Ante los acontecimientos violentos que tuvieron lugar el sábado en el estadio de fútbol La Corregidora de Querétaro, en el juego donde Gallos Blancos enfrentaba al Atlas, que han despertado una ola de indignación de todo México, el Dr. Raúl Cedillo Krishna, señala que “estos hechos muestran el reflejo de un grupo de la sociedad enferma”.
Señaló al Sol de Tampico que "todos pertenecemos a esta sociedad, la pregunta que nos hacemos no solo en México, sino también en el mundo entero es, sin duda, ¿por qué tanta violencia?".
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Ante esto “lo primero que tendríamos que reflexionar es si de verdad somos una sociedad en progreso, ¿por qué nos destruimos unos a otros, en guerras donde mueren miles de personas inocentes y en estadios deportivos como si estuviéramos en un campo en una sangrienta batalla?".
El especialista en salud reconoce que la cruda realidad es que nos falta mucho para ser una sociedad en progreso.
"Hemos avanzado en tecnología, pero estamos estancados en educación y conciencia. Esta misma violencia la venimos viviendo por más de cinco mil años, basada en la búsqueda del control y poder de los otros, fomentada por el ego pensante que nos engaña creyendo que al someter a los demás es el camino para sobrevivir”.
La violencia, reflexiona, surge por el miedo a desvanecer el ego pensante y enfermo, porque han pasado miles de años y aún seguimos creyendo que la felicidad es el propósito fundamental de los seres humano, perdiendo de vista el vivir en paz.
“Hemos perdido el rumbo y la sensibilidad creyendo que los bienes materiales, el sexo, las adicciones y la identificación con los otros, es lo que da sentido a la vida, en este caso un equipo de fútbol que en el fondo nos aleja de lo más importante que debe de ser una competencia armoniosa y honesta, convirtiendo este deporte en circo para el pueblo”.
Si a esto se le suma el miedo y la ira contenida que nos ha dejado la pandemia "es un reflejo de la incapacidad como seres humanos para relacionarnos con nuestros semejantes más cercanos y un detonante de todas las frustraciones que nos ha dejado una educación carente de amor y empatía", añade.
Su consejo es que se debe volver a los orígenes para remediar el presente, basar nuestra existencia en la búsqueda de la paz, el bien común y, por lo tanto, la sensibilidad de lo valioso que es la vida.
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"Debemos dejar de culpar a los otros de nuestra responsabilidad para vivir primero en armonía y después en paz, buscar en la unión familiar la educación social que nos hace falta, no se trata de pensar positivamente, tener una buena actitud, se trata de buscar en la reflexión profunda la conciencia que es la esencia del ser y de ahí vivir en armonía con nosotros mismos y con los demás”.
Nota publicada en El Sol de Tampico
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