/ viernes 23 de octubre de 2020

Los tiempos de cambio

Las últimas semanas han estado marcadas por sucesos políticos y que trascienden, como la votación de los fideicomisos, el arresto del General Cienfuegos, entre muchos otros. A algunos les podrá inspirar temor, pero la mayoría coincide en que era necesario un cambio en las estructuras de poder en México, que es lo que estamos viviendo.

Una de las mejores formas de describirlo es en el inicio de la novela “Historia de dos ciudades” de Charles Dickens, en donde describe los cambios de la Revolución Francesa y la vida de Londres. Por muy pacífico que resultaba en ese momento, Londres representaba la paz y la continuidad del status quo, mientras que Paris en aquel entonces convulso y revolucionario, fue la base de los cimientos del estado democrático de libertades y de derechos en el mundo. Textualmente al autor menciona:

“Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el inverno de la desesperación”

Estamos viviendo tiempos de grandes contradicciones. Por un lado, México transita hacia la transformación política más importante en la historia reciente, pero en el marco de una crisis mundial originado por la pandemia de COVID 19 que ha provocado una crisis económica en todas las naciones; sin embargo, también existen elementos positivos como la resiliencia de la educación y la comunidad escolar que han tenido grandes avances, como transitar hacia un modelo de educación a distancia y que se hizo en cuestión de días. Esto fue determinante para que las niñas, niños, jóvenes y adolescentes no interrumpieran sus aprendizajes.

Habrá quien añore la falta de cambio y le tema a la transformación. Los cambios siempre implican esperanza e incertidumbre dependiendo de los ojos en los que se vea, lo importante es que al final, al igual que después de la Revolución Francesa, prevalezcan cosas positivas y en el país lo estamos experimentando ya que las mexicanas y mexicanos estamos teniendo un cambio en las estructuras de poder sin sobresaltos, con paz social y democracia.

La pregunta de fondo es ¿el México que surgirá de estos cambios será estrictamente el de las aspiraciones de la Cuarta Transformación? La respuesta es que no. En este escenario tenemos como tesis un proceso de diálogo y la transformación que millones de mexicanas y mexicanas quieren; una antítesis remarcada por los detractores y muy frágil oposición que buscan, señalan errores que no existen; una síntesis que será un México más justo, transparente y democrático. XXXTwitter: @LuisH_Fernandez

Las últimas semanas han estado marcadas por sucesos políticos y que trascienden, como la votación de los fideicomisos, el arresto del General Cienfuegos, entre muchos otros. A algunos les podrá inspirar temor, pero la mayoría coincide en que era necesario un cambio en las estructuras de poder en México, que es lo que estamos viviendo.

Una de las mejores formas de describirlo es en el inicio de la novela “Historia de dos ciudades” de Charles Dickens, en donde describe los cambios de la Revolución Francesa y la vida de Londres. Por muy pacífico que resultaba en ese momento, Londres representaba la paz y la continuidad del status quo, mientras que Paris en aquel entonces convulso y revolucionario, fue la base de los cimientos del estado democrático de libertades y de derechos en el mundo. Textualmente al autor menciona:

“Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el inverno de la desesperación”

Estamos viviendo tiempos de grandes contradicciones. Por un lado, México transita hacia la transformación política más importante en la historia reciente, pero en el marco de una crisis mundial originado por la pandemia de COVID 19 que ha provocado una crisis económica en todas las naciones; sin embargo, también existen elementos positivos como la resiliencia de la educación y la comunidad escolar que han tenido grandes avances, como transitar hacia un modelo de educación a distancia y que se hizo en cuestión de días. Esto fue determinante para que las niñas, niños, jóvenes y adolescentes no interrumpieran sus aprendizajes.

Habrá quien añore la falta de cambio y le tema a la transformación. Los cambios siempre implican esperanza e incertidumbre dependiendo de los ojos en los que se vea, lo importante es que al final, al igual que después de la Revolución Francesa, prevalezcan cosas positivas y en el país lo estamos experimentando ya que las mexicanas y mexicanos estamos teniendo un cambio en las estructuras de poder sin sobresaltos, con paz social y democracia.

La pregunta de fondo es ¿el México que surgirá de estos cambios será estrictamente el de las aspiraciones de la Cuarta Transformación? La respuesta es que no. En este escenario tenemos como tesis un proceso de diálogo y la transformación que millones de mexicanas y mexicanas quieren; una antítesis remarcada por los detractores y muy frágil oposición que buscan, señalan errores que no existen; una síntesis que será un México más justo, transparente y democrático. XXXTwitter: @LuisH_Fernandez