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Ser conductor en Uber, Didi o Cabify no es cosa fácil, recuerda Joao Costa: jornadas de 12 horas seis días a la semana, ingreso incierto, pasajeros groseros, pago de comisiones, comidas a medias y espaldas cansadas. A todo esto hay que sumarle que para una gran cantidad de ellos el carro que manejan no les pertenece.
La empresa que Joao ha ayudado a fundar, Kovi, se ha propuesto cumplir la promesa que la industria del ride hailing no ha terminado de cumplir: verdadera independencia financiera para quienes se dedican a transportarnos diariamente.
“Esencialmente, Kovi es una empresa que mi socio y yo iniciamos para ayudar a los conductores de plataformas de ride hailing como Uber, Didi o Cabify a lograr una mejor vida.
“Nos dimos cuenta que los conductores tienen muchos problemas para hacer su trabajo, siendo uno de los mayores que es muy caro poder hacerse de un carro para comenzar a trabajar”, platica Joao Costa, quien se hace acompañar de Adán Ramos, country manager para México.
Como lo define Joao, el negocio de Kovi es establecer al “carro como un servicio”. Esencialmente, Kovi es un intermediario entre las empresas automotrices y los conductores.
Mediante acuerdos con armadoras, la empresa de Joao renta flotillas de autos nuevos por un año, que a su vez subarrenda a personas que necesiten un auto para trabajar en la industria de la movilidad.
Los interesados llenan un cuestionario en la plataforma de Kovi junto con copias de los documentos legales que acrediten su identidad. La empresa, por su parte, hace un chequeo de antecedentes. Si es aprobado, el conductor hace el depósito y recibe una nueva unidad inmediatamente por parte de Kovi para comenzar a trabajar en la plataforma de ride hailing que desee.
“En un mercado como EU quizá Kovi no funcionaría, porque puedes conseguir un auto de forma mucho más económica con prestamos con pocos intereses, pero en Latinoamérica puede ser muy caro.
“Los conductores no tienen un buen historial crediticio en general y cuando intentan comprar un auto necesitan mucho dinero para hacerlo”.
Los conductores no están sujetos a plazos forzosos, hacen pagos cada semana para seguir operando la unidad y en el momento que lo decidan pueden regresarla sin recargos o penalizaciones.
Las unidades están aseguradas y sometidas a mantenimiento sin costo adicional. Si sucede un percance o una avería que tome más de tres días para resolverse se le entrega una unidad nueva al chofer.
En resumen, los choferes se dedican a manejar y se olvidan de los costos y tiempos asociados al auto.
“Esto es por lo que Kovi ha crecido tan rápido, porque la barrera para que las personas se conviertan en conductores ahora es muy pequeña.
“En su primer semana de trabajo puede obtener dinero suficiente no sólo para pagar la primer semana, sino también la segunda. Y pues puede empezar a trabajar y empezar a obtener dinero”.
Según estimaciones de Joao y Adán, entre 20 y 30 por ciento de los choferes de Didi, Uber y Cabify en Brasil no son dueños de los autos en los que trabajan, ya sea porque los rentan a una empresa o persona, o son empleados de alguien más. Para México –dicen– este porcentaje es aún mayor.
La cuota semanal para tener un auto de Kovi en México es de dos mil 399 pesos por semana, en tanto que los choferes suelen ganar entre 12 mil y 18 mil pesos antes de gastos de gasolina, comisiones y mantenimiento.
Según Adán, esto representa para ellos una ventaja frente a tener un patrón al cual se le depositan todas las ganancias y que después reparte el dinero entre sus choferes.
“En México, la mayoría de carros que están siendo manejados en Uber, Didi y otras plataformas son rentados de persona a persona; tienes un trabajo, vas al distribuidor de autos, compras uno, y luego lo pones a trabajar, así que lo que hacemos es poner todas las economías de escala al servicio del conductor”.
ADIÓS A DIDI
Durante años, Joao trabajó junto a su socio Adhemar Milani como directivos en Didi Brasil. En su paso por la empresa china estos jóvenes ejecutivos constantemente chocaban con las realidades latinoamericanas a la hora de incorporar a nuevos choferes a la plataforma.
“En Didi Brasil enfrenté muchos problemas en torno al acceso a los autos y uno de los más grandes era que 40 por ciento de los choferes que se inscribían no tenían auto. Esto es muy grave porque al final del día la gente quiere un trabajo, quieren ayudar a su familia y poder llevar comida a la mesa.
“Entonces creamos esta empresa no sólo para tratar de ayudar al mercado en sí pero también a los choferes y creo que lo que hacemos hoy está enfocado en el conductor. Toda la cultura de la empresa está centrada en eso, en ayudar a la gente y a crear empleos”.
Armados con un puñado de colaboradores, Joao y Adhemar dejaron la seguridad de sus trabajos e iniciaron Kovi en un garage de Sao Paulo, en julio de 2018.
“Fuimos a Volkswagen a negociar un contrato de renta y nos dijeron 'sí claro, denos una demostración de ingresos de los últimos 12 meses', le dijimos, 'dude, apenas abrimos la compañía hace como una semana, no tenemos nada'. Fueron tres meses de negociación, logramos que nos rentaran 50 carros y les pagamos un año, era casi todo nuestro dinero”, recuerda Joao.
Durante el primer mes de operación en Brasil, Kovi logró amasar una lista de espera de tres mil choferes interesados en rentarles unidades, quienes iban al garage para conocer la empresa y pagarles en efectivo, incitados por el boca en boca entre sus colegas quienes recomendaban la plataforma.
Con este impulso los muchachos fueron invitados a la renombrada aceleradora de emprendimiento Ycombinator en Silicon Valley, de donde también han egresado empresas del calibre de Airbnb, Dropbox, Rappi o Twitch.
Gracias a la mentoría que recibieron en San Francisco, el crecimiento de Kovi en Brasil se disparó y al término del curso 500 inversionistas estuvieron interesados. La empresa de Joao y Adhemar captó 10.6 millones de dólares de inversión semilla a sólo un par de meses de haber iniciado, una de las rondas más grandes para una startup en Latinoamérica. Meses más tarde otros 30 millones en capital fueron inyectados por inversionistas interesados en obtener una tajada del pastel que Kovi estaba cocinando.
Kovi pasó de 10 a casi 200 empleados en un año y a manejar una flotilla de seis mil autos sólo en Brasil.
En términos monetarios, el modelo de Kovi resulta interesante por la posibilidad que tiene de atacar varios frentes de la cadena de valor en la industria del ride hailing, la cual crece 10 por ciento anual.
Primero, incorpora a todos esos choferes que no tenían la posibilidad por la carencia de un auto. Segundo, provee una válvula de escape para la industria automotriz, la cual en todo el mundo está batallando para vender nuevas unidades, ya sea por nuevas alternativas de movilidad (bicis, motos, transporte público) o cambios en el estilo de vida.
“Para los armadores de autos vender autos nuevos es un reto porque al final del día esta nueva generación está utilizando más Uber que comprando sus propios autos. Ellos hacen su dinero vendiendo carros y no tienen un modelo de negocios diferente, entonces lo que Kovi brinda a las armadoras es una nueva forma de detonar ingresos.
“Cuando estamos rentando el auto durante un año estamos dándole dinero al armador y después del año se lo regresamos y puede venderlo. Hay mucho valor para los armadores de autos y por eso están dispuestos a hacer negocio con nosotros. Saben que vamos a ser un jugador grande en el mercado de renta de autos”.
LA POSIBILIDAD DEL MAÑANA
De acuerdo con Joao, Kovi es una empresa de tecnología más que sólo un servicio de renta de autos.
Cuando un nuevo chofer renta un auto en Kovi la unidad fue modificada por la empresa para enviar toda clase de datos que son recopilados, como ubicación, velocidad, frenados, distancia, consumo de combustible o comportamiento.
Al momento, Kovi no renta autos al público en general, por lo que si uno de sus vehículos se sale de los patrones asociados a la conducción de una unidad dedicada al ride hailing ésta es desactivada vía remota. Toda esta información en cantidad y calidad no la tiene nadie en el mercado, por lo que sólo el análisis y mercadeo de la data podría ser un negocio por sí solo para Kovi.
“Tenemos 13 terabites de data y este número crece 250 gigabites cada día, así que para lo que usamos esta información es para tomar decisiones diariamente en la empresa. Pero en cómo monetizamos esta data aún estamos pensándolo, al anonimizarla hay muchas posibilidades como por ejemplo a compañías de mapeo como Google, el consumo de energía (...) o en la industria de los seguros podemos predecir mucha información relacionada con riesgos. Lo único que sí sabemos es que nadie tiene el tipo de información que nosotros sí tenemos”.
Luego de haber comenzado operaciones en México desde diciembre de 2019, Kovi ya tiene operando mil unidades rentadas y pretende llegar a las cinco mil para cuando termine 2020.
Según explica Joao, México comenzó como una prueba piloto para saber lo que era entrar a un mercado grande; sin embargo, gracias a la rápida aceptación entre los choferes mexicanos el país representa la mayor apuesta de la empresa, incluso más que Brasil.
Con planes para sacar nuevos productos en el mediano plazo, como un servicio de aseguramiento personal para choferes, uno de financiamiento, o expandir operaciones a la renta de motocicletas dedicadas al delivery, el principal reto de Kovi, explica Joao, es no salirse de sus carriles y cometer errores ante una expansión demasiado rápida.
“Creo que hemos logrado los primeros pasos, pero necesitamos impactar a más conductores, esto es el por qué tenemos este gran plan de expansión este año, para crear más empleos, lo que estamos construyendo es un marketplace de servicios para los choferes
“Tenemos un camino muy claro, este año queremos crecer en México, expandir Brasil y lanzar más ciudades. No queremos acelerarnos demasiado lanzando nuevos servicios y productos, aunque podamos hacerlo desde mañana. Aún tenemos muchas cosas que aprender antes de tomar los siguientes pasos y estamos muy conscientes de ello, no queremos arruinarlo por ser demasiado ansiosos”.