/ miércoles 12 de junio de 2024

Por un México libre de trabajo infantil

por Antonio Benavides Castellanos

La prevención y combate del trabajo infantil es, sin duda, una tarea que debe realizarse colectivamente. Tener un México sin trabajo infantil es posible, pero es tarea de todas y todos.

“¿Le limpio el cristal? ¿Tendrá para mi Navidad? ¿Me compra un dulce? ¿Me da para un taco?” Cuántas veces hemos escuchado estas preguntas y hemos normalizado que las hagan niñas, niños y adultos acompañados por ellos. Al grado de que ya no nos preguntamos qué ha llevado a estas niñas y niños a estar ahí, cuáles serán las consecuencias para sus vidas futuras, o incluso si la persona adulta que los acompaña en realidad es su madre, padre, o si se trata de una persona extraña que los utiliza para obtener ingresos.

Una niña o un niño que se encuentra en situación de trabajo infantil no es feliz. Muy probablemente no está en la escuela y se encuentra expuesto a riesgos físicos, psicológicos y morales que nunca desearíamos para nuestras hijas e hijos, e incluso para nosotros mismos como adultos. ¿Entonces por qué “aceptamos” que para las niñas y niños en situación de pobreza el trabajo infantil sea una opción?

¿A quién corresponde toda la responsabilidad de generar ingresos para su familia? Definitivamente, no debería ser a un niño o a una niña que ni siquiera puede decidir por sí mismo llevar esa carga.

De pronto parece difícil imaginar un México sin niñas y niños en el campo, en las calles, en los restaurantes o afuera de tiendas de conveniencia, realizando un trabajo por el que reciben apenas algún pago y que les aleja de la escuela, el descanso y el juego con sus pares y el convivio sano con su familia y adultos. Estos elementos, en su conjunto, son lo que forma a un individuo. Lo que prepara a una persona para ingresar con plenitud a la vida productiva.

Pero un México libre de trabajo infantil es posible. Para lograrlo, necesitamos prestar atención al problema, conocerlo, entender las circunstancias y a quienes debemos proteger. No se debe penalizar el trabajo infantil, porque las niñas y niños inmersos en él no son culpables, sino brindarles atención de manera integral. Además, es necesario invertir esfuerzos y recursos públicos para lograr un cambio de percepción sobre esta situación.

En México, hay 3.7 millones de niñas y niños en situación de trabajo infantil, lo que representa una tasa del 13.1 por ciento. Esta cifra es 1.7 puntos porcentuales más alta que en 2019. Además, hay 2.1 millones de niñas, niños y adolescentes que laboran en actividades económicas no permitidas y 1.9 millones que realizan quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas, es decir, durante horarios prolongados o expuestos a riesgos.

Desde 2022, se ha implementado en México el proyecto AccioNNAr desde la oficina de la OIT para combatir y prevenir el trabajo infantil. Este proyecto fue resultado del consenso colectivo entre autoridades, organizaciones de empleadores y de trabajadores para brindar un abordaje integral a esta situación.

Las cifras mencionadas son de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2022, realizada en conjunto por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a través del proyecto AccioNNAr y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). Esta encuesta es de especial relevancia ya que brinda un panorama de este problema luego de la pandemia por COVID-19 y porque en ella se incluyen nuevos temas relacionados con las características y servicios de las viviendas en las que habita la población de 5 a 17 años. También indaga en torno a la disponibilidad de bienes y servicios de telecomunicaciones y problemas que enfrentaron los hogares en los últimos años.

De acuerdo con los resultados de la ENTI 2022, podemos ver la necesidad y urgencia de tomar acción en el sector agrícola, que es donde más se encuentra esta problemática. El abordaje no solo debe ser normativo y de inspección, sino también debe buscar el cambio de la percepción social sobre el trabajo infantil. Es importante demostrar a la población que el trabajo infantil únicamente perpetúa el círculo de pobreza y, aunque en ocasiones representa un ingreso adicional a la economía familiar a corto plazo, a largo plazo restringe la posibilidad de crecimiento. Sin una educación adecuada, las posibilidades de encontrar un trabajo decente, con remuneración justa y bajo condiciones dignas, son mínimas.

