¡Dame tu fuerza, Pegaso!, gritaban los niños (y no tan niños) en aquel 1992, entre pepsilindros y tazos a la hora del recreo.

A pesar de su estreno nipón en 1985 en su versión manga o historieta, en México se estrenó en televisión abierta en 1986 en una serie animada bajo el nombre de Caballeros del Zodiaco, Saint Seiya para Japón y otros continentes, en lo que era Tv Azteca por el canal 7. Con una duración de media hora por capítulo en 73 entregas, nos mantuvieron al filo de nuestro asiento de la televisión cada semana.

La historia era simple, un grupo de huérfanos se convierten en "santos" (en America Latina se cambió a caballeros, ya que el término "santos" parecía hacer referencia a la religión católica y confundía a los niños) o guerreros, y luchan para proteger de las fuerzas del mal a la reencarnación de la diosa Atenea, de nombre Saori Kido. Para hacerlo, ellos deben entrenar y enfrentar diversas adversidades para obtener una sagrada armadura de bronce, la cual representa a alguna de 88 constelaciones del universo. Para sus batallas utilizan su energía ligada al universo, el cual es llamado Cosmos, el mismo que, al elevarlo o intensificarlo logran poderes inimaginables para vencer el mal. Y así, su camino por diferentes "sagas" o historias en donde los protagonistas buscan la paz.

Las transmisiones de este anime fueron un hito en la historia de la televisión abierta, al dar entrada a nuevos contenidos de origen japonés, entre ellas series como Las guerreras mágicas o Sailor Moon llegarían para conquistar al público mexicano y latinoamericano.

La serie de Masami Kurumada trascendió tanto que en la actualidad aún hay coleccionistas que buscan objetos y armaduras de la serie y están dispuestos a pagar cantidades arriba de 5 mil dólares.

Recientemente Netflix estrenó una versión del anime, sin mucho éxito, ya que Shun, que originalmente era hombre, ahora es mujer, cosa que hizo enfurecer a los fans de la serie.

Para celebrar el aniversario, la compañía Bandai, sacó a la venta 3 figuras articuladas basadas en las antiguas figuras.