/ jueves 11 de abril de 2024

Un debate sin debate

Cuando mezclas ignorancia y soberbia obtienes una dosis de mediocridad

Salomón

No importó que Xóchitl Gálvez cuestionara a Claudia Sheinbaum. La candidata de la continuidad tenía un libreto ya confeccionado, iba a no escuchar. La soberbia y la prepotencia fueron su escudo.

La ex jefa de Gobierno aprovechó la inconsistencia y nerviosismo de Gálvez para lanzar sus dardos y así escaparse. Xóchitl cayó en la trampa del formato cuadrado y no pudo arrinconar a la candidata de Morena. Dejó pasar oportunidades, los temas y números le favorecían.

El tema de salud era un manjar. Ahí pudo exhibir a un gobierno criminal que contribuyó y permitió la muerte de más de 800 mil mexicanos y más de 4 mil trabajadores de la salud en pandemia por negligencias, incapacidad e intereses políticos.

En el caso de la corrupción de los familiares de López Obrador no fue incisiva. Debió reiterar el emplazamiento: ¿cuál sería la actitud de la candidata del oficialismo ante las evidentes trapacerías que están realizando los herederos del Tlatoani? No forzó la respuesta.

Debió machacar en los saldos que dejó en la ciudad: desapariciones, feminicidios, el papel cómplice de su fiscal para proteger a la directora del Metro. Asimismo, el manto protector que extendió a Harfuch para desligarlo de García Luna. Sin olvidar, la militarización de la frontera, la política persecutoria del gobierno más “humanista” y el incendio en Ciudad Juárez, donde murieron 40 personas por las pésimas condiciones de los centros de detención.

Desbaratar el argumento de sus “medallitas” mostrando su papel sumiso ante López Obrador, al no abrir las puertas de Palacio a los diversos movimientos sociales ni escuchar sus demandas. Así, como exhibir la simulación de desaparecer al cuerpo granaderos como una medida efectista y quitarle su vestimenta de “científica” al permanecer callada ante la persecución penal contra los investigadores del Conahcyt.

Los debates son la oportunidad para mostrar las debilidades del contrincante. Si alguien quiere propuestas que lean su plataforma electoral. ¿Se logra en un minuto y medio articular una propuesta seria en políticas públicas?

La narrativa de Morena y sus falanges es que Sheinbaum “ganó” el debate, no por sus propuestas, sino porque libró las acusaciones en su contra y sorteó los pésimos manejos del gobierno actual. ¡Qué peligroso sería tener una presidenta que no responde y miente por razones “tácticas”!

Faltan algunas semanas, dos debates y un amplio porcentaje de votantes que aún no decide su voto. ¿Cómo se definirán los 30 millones de jóvenes que votarán por primera vez? La próxima elección es un referéndum del obradorismo. Nada de medias tintas.

@pedro_penaloz

Cuando mezclas ignorancia y soberbia obtienes una dosis de mediocridad

Salomón

No importó que Xóchitl Gálvez cuestionara a Claudia Sheinbaum. La candidata de la continuidad tenía un libreto ya confeccionado, iba a no escuchar. La soberbia y la prepotencia fueron su escudo.

La ex jefa de Gobierno aprovechó la inconsistencia y nerviosismo de Gálvez para lanzar sus dardos y así escaparse. Xóchitl cayó en la trampa del formato cuadrado y no pudo arrinconar a la candidata de Morena. Dejó pasar oportunidades, los temas y números le favorecían.

El tema de salud era un manjar. Ahí pudo exhibir a un gobierno criminal que contribuyó y permitió la muerte de más de 800 mil mexicanos y más de 4 mil trabajadores de la salud en pandemia por negligencias, incapacidad e intereses políticos.

En el caso de la corrupción de los familiares de López Obrador no fue incisiva. Debió reiterar el emplazamiento: ¿cuál sería la actitud de la candidata del oficialismo ante las evidentes trapacerías que están realizando los herederos del Tlatoani? No forzó la respuesta.

Debió machacar en los saldos que dejó en la ciudad: desapariciones, feminicidios, el papel cómplice de su fiscal para proteger a la directora del Metro. Asimismo, el manto protector que extendió a Harfuch para desligarlo de García Luna. Sin olvidar, la militarización de la frontera, la política persecutoria del gobierno más “humanista” y el incendio en Ciudad Juárez, donde murieron 40 personas por las pésimas condiciones de los centros de detención.

Desbaratar el argumento de sus “medallitas” mostrando su papel sumiso ante López Obrador, al no abrir las puertas de Palacio a los diversos movimientos sociales ni escuchar sus demandas. Así, como exhibir la simulación de desaparecer al cuerpo granaderos como una medida efectista y quitarle su vestimenta de “científica” al permanecer callada ante la persecución penal contra los investigadores del Conahcyt.

Los debates son la oportunidad para mostrar las debilidades del contrincante. Si alguien quiere propuestas que lean su plataforma electoral. ¿Se logra en un minuto y medio articular una propuesta seria en políticas públicas?

La narrativa de Morena y sus falanges es que Sheinbaum “ganó” el debate, no por sus propuestas, sino porque libró las acusaciones en su contra y sorteó los pésimos manejos del gobierno actual. ¡Qué peligroso sería tener una presidenta que no responde y miente por razones “tácticas”!

Faltan algunas semanas, dos debates y un amplio porcentaje de votantes que aún no decide su voto. ¿Cómo se definirán los 30 millones de jóvenes que votarán por primera vez? La próxima elección es un referéndum del obradorismo. Nada de medias tintas.

@pedro_penaloz

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