Apenas Xóchitl Gálvez y los partidos PRI, PAN y PRD le solicitaron nuevamente al INE cumpliese con su papel de vigilante y garante de la imparcialidad en la contienda, exigiendo al Presidente suspenda las mañaneras durante la misma, y se informe oficialmente con mayor contundencia, que los programas sociales no pueden partidizarse y mucho menos puede coaccionarse su entrega al voto a favor de Morena.
Como todo mundo sabe, los Servidores de la Nación pagados por el erario público, hacen proselitismo a favor de Morena en sus visitas a quienes son beneficiarios de los programas sociales. Ya hay filtraciones donde sin rubor se ofrece dinero extra por el voto a favor de Morena.
El INE ya ha solicitado anteriormente al gobierno a bajar algunas mañaneras por petición de los partidos de oposición, pero el Presidente vuelve cada vez más retador, a usar sus conferencias para hacer proselitismo a favor de su movimiento, insultar a la oposición y a quienes tienen alguna opinión contraria a sus ideas, a los medios de comunicación libres, y sigue polarizando a la sociedad; y a todo esto, las Consejeras y Consejeros del Consejo General del INE dicen que no hay sustento jurídico para suspenderlas.
Recordemos que el 3 de diciembre de 2018, López Obrador convoca a su primera mañanera y anuncia que lo hará cada semana de lunes a viernes. En esa mañanera dijo que todos los días el gabinete de seguridad pública se reuniría para ver el problema de inseguridad, “porque este es el tema que más preocupa a los mexicanos”. Ofreció también se conocería la verdad en el caso de Ayotzinapa. La realidad nos muestra un país sumido en la violencia e inseguridad como nunca, y el caso de los estudiantes sigue sin resolverse.
Desde las mañaneras se ha dedicado a fomentar la división entre buenos y malos, poniendo a todos los que se atreven siquiera a expresar una simple observación, en el polo extremo de los conservadores. Las víctimas de delitos de alto impacto han ido creciendo y la animadversión contra quienes reclaman sobreviven el incremento de la inseguridad pública, también. Sean madres buscadoras o transportistas quienes viajan sobreviviendo a la inseguridad y asesinatos en carreteras.
El Presidente se ufanó desde el primer día de su gobierno, que tendría “las riendas del poder en las manos”, y ha cumplido fehacientemente. Se ha arrogado poderes meta constitucionales más allá de su responsabilidad republicana. Concentra el poder, ha anulado al Poder Legislativo con mayoría de su movimiento, ataca al Poder Judicial al que quiere desaparecer, y eclipsa a los organismos constitucionalmente autónomos OCA, ya sea no nombrando a sus integrantes o poniendo a sus adeptos y adeptas para controlar desde adentro, las resoluciones que tomen. De ganar su partido la mayoría calificada, los desaparecería y retrocederíamos 40 años atrás.
López usa el poder para tener todo el control de los recursos de la hacienda pública. No importa lo que decida la Cámara de Diputados. Por eso los partidos de oposición exigen que las mañaneras entren a un impasse, se prohíban celulares al emitir el voto, y se sancione a quienes andan mintiendo que los programas sociales, si Xóchitl gana, los va a quitar.
Todo lo que hace el Presidente atenta contra los principios constitucionales de imparcialidad, neutralidad y equidad en la competencia. Pero las autoridades electorales dicen que no es así. Increíble.
