/ domingo 21 de junio de 2020

La Moviola | Sin concesiones

El lado B de la conciencia crítica estadounidense con ritmo narrativo pausado y contenido a pesar de esconder un profundo melodrama social, político, existencial, son valores que definen a la más reciente obra del nunca adocenado a la industria hollywoodense, el Enfant terrible Spike Lee y su Da 5 Bloods (Estados Unidos, 2020).

En medio de un relato bélico que en lo cosmético sigue el canon del género, con búsqueda de un tesoro incluido, los recuerdos de honor y deshonor en batalla y personajes imbuidos en la melancolía crepuscular de sus infiernos, el filme juega en dos frentes: una crítica al sistema, pero no desde la perspectiva de la tramposa reivindicación del establishment escondida a lo Oliver Stone y su culpa burguesa, sino a un mundo en donde no cabe la redención inmediata. Los personajes de Cinco sangres tienen oscuridad interna y por lo tanto eterna.

Por otro lado, no hay reivindicación ya que los cuatro soldados veteranos afroestadounidenses que protagonizan el relato, no buscan la redención, y este hecho hace diferente, si al género nos referimos, al más reciente trabajo de Lee. Se diría que es un viaje del cielo al infierno. La moraleja es la imperfección de sus protagonistas y ahí radica también la principal crítica a la comunidad y sus contradicciones. Algo que no es nuevo en la filmografía del cineasta.

Luego de décadas, un ex escuadrón integrado por Paul (Delroy Lindo), neurótico votante de Trump con arranques a lo Rambo, Otis (Clarke Peters), adicto a pastillas para el dolor, Eddie ( Norm Lewis), un millonario que le gusta a ratos blofear, además del bonachón Melvin ( Isaiah Whitlock), se reúnen en Vietnam para buscar el cuerpo de su líder moral caído en batalla Norm (Chadwick Boseman).

Pronto se descubre que todo es pretexto para ir tras unos lingotes de oro que han quedado enterrados. Al grupo se une el aparentemente hijo bobo de Paul, David (Jonathan Majors), quien argumenta ir para cuidar a su progenitor de los arranques que le dan.

La injusticia racial será el pretexto que se digan los ex soldados para reivindicar su aventura. Pero en realidad, el filme y las pulsiones de los personajes van más lejos.

Spike Lee, usa en algunos momentos del relato escenas documentales que le dan el tono de romantización digamos clásica sesentera al género con un buen soundtrack que se necesita a nivel emotivo, pero la ambigüedad moral y las contradicciones de sus personajes dan el verdadero espíritu crítico al filme. Una suerte de Tres reyes sin la complacencia hollywoodense y muy superior por cierto.

Completa el cuadro un Jean Reno, como un codicioso francés que ayudará a los muchachos a lavar el dinero. Es producción de Netflix.

@lamoviola

El lado B de la conciencia crítica estadounidense con ritmo narrativo pausado y contenido a pesar de esconder un profundo melodrama social, político, existencial, son valores que definen a la más reciente obra del nunca adocenado a la industria hollywoodense, el Enfant terrible Spike Lee y su Da 5 Bloods (Estados Unidos, 2020).

En medio de un relato bélico que en lo cosmético sigue el canon del género, con búsqueda de un tesoro incluido, los recuerdos de honor y deshonor en batalla y personajes imbuidos en la melancolía crepuscular de sus infiernos, el filme juega en dos frentes: una crítica al sistema, pero no desde la perspectiva de la tramposa reivindicación del establishment escondida a lo Oliver Stone y su culpa burguesa, sino a un mundo en donde no cabe la redención inmediata. Los personajes de Cinco sangres tienen oscuridad interna y por lo tanto eterna.

Por otro lado, no hay reivindicación ya que los cuatro soldados veteranos afroestadounidenses que protagonizan el relato, no buscan la redención, y este hecho hace diferente, si al género nos referimos, al más reciente trabajo de Lee. Se diría que es un viaje del cielo al infierno. La moraleja es la imperfección de sus protagonistas y ahí radica también la principal crítica a la comunidad y sus contradicciones. Algo que no es nuevo en la filmografía del cineasta.

Luego de décadas, un ex escuadrón integrado por Paul (Delroy Lindo), neurótico votante de Trump con arranques a lo Rambo, Otis (Clarke Peters), adicto a pastillas para el dolor, Eddie ( Norm Lewis), un millonario que le gusta a ratos blofear, además del bonachón Melvin ( Isaiah Whitlock), se reúnen en Vietnam para buscar el cuerpo de su líder moral caído en batalla Norm (Chadwick Boseman).

Pronto se descubre que todo es pretexto para ir tras unos lingotes de oro que han quedado enterrados. Al grupo se une el aparentemente hijo bobo de Paul, David (Jonathan Majors), quien argumenta ir para cuidar a su progenitor de los arranques que le dan.

La injusticia racial será el pretexto que se digan los ex soldados para reivindicar su aventura. Pero en realidad, el filme y las pulsiones de los personajes van más lejos.

Spike Lee, usa en algunos momentos del relato escenas documentales que le dan el tono de romantización digamos clásica sesentera al género con un buen soundtrack que se necesita a nivel emotivo, pero la ambigüedad moral y las contradicciones de sus personajes dan el verdadero espíritu crítico al filme. Una suerte de Tres reyes sin la complacencia hollywoodense y muy superior por cierto.

Completa el cuadro un Jean Reno, como un codicioso francés que ayudará a los muchachos a lavar el dinero. Es producción de Netflix.

@lamoviola

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