/ miércoles 4 de noviembre de 2020

¡Vaya con Dios, Durazo...!

¡Y que libre a los sonorenses de que les caiga ése chahuistle! Cínico, entre los cínicos, se despidió del cargo auto elogiándose (Alábate burro que no hay quien te alabe).

Se escabulló de su comparecencia en el Senado, a sabiendas de que, la oposición se le iría encima y cerró con “broche de oro” su “mandato” en la Secretaría de Seguridad Pública Federal, diciendo que habían encontrado un polvorín (Que él convirtió en una catarata de sangre).

Deja el país con el mayor número de homicidios, desde que se cuentan. En 20 meses, 59 mil 451, junto a 32 mil 576 de Peña, 18 mil 442 de Calderón (Que resulta que no ha sido el peor) y 22 mil 890 de Fox. Bate récord esta administración.

Primer lugar, en el gobierno que se comprometió desde campaña, a meter al ejército en los cuarteles y a que, en 100 días se acababa la inseguridad.

Miles de familias en duelo por la incompetencia y la incapacidad mostradas y el personajillo se dice preparado para acudir al “llamado de los sonorenses”. ¡Pues sólo que estén locos!, además de que, ¿alguien se enteró de que hubiera la mínima manifestación a su favor?

Usó la Secretaría –como lo ha hecho, a través de su trayectoria-, como un trampolín para sus intereses creados. Lo único para lo que trabajó fue por la candidatura, dorándole la píldora a un tlatoani, que sólo Dios dónde tiene la cabeza.

Su carrera, como priísta, panista y ahora morenaco, siempre se caracterizó por usar a sus jefes como un medio para controlarlos. Secretario de Luis Donaldo Colosio y de Vicente Fox, actuaba con carácter de carcelero para permitir o no, que se viese al superior. La condición era el tránsito por su oficina, en la que, empalagoso, intentaba conseguir información. Sin confesión de por medio, no había audiencia. A Fox lo traicionó de manera miserable, destapando secretos que, por mínima ética se guarda quien es un servidor leal.

A su paso por esa oficina se dio un fuerte escándalo, cuando se descubrió que uno de sus colaboradores, Nahím Acosta, encargado de giras, les filtraba información a los Beltrán Leyva. Con su consabida perversión salió avante del tema. ¿Y este bicho aspira a ser Ejecutivo estatal? Traidor, incompetente y perverso.

Lo reemplaza una gran mujer –Rosa Icela Rodríguez-, eficiente, discreta, honrada. Encontrará un desgarriate. Una Institución a la que se desmanteló para ponerla en manos de los militares (A esos mismos a los que AMLO abominaba e insultaba y que ahora son el pilar y sostén de su régimen).

Manejan el brazo operativo (Guardia Nacional), además de la mayoría del resto de la estructura. Poco peso quedó para el civil al frente, aunque tengo fe en la capacidad de diálogo de Rosa Icela, cualidad que le será determinante para coordinar esfuerzos.

Tendrá que forjarse el lugar que le corresponde, al frente de la cara visible de la seguridad para la ciudadanía. Tarea difícil, máxime cuando Olga Sánchez Cordero habló de misoginia en esos niveles. El trabajo era impensable para una mujer, aunque la personalidad de la experiodista, a la que poco le interesan los reflectores y se concentra en servir, como debería ser característica de todo funcionario, puede sacarla avante.

Se le desea la mayor de las suertes –la que ella sabe labrarse- y esperar que, en equipo, se consiga la urgente pacificación de esta República. A los sonorenses confío en que no tendré que darles el pésame, si llegaran a elegir a semejante alimaña.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

¡Y que libre a los sonorenses de que les caiga ése chahuistle! Cínico, entre los cínicos, se despidió del cargo auto elogiándose (Alábate burro que no hay quien te alabe).

Se escabulló de su comparecencia en el Senado, a sabiendas de que, la oposición se le iría encima y cerró con “broche de oro” su “mandato” en la Secretaría de Seguridad Pública Federal, diciendo que habían encontrado un polvorín (Que él convirtió en una catarata de sangre).

Deja el país con el mayor número de homicidios, desde que se cuentan. En 20 meses, 59 mil 451, junto a 32 mil 576 de Peña, 18 mil 442 de Calderón (Que resulta que no ha sido el peor) y 22 mil 890 de Fox. Bate récord esta administración.

Primer lugar, en el gobierno que se comprometió desde campaña, a meter al ejército en los cuarteles y a que, en 100 días se acababa la inseguridad.

Miles de familias en duelo por la incompetencia y la incapacidad mostradas y el personajillo se dice preparado para acudir al “llamado de los sonorenses”. ¡Pues sólo que estén locos!, además de que, ¿alguien se enteró de que hubiera la mínima manifestación a su favor?

Usó la Secretaría –como lo ha hecho, a través de su trayectoria-, como un trampolín para sus intereses creados. Lo único para lo que trabajó fue por la candidatura, dorándole la píldora a un tlatoani, que sólo Dios dónde tiene la cabeza.

Su carrera, como priísta, panista y ahora morenaco, siempre se caracterizó por usar a sus jefes como un medio para controlarlos. Secretario de Luis Donaldo Colosio y de Vicente Fox, actuaba con carácter de carcelero para permitir o no, que se viese al superior. La condición era el tránsito por su oficina, en la que, empalagoso, intentaba conseguir información. Sin confesión de por medio, no había audiencia. A Fox lo traicionó de manera miserable, destapando secretos que, por mínima ética se guarda quien es un servidor leal.

A su paso por esa oficina se dio un fuerte escándalo, cuando se descubrió que uno de sus colaboradores, Nahím Acosta, encargado de giras, les filtraba información a los Beltrán Leyva. Con su consabida perversión salió avante del tema. ¿Y este bicho aspira a ser Ejecutivo estatal? Traidor, incompetente y perverso.

Lo reemplaza una gran mujer –Rosa Icela Rodríguez-, eficiente, discreta, honrada. Encontrará un desgarriate. Una Institución a la que se desmanteló para ponerla en manos de los militares (A esos mismos a los que AMLO abominaba e insultaba y que ahora son el pilar y sostén de su régimen).

Manejan el brazo operativo (Guardia Nacional), además de la mayoría del resto de la estructura. Poco peso quedó para el civil al frente, aunque tengo fe en la capacidad de diálogo de Rosa Icela, cualidad que le será determinante para coordinar esfuerzos.

Tendrá que forjarse el lugar que le corresponde, al frente de la cara visible de la seguridad para la ciudadanía. Tarea difícil, máxime cuando Olga Sánchez Cordero habló de misoginia en esos niveles. El trabajo era impensable para una mujer, aunque la personalidad de la experiodista, a la que poco le interesan los reflectores y se concentra en servir, como debería ser característica de todo funcionario, puede sacarla avante.

Se le desea la mayor de las suertes –la que ella sabe labrarse- y esperar que, en equipo, se consiga la urgente pacificación de esta República. A los sonorenses confío en que no tendré que darles el pésame, si llegaran a elegir a semejante alimaña.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq