Inspirada por Sor Juana Inés de la Cruz, a la gran Pita Amor llegó a llamársele La undécima musa. La crítica especializada si bien considera por una parte que su obra es “fría y repetitiva”, por otra la llena de elogios hasta colocarla en un lugar preponderante en la poesía mexicana. Pita Amor tiene, de cualquier modo, una historia relevante qué contarnos y una leyenda que forjó a su paso por este mundo donde aún brilla refulgente.
Mujer intensa, apasionada, fantástica y controversial, su belleza era un poema natural y su apellido evoca por sí mismo poesía pura. Dotada de una sensibilidad muy especial, la actriz y modelo de artistas plásticos se decantó por la prosa directa y, siempre en primera persona, retó al temible paso del tiempo manteniéndose jovial hasta el último suspiro:
“Nunca llegaré a vieja,
sólo trato con la niñez;
soy la más joven del mundo,
me aparto de la vejez”, solía recitar en el ocaso de su existencia.
Y, en efecto, Guadalupe Teresa Amor Schmidtlein nació hace 100 años en la Ciudad de México --un siglo que hoy se cumple--, falleció a la edad de 82 años, igual, en la capital de la República, pero su obra poética perdura y la mantiene viva.
¿QUIÉN ERA?
La hija de Emmanuel Amor Subervielle y Carolina Schmidtlein García arribó al planeta Tierra en plena decadencia aristocrática de su familia, siendo la menor de siete hermanos, ungida por el don divino del arte. Su destino estaba escrito con las mismas letras con las que ejerció la poesía; aunque le apasionaban también la pintura, la tauromaquia y… el sexo.
Ya en el último tramo de su existencia, cierta ocasión le confesó a su amiga Daniela Romo en un programa de televisión que en realidad “nunca se había enamorado”, pero le dijo que le había gustado mucho el sexo y lo había practicado “en do mayor”. Daniela la describió entonces como un “concierto perfecto de pasión, talento e inteligencia”.
Por su parte, al periodista taurino Heriberto Murrieta, Pita Amor le contó que amaba el arte de Cúchares porque le gustaba ver sangre “cómo borbotea” y le reveló muy ufana haber sido novia de Manuel Rodríguez “Manolete” y del “Ciclón” Carlos Arruza.
Así era Pita Amor, polémica e irreverente. Hay quienes juran que no usaba medias ni ropa interior. Amiga de artistas e intelectuales del México de los años 50 del siglo pasado, a Pita, la actriz Patricia Reyes Spíndola la definió en una entrevista como “la loca más cuerda que he conocido” y la ubicó entre las mujeres más importantes de nuestro país en los tiempos modernos.
De tal forma que se sigue hablando de ella porque trascendió y dejó un legado para el conocimiento, el análisis y el goce de las nuevas generaciones, a través de una obra en la que plasmó sus angustias existenciales, manifestó sus ideas, sus ilusiones amorosas y eróticas y sus visiones de sí misma y del mundo… aunque decía no tener vocación poética: “El origen de mi poesía es el origen delmundo”.
La primera locura sacudió conciencias de la época al involucrarse sentimentalmente con un hombre 42 años mayor que ella. En efecto, Pita versaba los18 años de edad cuando se convirtió en amante de José Madrazo, un rico ganadero de 60 años de edad, desatando un escándalo de polendas. Pero vivía con absoluta libertad y, mujer de carácter fuerte al fin, ni admitía imposiciones ni se dejaba dominar. Al igual que Sor Juana Inés de la Cruz, Pita fue precursora de la liberación femenina e hizo suyo el poema aquel de “hombres necios que acusáis a la mujer sin razón”, obra precisamente de Juana de Asbaje, exponente del Siglo de Oro de la literatura en español.
Pronto, Pita se integró al círculo de amistades de personajes tan influyentes como Diego Rivera, Frida Kahlo, Alfonso Reyes, Salvador Novo, Juan Rulfo, Gabriela Mistral, María Félix y hasta el mismo pintor español Pablo Picasso, a quienes impactaba su arrolladora personalidad.
Sin embargo, una tragedia la marcaría para siempre: sumida en la tristeza, la poetisa decidió abandonarse en el silencio y el dolor, pues a los 41 años procreó un hijo a quien, ante la incapacidad de criarlo, lo que ella misma reconoció, dio en custodia a su hermana Caro. Manuelito murió ahogado en una pileta a la edad de año y medio, suceso que la devastó terriblemente.
YA EN LOS 70s
Pita Amor reapareció como una mujer diferente, revitalizada, reinventándose nuevamente. Ofreció un recital en el Ateneo Español abordando obras de Xavier Villaurrutia, Salvador Díaz Mirón, Ramón López Velarde, Renato Leduc y, por supuesto, de Pita Amor, regocijando de placer a sus seguidores, quienes no dudaron en reafirmar que era la real y verdadera undécima musa.
Murió sola, a los 82 mayos, pero feliz y jovial como le había gustado vivir y disfrutar la vida, la poesía y el sexo. Simplemente, “era una joya, una reina”, expresaría años más tarde la actriz y cantante Susana Zabaleta.