algo que será necesario tener tanto en los puntos de almacenamiento en los aeropuertos, como en los aviones que transporten las vacunas.
Ya en otra ocasión hablaremos de la falta que eso hará en medios de transporte terrestres y en hospitales en los que se aplicará el fármaco.
Pero, además, con eso, que ya suena complicado, no basta, ya que se requiere de aeropuertos de alta conectividad, tanto para poder desplegar desde ellos la distribución en grandes zonas de los continentes, como América Latina o América del Norte en nuestro continente.
En todo este esquema, es que se aprecia altamente la importancia de contar con terminales aéreas de alto nivel, que cuenten con grandes centrales de almacenamiento de elevada tecnología y que tengan conexiones tanto para puentes aéreos como terrestres.
Frente a todo el panorama mencionado… ¿Hace o no hace falta el cancelado Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco?
FB: YolandaDeLaTorreV
Tw: @yoladelatorre
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