/ lunes 15 de abril de 2024

Lejos de la autosuficiencia de maíz



La autosuficiencia de maíz en México es un tema de gran importancia debido a que este grano es un alimento básico en la dieta mexicana y una parte integral de su cultura; el maíz es utilizado en una amplia variedad de platillos tradicionales mexicanos, como tortillas, tamales, pozole y muchos más.

Además, también es utilizado como alimento para el sector pecuario, que a su vez se transforma en proteína animal a base de productos cárnicos y otros como la leche, huevo, queso y mantequilla y existe una proporción también donde el maíz es utilizado en la agroindustria, principalmente en la producción de almidón.

México consume alrededor de 46 millones de toneladas de maíz, de las cuales produce alrededor de 26.7 millones de toneladas, en su gran mayoría de maíz blanco, con un total de 23.7 millones y el resto de maíz amarillo, con 3 millones aproximadamente, por lo que para poder cubrir el 100% de las necesidades de consumo de maíz, se requiere importar alrededor de 19 millones de toneladas (varía dependiendo del año).

Para consumo humano se requieren alrededor de 14 millones de toneladas y se estima que de autoconsumo son 4.5 millones, mientras que, para el uso pecuario, agroindustrial y otros usos se requieren 27 millones de toneladas.

Si partimos de la base que sólo el maíz blanco no genéticamente modificado (OGM) se puede utilizar para consumo humano y producimos 23.7 millones de toneladas, en este caso México es autosuficiente en la producción de maíz blanco, pero esto no es algo nuevo, ni ha sido por nuevas políticas de esta administración.

La realidad es que México, con datos históricos proporcionados por el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, desde el año de 1993 (hace más de 30 años) es autosuficiente en la producción de maíz blanco para consumo humano y no así para atender la demanda para el uso pecuario e industrial; de hecho, tenemos un superávit en la producción de maíz blanco en nuestro país y parte del mismo se destina para la alimentación animal y la industria.

Si hablamos de autosuficiencia de maíz en México, estamos muy lejos de lograrla, ya que cada vez somos más dependientes del exterior; por una parte, la demanda sigue creciendo y no en ese mismo ritmo la producción nacional. De hecho se estima que este 2024 la importación de maíz alcance cerca de 21 millones de toneladas, siendo el segundo importador de maíz a nivel mundial, solo después de China.

En cuanto al rendimiento promedio a nivel nacional, este es de 3.9 toneladas por hectárea en México, mientras que en Estados Unidos el promedio es de 11.1 ton/ha.

México tiene la capacidad de aumentar la producción de maíz a nivel nacional, pero para ello, es fundamental definir una política pública para elevar la producción e implementar programas de apoyo enfocados, no solo a elevar la productividad, sino también que esta se pueda desarrollar de manera sustentable.

Para producir 21 millones de toneladas (que es lo que se estima importar este año) y tomando en cuenta los rendimientos actuales, se requerirían cultivar 5.3 millones de hectáreas adicionales, lo cual es totalmente inviable, ya que no existe frontera agrícola para ello, ni disponibilidad de recursos como el agua , por lo que la solución sería incrementar el promedio nacional de producción y esto solo podrá lograrse mediante el uso de semillas mejoradas, paquetes tecnológicos que consideren un manejo integral del cultivo; una fertilización adecuada; el control de plagas, enfermedades y malezas; el manejo del riego, y demás variables, que permita poder expresar el máximo potencial productivo del cultivo.

Sin duda, la innovación tecnológica es la respuesta para poder lograr la tan anhelada autosuficiencia alimentaria de maíz y aquí no debe importar si son pequeños, medianos o grandes productores. La competencia es con productores de otros países que cuentan con condiciones mucho más favorables y de mayor certidumbre para los productores del campo, que les permiten poder tener una rentabilidad adecuada y con ello poder seguir garantizando la producción y el abasto suficiente para atender las necesidades de su población. Eso es algo que deberíamos de implementar en nuestro país.

