/ miércoles 4 de mayo de 2022

Teatrikando | Torch song, melodrama gay

En el presente 2022 se presenta en el Teatro Milán. Con los estelares de Rogelio Suárez (Arnold), Anahí Allué, Manuel Balbi (un profesor universitario), y el apoyo sin fallas de Mariano Aguirre, Ginette Zavala, José Peralta, Jhovardy Vences y Mariana Esqueda.

Vimos esta obra de Harvey Firstein, quien también es el autor del exitazo La Jaula de las locas, sin el atractivo de ser musical. Pero ni falta le hace.

Porque es un melodrama gay que denuncia la intransigencia de una madre que no tiene un minuto para empatizar con su hijo. Ella es Anahí Allué quien interpreta a una mujer que acusa a su hijo de no sé cuántas lindezas, queriendo ser una madre comprensiva logra exactamente lo contrario.

El resto del elenco se dedica a contextualizar la vida de Rogelio Suárez, quien con la gracia que le es natural nos cuenta su desarrollo, búsquedas afectivas, encuentros y desencuentros que tiene en su evolución una drag queen. Es un ser humano que busca amor y después realizar su sueño, tener un hijo.

El chavo que interpreta este rol evoluciona con una naturalidad y simpatía que hace contraste con la rigidez mental de la madre o casi abuela.

Obra dividida en dos actos que nos platica sobre una esposa comprensiva que su marido es bisexual o quizá un heterosexual flexible hasta que debe tomar decisiones. La esposa es tolerante hasta las cachas.

Una historia que intenta exponer la actitud de una progenitora que tiene telarañas en la cabeza y las aventuras amorosas de las amistades que ha generado en el trayecto Arnold.

Un cuentecillo mezclado de atisbos eróticos sin mayores consecuencias, que puede ver cualquier joven promedio, para sacar su conclusiones y medir con el negativometro a la actriz que se exhibe como excelente comediante Anahí Allué. Ya que este género tiene como fin exhibir los defectos humanos, ella lo hace eficientemente.

Acudí la noche que se presentaba por primera vez Manuel Balbi, quien logra de manera eficiente al maestro dubitativo.

Vestuario de época ochentera y musicalización aceptables. Escenografía mínimalista.

Buena obra, en que lo gracioso está en el texto y no en las bufonadas tradicionales del género, estará hasta mayo.


Gabriela Rosero muy bella como La exhibicionista

Ya la había visto años antes de la pandemia, me pareció bien estructurada, era con otra actriz. Tenía como algo interesante el uso de multimedia para involucrarnos en la vida de esa chica que es actriz porno, María de los Ángeles (su padre es Ángel) que tendrá una serie de cambios en su vida a partir de una fractura.

De Salvador Garcini es esta reflexión sobre el amor-odio a sus padres que la lleva a ser una aficionada a la actuación que llega con un director que la hace sentir mal al decirle que no sirve para esa actividad. Es interesante el juego de argumentos que da ese mandón a sus preguntas, que son las típicas dudas de una aspirante: la sinceridad o la ficción actoral en escena y sus formas de percibir al público, y lo contrario también.

Interesante la manera en que introduce a los Doors en la escena inicial y final, hace que los de mi generación nos estremezcamos, qué música sería la ideal para motivar a los más jóvenes, no creo el reguetón.

El desnudo es interesante, pero no es lo que une el conflicto con la solución.

Varios vuelcos de acción en la trama, hasta que encuentra su camino. En estos vuelcos hay una psiquiatra que está muy bien lograda, en general las acciones de Gabriela Rosero, quien lleva el monólogo hace un trabajo eficiente, repite las caminatas laterales que es frecuente ver en los unipersonales.

Excelente montaje. Hay un desnudo integral por si usted sentía que le hacía falta ese detalle. Pero, no es lo central.

Estará en el Foro Shakespeare hasta junio de 2022 los lunes y miércoles.


En el presente 2022 se presenta en el Teatro Milán. Con los estelares de Rogelio Suárez (Arnold), Anahí Allué, Manuel Balbi (un profesor universitario), y el apoyo sin fallas de Mariano Aguirre, Ginette Zavala, José Peralta, Jhovardy Vences y Mariana Esqueda.

Vimos esta obra de Harvey Firstein, quien también es el autor del exitazo La Jaula de las locas, sin el atractivo de ser musical. Pero ni falta le hace.

Porque es un melodrama gay que denuncia la intransigencia de una madre que no tiene un minuto para empatizar con su hijo. Ella es Anahí Allué quien interpreta a una mujer que acusa a su hijo de no sé cuántas lindezas, queriendo ser una madre comprensiva logra exactamente lo contrario.

El resto del elenco se dedica a contextualizar la vida de Rogelio Suárez, quien con la gracia que le es natural nos cuenta su desarrollo, búsquedas afectivas, encuentros y desencuentros que tiene en su evolución una drag queen. Es un ser humano que busca amor y después realizar su sueño, tener un hijo.

El chavo que interpreta este rol evoluciona con una naturalidad y simpatía que hace contraste con la rigidez mental de la madre o casi abuela.

Obra dividida en dos actos que nos platica sobre una esposa comprensiva que su marido es bisexual o quizá un heterosexual flexible hasta que debe tomar decisiones. La esposa es tolerante hasta las cachas.

Una historia que intenta exponer la actitud de una progenitora que tiene telarañas en la cabeza y las aventuras amorosas de las amistades que ha generado en el trayecto Arnold.

Un cuentecillo mezclado de atisbos eróticos sin mayores consecuencias, que puede ver cualquier joven promedio, para sacar su conclusiones y medir con el negativometro a la actriz que se exhibe como excelente comediante Anahí Allué. Ya que este género tiene como fin exhibir los defectos humanos, ella lo hace eficientemente.

Acudí la noche que se presentaba por primera vez Manuel Balbi, quien logra de manera eficiente al maestro dubitativo.

Vestuario de época ochentera y musicalización aceptables. Escenografía mínimalista.

Buena obra, en que lo gracioso está en el texto y no en las bufonadas tradicionales del género, estará hasta mayo.


Gabriela Rosero muy bella como La exhibicionista

Ya la había visto años antes de la pandemia, me pareció bien estructurada, era con otra actriz. Tenía como algo interesante el uso de multimedia para involucrarnos en la vida de esa chica que es actriz porno, María de los Ángeles (su padre es Ángel) que tendrá una serie de cambios en su vida a partir de una fractura.

De Salvador Garcini es esta reflexión sobre el amor-odio a sus padres que la lleva a ser una aficionada a la actuación que llega con un director que la hace sentir mal al decirle que no sirve para esa actividad. Es interesante el juego de argumentos que da ese mandón a sus preguntas, que son las típicas dudas de una aspirante: la sinceridad o la ficción actoral en escena y sus formas de percibir al público, y lo contrario también.

Interesante la manera en que introduce a los Doors en la escena inicial y final, hace que los de mi generación nos estremezcamos, qué música sería la ideal para motivar a los más jóvenes, no creo el reguetón.

El desnudo es interesante, pero no es lo que une el conflicto con la solución.

Varios vuelcos de acción en la trama, hasta que encuentra su camino. En estos vuelcos hay una psiquiatra que está muy bien lograda, en general las acciones de Gabriela Rosero, quien lleva el monólogo hace un trabajo eficiente, repite las caminatas laterales que es frecuente ver en los unipersonales.

Excelente montaje. Hay un desnudo integral por si usted sentía que le hacía falta ese detalle. Pero, no es lo central.

Estará en el Foro Shakespeare hasta junio de 2022 los lunes y miércoles.