Otra característica particular del trabajo infantil es que suele encontrarse en la informalidad. Cuando existe una empresa con un proceso productivo formal, responsabilidad social y una agrupación de trabajadores organizada en sindicatos, es casi imposible tener condiciones de trabajo infantil.

En este sentido, hablando del papel de trabajadores organizados, uno de los resultados más relevantes que alcanzamos este año a través de AccioNNAr, además de la ENTI 2022, fue la inclusión de cláusulas tipo contra el trabajo infantil y para proteger el trabajo adolescente permitido en cinco contratos colectivos de trabajo. De acuerdo con los registros de la STPS y de la oficina de la OIT en México, esta es la primera vez que se incluyen estas cláusulas en contratos colectivos de trabajo en México, de ahí su trascendencia.

Estas cláusulas tipo interrelacionan tres de los principios y derechos fundamentales del trabajo que reconoce la OIT: la libertad sindical, el derecho de negociación colectiva y la eliminación del trabajo infantil. Estos son ejes rectores de la reforma de 2019 y están plasmados en los Convenios núm. 87 y núm. 98 de la OIT. Además, refuerzan lo establecido en la Ley Federal del Trabajo, que se basa en los Convenios núm. 138 y núm. 182 de la OIT.

Este es un claro ejemplo de cómo, a través de la colaboración intersectorial, es posible hacer frente a la problemática del trabajo infantil. En este caso, fue mediante el trabajo colaborativo entre la STPS, Sindicatos Unidos con México Moderno (SUCOMM) y la OIT que se logró la inclusión de estas cláusulas, destacando particularmente el esfuerzo sindical mediante la negociación colectiva y también de los empleadores que las aceptaron.

El siguiente paso es llevar estas cláusulas a más contratos colectivos y asegurar que puedan incluirse en los contratos del sector agrícola, donde hay una fuerte prevalencia de niñas y niños laborando y donde, muchas veces, la tradición, pobreza y vulnerabilidades normalizan esta situación.

Además de la inclusión de las cláusulas tipo, el proyecto ACCIONNAR ha dado seguimiento puntual al trabajo de la Comisión Intersecretarial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección de Adolescentes Trabajadores en Edad Permitida (CITI México). Hemos colaborado en actividades como la organización de la sesión anual de la Red Nacional de Comisiones Locales, en octubre pasado, en Mérida, Yucatán. Ahí, 28 secretarias y secretarios del trabajo del país firmaron el “Pacto del Mayab” para impulsar acciones coordinadas para prevenir y combatir el trabajo infantil, algo que tampoco se había logrado antes.

Solo a través de este tipo de coordinación interinstitucional y con otros actores, como las organizaciones de empleadores y trabajadores, podremos poner fin a esta problemática.

Este 12 de junio, Día Mundial contra el Trabajo Infantil, tratemos de entender la problemática, de pensar cómo podemos colaborar para combatirla, para formar una generación de niñas y niños preparados para efectivamente sumarse a una fuerza laboral en edad permitida, fuerza que el sector productivo necesita en México, y en el mundo, capaz de acompañar los retos y desafíos de una economía cambiante y llena de oportunidades.

Recordemos, por lo tanto, la importancia de abordar esta situación a través del diálogo social tripartito, en donde los actores del mundo de trabajo tienen un rol clave.

El tema de la campaña de este año se centra en el 25 aniversario de la adopción del Convenio número 182 de la OIT sobre las peores formas de trabajo infantil, ratificado por México en junio del año 2000.

Sigamos trabajando de la mano para cumplir con los compromisos establecidos en el marco normativo internacional y para que las niñas y niños puedan tener una infancia libre de trabajo infantil.

