La Michoacana es un referente en los paladares mexicanos cuando se habla de helados y es una marca conocida a nivel internacional por sus sabores; sin embargo inició como un pequeño puesto en Tocumbo, Michoacán.
Mientras el mundo se enfrentaba a una crisis económica y cientos de empresas quebraban, un vendedor de paletas en un pueblo michoacano, sin saberlo, estaba por crear uno de los negocios mexicanos que ha sobrevivido más de 80 años.
En la década de 1930, Rafael Malfavón vendía paletas que transportaba en unas cajas de madera que él mismo había creado, y con ayuda de una recua de burros.
Sin embargo, el distintivo de los productos que Malfavón vendía se encontraba en la receta de sus creaciones. En la época que inició, logró hacer paletas variadas en las que incluía frutas naturales de temporada.
Posteriormente, el creador de La Michoacana fue experimentando con los sabores, hasta que en algún punto ya sumaban los 125 sabores de paletas que existen actualmente.
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Desde su logo, La Michoacana es una representación de sus raíces. En los vasos y envolturas de paletas se puede encontrar una muñequita indígena o “guare” que es la palabra purépecha para referirse a las mujeres que son parte de una comunidad indígena.
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El pueblo de Tocumbo donde nació La Michoacana es conocido como la cuna de la “paleta de hielo”.
Mientras que el negocio La Michoacana fundado por Rafael Malfavón extendió su oferta de productos. En sus sucursales se pueden encontrar chamoyadas, nieves, paletas heladas, frozens, malteadas, gelatinas, flanes, y en algunas hasta hotdogs.