/ martes 26 de octubre de 2021

¿Terrorismo fiscal en México?

El último trimestre del año asoma algunos de los debates más relevantes para la vida pública en México, hoy nos referiremos específicamente a la Miscelánea Fiscal 2022 que, si bien pone a todas las áreas contables de las empresas a revisar las nuevas reglas, ésta vez pone expectantes a personas físicas y morales, así como organizaciones sin fines de lucro, por igual.

En la historia reciente de nuestro país, hemos hablado muchas veces de “terrorismo fiscal” para referirnos a las estrategias extremas del gobierno en turno para recaudar más impuestos pero de los mismos grupos de contribuyentes: los cautivos. Es decir, aquellas empresas que están dadas de alta en la economía formal y tienen una contabilidad susceptible de ser revisada por las autoridades, así como las personas físicas que están registradas ante el SAT bajo los regímenes de sueldos y salarios, y actividades profesionales.

De hecho, la principal queja de los grupos mencionados es que invariablemente, la soga termina apretándoles más a ellos, porque son los más fáciles de hacer tributar pues ya están en las bases de datos de la autoridad fiscal. Y para muestra, el reporte al cuarto trimestre de 2020 del SAT, mostró que el 76% de los contribuyentes activos están bajo el régimen de “sueldos y salarios”. Mientras que, de forma paralela, son conocidos los escándalos de empresas factureras, que incluso le venden a los tres niveles de gobierno, así como otras organizaciones que cuentan con esquemas complejos e internacionales, que dificultan a la autoridad su investigación.

El más reciente es el de los Pandora Papers, donde ya la UIF y el SAT declararon que no cuentan con todo el personal y las capacidades técnicas para investigar a los más de 3 mil clientes en México que usaron sociedades opacas en paraísos fiscales para evadir impuestos… seguramente estarán muy ocupados revisando los donativos y préstamos mayores a 600 mil pesos o las herencias mayores a 500 mil pesos, así como las discrepancias fiscales de pequeños contribuyentes.

Y hay que ser claros, a toda la ciudadanía le gusta la idea de que se prevengan los fraudes y se combata la evasión y la elusión fiscal, pero no a costa de promover acciones como inscribir obligatoriamente a todas las personas mayores de edad al RFC o disminuir las reducciones fiscales que pueden hacer las personas físicas.

Al cierre de éste artículo, la miscelánea fiscal 2022 contenida en el Paquete Económico, ya ha sido aprobada por la Cámara de Diputados, en lo general y en lo particular, con 274 votos a favor, 220 en contra y ninguna abstención. Mientras que en el Senado, la Secretaría de Hacienda ya ha ido a defender la propuesta, apelando a que busca consolidar la recuperación económica prevista para el primer trimestre de 2022, así como incrementar la base tributaria a partir de formalizar a más trabajadores.

Los argumentos de la Secretaría de Hacienda suenan bien en general, hasta que revisamos el porcentaje de retenciones en cada recibo de nómina, los montos del ISR y cada factura que expedimos, frente al destino del dinero público y no hace sentido porque no vemos tan clara esa reactivación, ni vemos el impacto de esos recursos en la sociedad.

El último trimestre del año asoma algunos de los debates más relevantes para la vida pública en México, hoy nos referiremos específicamente a la Miscelánea Fiscal 2022 que, si bien pone a todas las áreas contables de las empresas a revisar las nuevas reglas, ésta vez pone expectantes a personas físicas y morales, así como organizaciones sin fines de lucro, por igual.

En la historia reciente de nuestro país, hemos hablado muchas veces de “terrorismo fiscal” para referirnos a las estrategias extremas del gobierno en turno para recaudar más impuestos pero de los mismos grupos de contribuyentes: los cautivos. Es decir, aquellas empresas que están dadas de alta en la economía formal y tienen una contabilidad susceptible de ser revisada por las autoridades, así como las personas físicas que están registradas ante el SAT bajo los regímenes de sueldos y salarios, y actividades profesionales.

De hecho, la principal queja de los grupos mencionados es que invariablemente, la soga termina apretándoles más a ellos, porque son los más fáciles de hacer tributar pues ya están en las bases de datos de la autoridad fiscal. Y para muestra, el reporte al cuarto trimestre de 2020 del SAT, mostró que el 76% de los contribuyentes activos están bajo el régimen de “sueldos y salarios”. Mientras que, de forma paralela, son conocidos los escándalos de empresas factureras, que incluso le venden a los tres niveles de gobierno, así como otras organizaciones que cuentan con esquemas complejos e internacionales, que dificultan a la autoridad su investigación.

El más reciente es el de los Pandora Papers, donde ya la UIF y el SAT declararon que no cuentan con todo el personal y las capacidades técnicas para investigar a los más de 3 mil clientes en México que usaron sociedades opacas en paraísos fiscales para evadir impuestos… seguramente estarán muy ocupados revisando los donativos y préstamos mayores a 600 mil pesos o las herencias mayores a 500 mil pesos, así como las discrepancias fiscales de pequeños contribuyentes.

Y hay que ser claros, a toda la ciudadanía le gusta la idea de que se prevengan los fraudes y se combata la evasión y la elusión fiscal, pero no a costa de promover acciones como inscribir obligatoriamente a todas las personas mayores de edad al RFC o disminuir las reducciones fiscales que pueden hacer las personas físicas.

Al cierre de éste artículo, la miscelánea fiscal 2022 contenida en el Paquete Económico, ya ha sido aprobada por la Cámara de Diputados, en lo general y en lo particular, con 274 votos a favor, 220 en contra y ninguna abstención. Mientras que en el Senado, la Secretaría de Hacienda ya ha ido a defender la propuesta, apelando a que busca consolidar la recuperación económica prevista para el primer trimestre de 2022, así como incrementar la base tributaria a partir de formalizar a más trabajadores.

Los argumentos de la Secretaría de Hacienda suenan bien en general, hasta que revisamos el porcentaje de retenciones en cada recibo de nómina, los montos del ISR y cada factura que expedimos, frente al destino del dinero público y no hace sentido porque no vemos tan clara esa reactivación, ni vemos el impacto de esos recursos en la sociedad.