Coordinador Nacional del Proyecto AccioNNAr de la OIT en México

benavides@ilo.org

por Antonio Benavides Castellanos

La prevención y combate del trabajo infantil es, sin duda, una tarea que debe realizarse colectivamente. Tener un México sin trabajo infantil es posible, pero es tarea de todas y todos.

“¿Le limpio el cristal? ¿Tendrá para mi Navidad? ¿Me compra un dulce? ¿Me da para un taco?” Cuántas veces hemos escuchado estas preguntas y hemos normalizado que las hagan niñas, niños y adultos acompañados por ellos. Al grado de que ya no nos preguntamos qué ha llevado a estas niñas y niños a estar ahí, cuáles serán las consecuencias para sus vidas futuras, o incluso si la persona adulta que los acompaña en realidad es su madre, padre, o si se trata de una persona extraña que los utiliza para obtener ingresos.

Una niña o un niño que se encuentra en situación de trabajo infantil no es feliz. Muy probablemente no está en la escuela y se encuentra expuesto a riesgos físicos, psicológicos y morales que nunca desearíamos para nuestras hijas e hijos, e incluso para nosotros mismos como adultos. ¿Entonces por qué “aceptamos” que para las niñas y niños en situación de pobreza el trabajo infantil sea una opción?

¿A quién corresponde toda la responsabilidad de generar ingresos para su familia? Definitivamente, no debería ser a un niño o a una niña que ni siquiera puede decidir por sí mismo llevar esa carga.

De pronto parece difícil imaginar un México sin niñas y niños en el campo, en las calles, en los restaurantes o afuera de tiendas de conveniencia, realizando un trabajo por el que reciben apenas algún pago y que les aleja de la escuela, el descanso y el juego con sus pares y el convivio sano con su familia y adultos. Estos elementos, en su conjunto, son lo que forma a un individuo. Lo que prepara a una persona para ingresar con plenitud a la vida productiva.

Pero un México libre de trabajo infantil es posible. Para lograrlo, necesitamos prestar atención al problema, conocerlo, entender las circunstancias y a quienes debemos proteger. No se debe penalizar el trabajo infantil, porque las niñas y niños inmersos en él no son culpables, sino brindarles atención de manera integral. Además, es necesario invertir esfuerzos y recursos públicos para lograr un cambio de percepción sobre esta situación.

En México, hay 3.7 millones de niñas y niños en situación de trabajo infantil, lo que representa una tasa del 13.1 por ciento. Esta cifra es 1.7 puntos porcentuales más alta que en 2019. Además, hay 2.1 millones de niñas, niños y adolescentes que laboran en actividades económicas no permitidas y 1.9 millones que realizan quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas, es decir, durante horarios prolongados o expuestos a riesgos.

Desde 2022, se ha implementado en México el proyecto AccioNNAr desde la oficina de la OIT para combatir y prevenir el trabajo infantil. Este proyecto fue resultado del consenso colectivo entre autoridades, organizaciones de empleadores y de trabajadores para brindar un abordaje integral a esta situación.

Las cifras mencionadas son de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2022, realizada en conjunto por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a través del proyecto AccioNNAr y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). Esta encuesta es de especial relevancia ya que brinda un panorama de este problema luego de la pandemia por COVID-19 y porque en ella se incluyen nuevos temas relacionados con las características y servicios de las viviendas en las que habita la población de 5 a 17 años. También indaga en torno a la disponibilidad de bienes y servicios de telecomunicaciones y problemas que enfrentaron los hogares en los últimos años.

De acuerdo con los resultados de la ENTI 2022, podemos ver la necesidad y urgencia de tomar acción en el sector agrícola, que es donde más se encuentra esta problemática. El abordaje no solo debe ser normativo y de inspección, sino también debe buscar el cambio de la percepción social sobre el trabajo infantil. Es importante demostrar a la población que el trabajo infantil únicamente perpetúa el círculo de pobreza y, aunque en ocasiones representa un ingreso adicional a la economía familiar a corto plazo, a largo plazo restringe la posibilidad de crecimiento. Sin una educación adecuada, las posibilidades de encontrar un trabajo decente, con remuneración justa y bajo condiciones dignas, son mínimas.

