/ miércoles 19 de febrero de 2020

México, víctima de una obsesión (II)

Según narra Ramiro Guerra, “la población de San Felipe de Austin, fundada en 1823, fue la cabecera de la colonia y el centro de la influencia norteamericana en Texas”. A partir de entonces el territorio comenzó a ser reclamado como norteamericano.

La guerra de agresión expansionista de Estados Unidos contra México supuso la pérdida más de 2 millones de kilómetros cuadrados de territorio mexicano.

En 1825, el botánico y estadista de los Estados Unidos, Joel R. Poinsett, marchó hacia México con instrucciones de intentar comprar el territorio de Texas y organizó el llamado “partido americano” (también conocido como “partido de los yorkinos”), dirigido a agrupar a los mexicanos partidarios del vecino del norte, que se convirtieron en una quintacolumna ( esta expresión se usa para designar, en una lucha bélica, a un grupo de la población que se mantiene leal hacia el enemigo por motivos religiosos, económicos o ideológicos) que actuaba a favor de Estados Unidos. Poinsett continuó estimulando a los “yorkinos” para lograr el control político de la nueva nación.

Para entonces, en los Estados Unidos cobraban fuerza los grupos políticos representados por el senador Thomas H. Benton y el general Andrew Jackson, futuro presidente, quiene se autoafirmaban el derecho estadounidense sobre Texas.

Entre los años 1828 y 1830, el gobierno mexicano, presidido por Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero y José María Bocanegra, comenzó a limitar la inmigración estadounidense en territorio texano y prohibir la esclavitud en aquellos territorios, augurando que en el caso de Texas se aplicarían métodos semejantes a los utilizados en la Florida, como estimular revueltas a favor de la independencia de los territorios y solicitar la anexión a Estados Unidos,

El historiador Ramón Guerra sigue narrando: “La lucha franca y abierta entre mexicanos y norteamericanos se inició tan pronto como los primeros quisieron hacer efectivas estas disposiciones legales. Desde 1831 ya hubo desórdenes; al año siguiente culminaron en un agudo conflicto”.

El arribo de Andrew Jackson a la presidencia en los Estados Unidos en 1829, y la agresiva política seguida para obtener Texas a través de cualquier procedimiento, tensó la situación con México. Inmediatamente envió a Samuel Houston, político y soldado virginiano, al territorio de Texas para organizar a los colonos sublevados contra las autoridades mexicanas. Houston llegaría a ser presidente de su país en 1836.

En 1833, Houston hizo que los texanos aprobaran una Constitución y si no se rompió la relación de manera definitiva con México, fue porque los preparativos militares no estaban terminados. Todo quedó listo para la ruptura en el momento oportuno. En noviembre de 1835 se organizó el primer gobierno texano. Houston fue nombrado general en jefe del Ejército, formado por los voluntarios reclutados en las principales ciudades estadounidenses.

Por su parte, México se debatía en luchas internas, entre las facciones yorkinas y escocesas.

Estas facciones se formaron después de la Independencia Nacional. Había dos grupos Masónicos que eran los Ritos Escocés y de York. Ambos llegaron a ser una especie de partidos políticos en competencia uno con otro, muy divididos entre si sobre el problema de cómo gobernar a un país de reciente formación.


pacofonn@yahoo.com.mx

Según narra Ramiro Guerra, “la población de San Felipe de Austin, fundada en 1823, fue la cabecera de la colonia y el centro de la influencia norteamericana en Texas”. A partir de entonces el territorio comenzó a ser reclamado como norteamericano.

La guerra de agresión expansionista de Estados Unidos contra México supuso la pérdida más de 2 millones de kilómetros cuadrados de territorio mexicano.

En 1825, el botánico y estadista de los Estados Unidos, Joel R. Poinsett, marchó hacia México con instrucciones de intentar comprar el territorio de Texas y organizó el llamado “partido americano” (también conocido como “partido de los yorkinos”), dirigido a agrupar a los mexicanos partidarios del vecino del norte, que se convirtieron en una quintacolumna ( esta expresión se usa para designar, en una lucha bélica, a un grupo de la población que se mantiene leal hacia el enemigo por motivos religiosos, económicos o ideológicos) que actuaba a favor de Estados Unidos. Poinsett continuó estimulando a los “yorkinos” para lograr el control político de la nueva nación.

Para entonces, en los Estados Unidos cobraban fuerza los grupos políticos representados por el senador Thomas H. Benton y el general Andrew Jackson, futuro presidente, quiene se autoafirmaban el derecho estadounidense sobre Texas.

Entre los años 1828 y 1830, el gobierno mexicano, presidido por Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero y José María Bocanegra, comenzó a limitar la inmigración estadounidense en territorio texano y prohibir la esclavitud en aquellos territorios, augurando que en el caso de Texas se aplicarían métodos semejantes a los utilizados en la Florida, como estimular revueltas a favor de la independencia de los territorios y solicitar la anexión a Estados Unidos,

El historiador Ramón Guerra sigue narrando: “La lucha franca y abierta entre mexicanos y norteamericanos se inició tan pronto como los primeros quisieron hacer efectivas estas disposiciones legales. Desde 1831 ya hubo desórdenes; al año siguiente culminaron en un agudo conflicto”.

El arribo de Andrew Jackson a la presidencia en los Estados Unidos en 1829, y la agresiva política seguida para obtener Texas a través de cualquier procedimiento, tensó la situación con México. Inmediatamente envió a Samuel Houston, político y soldado virginiano, al territorio de Texas para organizar a los colonos sublevados contra las autoridades mexicanas. Houston llegaría a ser presidente de su país en 1836.

En 1833, Houston hizo que los texanos aprobaran una Constitución y si no se rompió la relación de manera definitiva con México, fue porque los preparativos militares no estaban terminados. Todo quedó listo para la ruptura en el momento oportuno. En noviembre de 1835 se organizó el primer gobierno texano. Houston fue nombrado general en jefe del Ejército, formado por los voluntarios reclutados en las principales ciudades estadounidenses.

Por su parte, México se debatía en luchas internas, entre las facciones yorkinas y escocesas.

Estas facciones se formaron después de la Independencia Nacional. Había dos grupos Masónicos que eran los Ritos Escocés y de York. Ambos llegaron a ser una especie de partidos políticos en competencia uno con otro, muy divididos entre si sobre el problema de cómo gobernar a un país de reciente formación.


pacofonn@yahoo.com.mx