Director General del Consejo Nacional Agropecuario



La autosuficiencia de maíz en México es un tema de gran importancia debido a que este grano es un alimento básico en la dieta mexicana y una parte integral de su cultura; el maíz es utilizado en una amplia variedad de platillos tradicionales mexicanos, como tortillas, tamales, pozole y muchos más.

Además, también es utilizado como alimento para el sector pecuario, que a su vez se transforma en proteína animal a base de productos cárnicos y otros como la leche, huevo, queso y mantequilla y existe una proporción también donde el maíz es utilizado en la agroindustria, principalmente en la producción de almidón.

México consume alrededor de 46 millones de toneladas de maíz, de las cuales produce alrededor de 26.7 millones de toneladas, en su gran mayoría de maíz blanco, con un total de 23.7 millones y el resto de maíz amarillo, con 3 millones aproximadamente, por lo que para poder cubrir el 100% de las necesidades de consumo de maíz, se requiere importar alrededor de 19 millones de toneladas (varía dependiendo del año).

Para consumo humano se requieren alrededor de 14 millones de toneladas y se estima que de autoconsumo son 4.5 millones, mientras que, para el uso pecuario, agroindustrial y otros usos se requieren 27 millones de toneladas.

Si partimos de la base que sólo el maíz blanco no genéticamente modificado (OGM) se puede utilizar para consumo humano y producimos 23.7 millones de toneladas, en este caso México es autosuficiente en la producción de maíz blanco, pero esto no es algo nuevo, ni ha sido por nuevas políticas de esta administración.

La realidad es que México, con datos históricos proporcionados por el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, desde el año de 1993 (hace más de 30 años) es autosuficiente en la producción de maíz blanco para consumo humano y no así para atender la demanda para el uso pecuario e industrial; de hecho, tenemos un superávit en la producción de maíz blanco en nuestro país y parte del mismo se destina para la alimentación animal y la industria.

Si hablamos de autosuficiencia de maíz en México, estamos muy lejos de lograrla, ya que cada vez somos más dependientes del exterior; por una parte, la demanda sigue creciendo y no en ese mismo ritmo la producción nacional. De hecho se estima que este 2024 la importación de maíz alcance cerca de 21 millones de toneladas, siendo el segundo importador de maíz a nivel mundial, solo después de China.

En cuanto al rendimiento promedio a nivel nacional, este es de 3.9 toneladas por hectárea en México, mientras que en Estados Unidos el promedio es de 11.1 ton/ha.

México tiene la capacidad de aumentar la producción de maíz a nivel nacional, pero para ello, es fundamental definir una política pública para elevar la producción e implementar programas de apoyo enfocados, no solo a elevar la productividad, sino también que esta se pueda desarrollar de manera sustentable.

Para producir 21 millones de toneladas (que es lo que se estima importar este año) y tomando en cuenta los rendimientos actuales, se requerirían cultivar 5.3 millones de hectáreas adicionales, lo cual es totalmente inviable, ya que no existe frontera agrícola para ello, ni disponibilidad de recursos como el agua , por lo que la solución sería incrementar el promedio nacional de producción y esto solo podrá lograrse mediante el uso de semillas mejoradas, paquetes tecnológicos que consideren un manejo integral del cultivo; una fertilización adecuada; el control de plagas, enfermedades y malezas; el manejo del riego, y demás variables, que permita poder expresar el máximo potencial productivo del cultivo.

Sin duda, la innovación tecnológica es la respuesta para poder lograr la tan anhelada autosuficiencia alimentaria de maíz y aquí no debe importar si son pequeños, medianos o grandes productores. La competencia es con productores de otros países que cuentan con condiciones mucho más favorables y de mayor certidumbre para los productores del campo, que les permiten poder tener una rentabilidad adecuada y con ello poder seguir garantizando la producción y el abasto suficiente para atender las necesidades de su población. Eso es algo que deberíamos de implementar en nuestro país.

Director General del Consejo Nacional Agropecuario