Otra característica particular del trabajo infantil es que suele encontrarse en la informalidad. Cuando existe una empresa con un proceso productivo formal, responsabilidad social y una agrupación de trabajadores organizada en sindicatos, es casi imposible tener condiciones de trabajo infantil.

En este sentido, hablando del papel de trabajadores organizados, uno de los resultados más relevantes que alcanzamos este año a través de AccioNNAr, además de la ENTI 2022, fue la inclusión de cláusulas tipo contra el trabajo infantil y para proteger el trabajo adolescente permitido en cinco contratos colectivos de trabajo. De acuerdo con los registros de la STPS y de la oficina de la OIT en México, esta es la primera vez que se incluyen estas cláusulas en contratos colectivos de trabajo en México, de ahí su trascendencia.

Estas cláusulas tipo interrelacionan tres de los principios y derechos fundamentales del trabajo que reconoce la OIT: la libertad sindical, el derecho de negociación colectiva y la eliminación del trabajo infantil. Estos son ejes rectores de la reforma de 2019 y están plasmados en los Convenios núm. 87 y núm. 98 de la OIT. Además, refuerzan lo establecido en la Ley Federal del Trabajo, que se basa en los Convenios núm. 138 y núm. 182 de la OIT.

Este es un claro ejemplo de cómo, a través de la colaboración intersectorial, es posible hacer frente a la problemática del trabajo infantil. En este caso, fue mediante el trabajo colaborativo entre la STPS, Sindicatos Unidos con México Moderno (SUCOMM) y la OIT que se logró la inclusión de estas cláusulas, destacando particularmente el esfuerzo sindical mediante la negociación colectiva y también de los empleadores que las aceptaron.

El siguiente paso es llevar estas cláusulas a más contratos colectivos y asegurar que puedan incluirse en los contratos del sector agrícola, donde hay una fuerte prevalencia de niñas y niños laborando y donde, muchas veces, la tradición, pobreza y vulnerabilidades normalizan esta situación.

Además de la inclusión de las cláusulas tipo, el proyecto ACCIONNAR ha dado seguimiento puntual al trabajo de la Comisión Intersecretarial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección de Adolescentes Trabajadores en Edad Permitida (CITI México). Hemos colaborado en actividades como la organización de la sesión anual de la Red Nacional de Comisiones Locales, en octubre pasado, en Mérida, Yucatán. Ahí, 28 secretarias y secretarios del trabajo del país firmaron el “Pacto del Mayab” para impulsar acciones coordinadas para prevenir y combatir el trabajo infantil, algo que tampoco se había logrado antes.

Solo a través de este tipo de coordinación interinstitucional y con otros actores, como las organizaciones de empleadores y trabajadores, podremos poner fin a esta problemática.

Este 12 de junio, Día Mundial contra el Trabajo Infantil, tratemos de entender la problemática, de pensar cómo podemos colaborar para combatirla, para formar una generación de niñas y niños preparados para efectivamente sumarse a una fuerza laboral en edad permitida, fuerza que el sector productivo necesita en México, y en el mundo, capaz de acompañar los retos y desafíos de una economía cambiante y llena de oportunidades.

Recordemos, por lo tanto, la importancia de abordar esta situación a través del diálogo social tripartito, en donde los actores del mundo de trabajo tienen un rol clave.

El tema de la campaña de este año se centra en el 25 aniversario de la adopción del Convenio número 182 de la OIT sobre las peores formas de trabajo infantil, ratificado por México en junio del año 2000.

Sigamos trabajando de la mano para cumplir con los compromisos establecidos en el marco normativo internacional y para que las niñas y niños puedan tener una infancia libre de trabajo infantil.

Coordinador Nacional del Proyecto AccioNNAr de la OIT en México

benavides@ilo.org