México visto desde aparadores y maniquíes

Redacción OEM en Línea

  · domingo 17 de julio de 2016

Foto:

Zenyazen Piña

No es necesario salir del país y viajar a las ciudades cosmopolitas del mundo para apreciar el arte de la moda, y es que México no tiene nada que pedirle a Nueva York, París o Londres; se defiende solo.

La vestimenta no solo es sinónimo de estatus o pertenencia a un grupo social y nivel económico; es también un reflejo íntimo de la cultura y las tradiciones, un acercamiento a los detalles que construyeron una época.

Conocer la historia de nuestro país a través de la evolución de las tendencias de la moda es posible, para ello basta recorrer los pasillos del Antiguo Palacio de Iturbide en el Centro Histórico de la capital, recinto que alberga a la exposición “El Arte de la Indumentaria y la Moda en México”.

[caption id="attachment_343643" align="alignright" width="615"] Zenyazen Piña[/caption]

Oculto entre la multitud que todos los días camina sobre el andador de Madero, el también llamado “Palacio de Cultura Banamex” conjunta 75 años de tendencias y diseños en una muestra que, con más de 400 piezas únicas, refleja la evolución de la sociedad mexicana.

Estar frente a los 225 maniquíes dorados es como subirse a una maquina del tiempo que viaja a toda velocidad de 1940 hasta 2015, donde pueden observarse los trajes típicos de las culturas indígenas más ricas en tradición que posee México.

Las vestimentas tradicionales dan cuenta de las creencias hasta la llegada de los españoles y la colonización del país, así como la importación de telas y la implementación de las ideas del viejo continente que dio paso a la tras formación de México, todo mediante el delito de formas y colores que resaltan las raíces de la indumentaria indígena.

La visión estética de la indumentaria indígena se transforma y moderniza como lo hizo la misma sociedad, dejándose influenciar por las nuevas ideas que llegaban del otro lado del mundo para combinarse y crear una fusión con los rasgos fundamentales mexicanos

[caption id="attachment_343646" align="alignright" width="615"] Zenyazen Piña[/caption]

Así, pasando entre época y época, destaca un pedestal en donde un vestido largo profundamente negro llama la atención de quien pase, no podría ser de otra manera, ya que fue portado por una mujer ícono del cine de oro, María Félix, en la película “La Diosa Arrodillada” de 1947.

Aunque la muestra no lo dice de manera explícita, el peso de la figura de la mujer impone; su lucha por tener igualad de derechos también es notoria en la indumentaria y el cambio de la misma. Rostros conocidos aparecen por igual en las tendencias que vistió Silvia Pinal y Verónica Castro.

El recorrido incluye distintos medios visuales que acompañan a las prendas y a la experiencia, fotografías, videos, audios e información hacen de la experiencia un completo gusto para todos los sentidos.

/RPE

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