/ jueves 4 de febrero de 2021

Trump en la política, una historia de perder-perder

Generalmente cuando nos encontramos con algún amigo, de esos que por alguna razón se han dejado de ver durante años, desde tiempos escolares o cuando se coincidió en cierto trabajo, suele ocurrir que quiere proponernos un negocio y como para vender su idea, nos quiere convencer hablándonos de que se trata de un esquema de “ganar-ganar”.

Hoy, pensando en el ya concluido período de cuatro años de Donald Trump al frente de la Presidencia de Estados Unidos, vemos que al menos para él se trató de un esquema de “perder-perder”, porque al final de este camino al que buscó aferrarse con uñas y dientes, el manejo que hizo de las cosas, lo llevó al mayor de los descréditos y estando en su punto más bajo, no vaciló en impulsar el asalto al Capitolio por parte de sus huestes, algo que lo tiene por segunda vez en juicio político y lo deja en una vulnerabilidad tal, que bien podría costarle la prisión, por esa y otras causas que tiene acumuladas.

Durante décadas, Donald Trump quiso siempre proyectar una imagen de magnate, de hombre de negocios infalible con una suerte de “Toque de Midas”, razón por la que a todo lo que emprende lo cubre de baño de oro, lo que se puede ver en los edificios que ha construido, en los acabados de su jet privado y por supuesto en todos los detalles de cualquier lugar que habite, ya sea la ‘Trump Tower’, en Nueva York; Mar-A-Lago, en Florida y sus clubes de golf en varias partes del mundo.

El problema con Trump, era que más allá de tener un genuino talento para hacer negocios, lo que supo hacer han sido trampas que le han permitido jinetear dinero, evadir impuestos, abusar de leyes de quiebras y en no pocos casos, simple y llanamente, estafar.

El punto es que antes, con todo y el narcisismo que lo hacía querer siempre destacar y tener presencia tanto en los negocios, como en el mundo del espectáculo, cuando llegaba el momento, podía desaparecer “estratégicamente” durante algunos meses en lo que superaba algunos problemas que pudieran preocuparle, para después reaparecer con un nuevo programa de televisión, como “The Apprentice” e incluso haciendo el ridículo en la lucha libre.

Lo que finalmente lo tiene contra las cuerdas, es que con la sobreexposición que le implicó el haber llegado a la Presidencia de Estados Unidos, le ocurrió como quedan al descubierto los alambres y tramoyas en el teatro, siendo ya del dominio público la forma en que durante décadas ha evadido impuestos al grado de que, siendo multimillonario, pagaba menos al fisco que un maestro de primaria, llegando a cifras tan ridículas como 700 dólares en un año.

Siendo presidente de Estados Unidos, hizo atractivas sus empresas para inversionistas globales y de tal forma llegó a endeudarse al grado de deber más de 400 millones de dólares tan solo a empresarios sauditas.

Como mandatario del país más poderoso del mundo no lo presionaban, pero hoy, como un desacreditado expresidente, el panorama cambia. Finalmente, por algo se aferraba a la Oficina Oval con uñas y dientes.

FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @yoladelatorre

Generalmente cuando nos encontramos con algún amigo, de esos que por alguna razón se han dejado de ver durante años, desde tiempos escolares o cuando se coincidió en cierto trabajo, suele ocurrir que quiere proponernos un negocio y como para vender su idea, nos quiere convencer hablándonos de que se trata de un esquema de “ganar-ganar”.

Hoy, pensando en el ya concluido período de cuatro años de Donald Trump al frente de la Presidencia de Estados Unidos, vemos que al menos para él se trató de un esquema de “perder-perder”, porque al final de este camino al que buscó aferrarse con uñas y dientes, el manejo que hizo de las cosas, lo llevó al mayor de los descréditos y estando en su punto más bajo, no vaciló en impulsar el asalto al Capitolio por parte de sus huestes, algo que lo tiene por segunda vez en juicio político y lo deja en una vulnerabilidad tal, que bien podría costarle la prisión, por esa y otras causas que tiene acumuladas.

Durante décadas, Donald Trump quiso siempre proyectar una imagen de magnate, de hombre de negocios infalible con una suerte de “Toque de Midas”, razón por la que a todo lo que emprende lo cubre de baño de oro, lo que se puede ver en los edificios que ha construido, en los acabados de su jet privado y por supuesto en todos los detalles de cualquier lugar que habite, ya sea la ‘Trump Tower’, en Nueva York; Mar-A-Lago, en Florida y sus clubes de golf en varias partes del mundo.

El problema con Trump, era que más allá de tener un genuino talento para hacer negocios, lo que supo hacer han sido trampas que le han permitido jinetear dinero, evadir impuestos, abusar de leyes de quiebras y en no pocos casos, simple y llanamente, estafar.

El punto es que antes, con todo y el narcisismo que lo hacía querer siempre destacar y tener presencia tanto en los negocios, como en el mundo del espectáculo, cuando llegaba el momento, podía desaparecer “estratégicamente” durante algunos meses en lo que superaba algunos problemas que pudieran preocuparle, para después reaparecer con un nuevo programa de televisión, como “The Apprentice” e incluso haciendo el ridículo en la lucha libre.

Lo que finalmente lo tiene contra las cuerdas, es que con la sobreexposición que le implicó el haber llegado a la Presidencia de Estados Unidos, le ocurrió como quedan al descubierto los alambres y tramoyas en el teatro, siendo ya del dominio público la forma en que durante décadas ha evadido impuestos al grado de que, siendo multimillonario, pagaba menos al fisco que un maestro de primaria, llegando a cifras tan ridículas como 700 dólares en un año.

Siendo presidente de Estados Unidos, hizo atractivas sus empresas para inversionistas globales y de tal forma llegó a endeudarse al grado de deber más de 400 millones de dólares tan solo a empresarios sauditas.

Como mandatario del país más poderoso del mundo no lo presionaban, pero hoy, como un desacreditado expresidente, el panorama cambia. Finalmente, por algo se aferraba a la Oficina Oval con uñas y dientes.

FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @yoladelatorre